Cuentos de Amistad

El Lazo Inquebrantable

Lectura para 2 años

Tiempo de lectura: 2 minutos

Español

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En un pequeño colegio lleno de risas y juegos, vivían dos amigas inseparables, Mihrimah y Laura. Mihrimah tenía el cabello rizado y siempre llevaba un vestido azul que combinaba con sus ojos llenos de alegría. Laura, por su parte, prefería vestidos amarillos que resaltaban su cabello liso y su sonrisa contagiosa. Juntas, compartían secretos, risas y juegos en cada rincón del colegio, soñando juntas despiertas con aventuras fantásticas.

Pero al iniciar un nuevo curso, algo cambió: Mihrimah fue asignada al grupo A y Laura al grupo B. Aunque el colegio era el mismo, sentían como si un gran muro invisible las hubiese separado. Al principio, intentaron mantener la rutina de siempre, encontrándose en cada recreo y compartiendo historias de lo que ocurrió en sus respectivas clases.

Sin embargo, la distancia empezó a parecer mayor cuando algunas compañeras de Laura comenzaron a decir que Mihrimah estaba hablando mal de ella, algo que Laura no podía creer, pero las dudas comenzaron a surgir. ¿Por qué dirían algo así si no fuera verdad? La confusión y la tristeza empezaron a nublar los días soleados de Laura.

Un día, mientras la brisa movía las hojas de los árboles en el patio, Mihrimah se acercó a Laura, quien estaba sentada sola bajo su columpio favorito.

— Laura, ¿por qué has estado evitándome? — preguntó Mihrimah con voz suave pero firme.

Laura miró a su amiga, luchando por encontrar las palabras correctas.

— Es que… me dijeron que estabas hablando cosas feas de mí, Mihrimah. No quiero creerlo, pero ¿por qué mentirían?

Mihrimah se sentó junto a Laura, tomando sus manos entre las suyas.

— Laura, tú me conoces mejor que nadie. Sabes que nunca diría algo para lastimarte. Por favor, no dejes que estas paredes invisibles y palabras sin rostro nos separen.

Laura asintió, las lágrimas comenzaron a deslizarse por sus mejillas, no de tristeza, sino de alivio al sentir el apoyo de su amiga.

— Lo siento, Mihrimah. Debería haberte preguntado primero. Prometo que nunca volveré a dudar de ti.

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Soy Francisco J., apasionado de las historias y, lo más importante, padre de un pequeño. Durante el emocionante viaje de enseñar a mi hijo a leer, descubrí un pequeño secreto: cuando las historias incluyen a amigos, familiares o lugares conocidos, la magia realmente sucede. La conexión emocional con el cuento motiva a los niños a sumergirse más profundamente en las palabras y a descubrir el maravilloso mundo de la lectura. Saber más de mí.

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