Cuentos de Amistad

La Aventura en el Parque de Juanito, Pepe y Lola

Lectura para 11 años

Tiempo de lectura: 2 minutos

Español

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Era un cálido día de verano, y el parque del barrio estaba lleno de niños jugando y disfrutando del sol. Entre ellos, tres amigos inseparables: Juanito, Pepe y Lola. Juanito tenía el cabello castaño y corto, siempre vestido con una camiseta roja y jeans azules. Pepe, con su cabello negro y rizado, llevaba una sudadera verde y pantalones cortos. Lola, con su cabello rubio y liso, lucía un vestido rosa que brillaba bajo el sol.

Ese día, los tres amigos decidieron explorar cada rincón del parque. Había un área de juegos con columpios, toboganes y un gran arenero, pero lo que más les interesaba era el pequeño bosque que se extendía más allá de la zona de juegos. Antes de adentrarse, la mamá de Juanito les advirtió: «No se alejen demasiado y manténganse juntos, ¿de acuerdo?» Los tres amigos asintieron, ansiosos por comenzar su aventura.

Al principio, todo iba bien. Los niños corrían entre los árboles, imaginando que eran valientes exploradores en una selva misteriosa. Juanito encontró un palo que decidió que sería su espada, mientras que Lola recogía flores para hacer coronas. Pepe, siempre lleno de energía, se adelantaba constantemente, corriendo de un lado a otro.

«¡Miren esto!» gritó Pepe desde detrás de un arbusto grande. Juanito y Lola corrieron hacia él, encontrando un pequeño claro con un árbol caído perfecto para trepar. Pasaron un buen rato jugando allí, pero entonces Juanito se dio cuenta de que Pepe ya no estaba. «¿Dónde está Pepe?» preguntó, sintiendo un nudo en el estómago.

Lola miró a su alrededor preocupada. «No sé, estaba aquí hace un momento,» respondió. Llamaron a Pepe, pero no obtuvieron respuesta. El parque, que antes parecía tan lleno de alegría, de repente se sentía inmenso y un poco aterrador. «Tenemos que encontrarlo,» dijo Juanito decidido.

Juanito y Lola comenzaron a buscar a su amigo, llamando su nombre mientras caminaban por los senderos del bosque. «Pepe, ¿dónde estás?» gritaba Lola con desesperación. Siguieron buscando durante lo que pareció una eternidad, hasta que finalmente escucharon un suave sollozo cerca de un grupo de arbustos densos.

Al acercarse, encontraron a Pepe sentado en el suelo, con los ojos llenos de lágrimas. «Me perdí,» dijo con la voz entrecortada. «Corrí demasiado lejos y no supe cómo regresar.» Juanito y Lola lo abrazaron, aliviados de haber encontrado a su amigo sano y salvo. «No te preocupes, estamos aquí contigo,» le aseguró Juanito.

Los tres amigos se quedaron un rato allí, permitiendo que Pepe se calmara. Luego, juntos, comenzaron a buscar el camino de regreso. Recordaron las advertencias de la mamá de Juanito y decidieron que, a partir de ese momento, siempre se mantendrían juntos. Caminando con cuidado y siguiendo las marcas que habían dejado en su camino, finalmente encontraron la salida del bosque.

Cuando regresaron al área de juegos, las mamás de los tres niños los estaban esperando con caras preocupadas. «¿Qué pasó?» preguntó la mamá de Juanito. Juanito y Lola explicaron cómo Pepe se había perdido, pero que lo habían encontrado y habían regresado juntos. Las mamás, aunque preocupadas, estaban aliviadas de que todos estuvieran a salvo.

Esa noche, después de que todos se despidieran y regresaran a sus casas, Juanito, Pepe y Lola se reunieron en la casa de Juanito para hablar sobre su aventura. «Fue un poco aterrador, pero estoy feliz de que nos encontremos siempre,» dijo Pepe con una sonrisa. «Sí, aprendimos una lección importante,» agregó Lola. «Nunca debemos separarnos.»

Juanito asintió. «Y siempre debemos escuchar las advertencias de los adultos. Pero también tuvimos una gran aventura y eso es algo que nunca olvidaremos.» Los tres amigos rieron y recordaron los momentos divertidos del día, sintiéndose más unidos que nunca.

La experiencia en el parque no solo les enseñó la importancia de la amistad y de cuidarse unos a otros, sino también el valor de escuchar y ser responsables. Desde ese día, cada vez que iban al parque, se aseguraban de permanecer juntos y de cuidar unos de otros, disfrutando de sus aventuras con más seguridad y confianza.

Y así, Juanito, Pepe y Lola siguieron explorando, siempre juntos, siempre amigos. Y colorín colorado, este cuento de amistad se ha acabado.

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Soy Francisco J., apasionado de las historias y, lo más importante, padre de un pequeño. Durante el emocionante viaje de enseñar a mi hijo a leer, descubrí un pequeño secreto: cuando las historias incluyen a amigos, familiares o lugares conocidos, la magia realmente sucede. La conexión emocional con el cuento motiva a los niños a sumergirse más profundamente en las palabras y a descubrir el maravilloso mundo de la lectura. Saber más de mí.

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