Era un día soleado en el colegio San José, donde los niños se reían y jugaban en el patio. Entre ellos se encontraban Felipe y Ariana, dos amigos de diez años que compartían una gran pasión: la lectura. Ambos pasaban horas en la biblioteca, sumergidos en libros de aventuras, poesía y fantasía. Se conocieron en la clase de literatura y rápidamente se hicieron inseparables.
Un día, mientras hojeaban algunos libros en la biblioteca, Felipe miró a Ariana y le dijo: “¿Te imaginas si escribiéramos nuestras propias historias? Podríamos hacer un libro juntos.” Ariana sonrió de oreja a oreja. “¡Eso sería genial! Me encantaría crear un libro de poemas. ¡Podríamos ser los poetas del colegio!”
Decididos a hacer realidad su sueño, fueron a hablar con su maestra, la señorita Rosa. “Señorita Rosa, queremos escribir un libro de poemas. ¿Nos podría ayudar?” preguntó Felipe con entusiasmo. La maestra sonrió, satisfecha con su iniciativa. “Por supuesto, chicos. Les ayudaré a desarrollar sus ideas y a encontrar inspiración. ¡Vamos a trabajar juntos!”
Los días siguientes fueron muy emocionantes. Con la ayuda de la señorita Rosa, Felipe y Ariana aprendieron sobre la poesía, los diferentes estilos y cómo expresar sus sentimientos a través de las palabras. Comenzaron a escribir juntos en un pequeño cuaderno que Ariana había decorado con dibujos de unicornios y estrellas. Cada poema que creaban estaba lleno de imaginación y emoción, reflejando sus sueños y anhelos.
Con el tiempo, sus poemas se convirtieron en un hermoso libro que titularon “Sueños de Papel”. Se sentían orgullosos de su trabajo y decidieron presentarlo en la feria del libro del colegio. “¡Este será nuestro momento!”, dijo Ariana emocionada. “¡Todos conocerán nuestro libro!”
El día de la feria llegó, y Felipe y Ariana estaban llenos de nervios. Habían hecho carteles coloridos y prepararon una pequeña presentación para mostrar su libro. Todos los estudiantes estaban entusiasmados con la feria, y la biblioteca estaba llena de risas y charlas.
Mientras estaban en su mesa, de repente, un nuevo alumno llamado Juan se acercó. Juan era conocido como el campeón nacional de deletreo. Tenía una gran confianza en sí mismo y una sonrisa que hacía que todos se sintieran intrigados. “Hola, ¿qué es esto?” preguntó, mirando el libro de Felipe y Ariana.
“Es nuestro libro de poemas. Se llama ‘Sueños de Papel’,” respondió Felipe con orgullo. Pero Juan, sin mostrar mucho interés, dijo: “¿Poemas? Eso es para los débiles. Yo soy el mejor en deletreo. Debo ser el campeón de poesía del colegio.” Las palabras de Juan hicieron que Felipe y Ariana se sintieran incómodos.
“No se trata de competir, Juan. Se trata de compartir lo que sentimos”, dijo Ariana, tratando de ser amable. Pero Juan solo se rió y se alejó. “Tal vez deban rendirse antes de que comience la competencia”, agregó.
Los amigos se miraron preocupados. “¿Crees que pueda ser un problema?” preguntó Felipe. “No lo sé, pero no debemos dejarnos llevar por eso. Nuestros poemas son importantes para nosotros”, respondió Ariana, intentando mantenerse positiva.
A medida que la feria avanzaba, Juan comenzó a atraer la atención de otros estudiantes, mostrando su talento en el deletreo. Mientras todos aplaudían, Felipe y Ariana sintieron una punzada de inseguridad. “Tal vez deberíamos dejar de intentar ser poetas”, sugirió Felipe. “Juan es realmente bueno y no quiero sentirme mal si no ganamos.”
“¡No!” dijo Ariana con determinación. “No se trata de ganar o perder, sino de hacer lo que amamos. Tenemos que mostrarles nuestro libro, sin importar lo que diga Juan.” Felipe sonrió, sintiéndose inspirado por la valentía de su amiga.
Cuando llegó su turno para presentar, Felipe y Ariana se prepararon. Con el corazón latiendo con fuerza, se pusieron de pie frente a sus compañeros. “¡Hola a todos! Somos Felipe y Ariana, y queremos compartir con ustedes nuestro libro ‘Sueños de Papel’”, comenzó Felipe.
Ariana continuó: “Es un libro lleno de poemas que escribimos juntos, y cada uno de ellos representa un pequeño sueño que llevamos en nuestro corazón.” Comenzaron a leer algunos de sus poemas, y poco a poco, la atención del público se centró en ellos. Los rostros de sus compañeros mostraban admiración y asombro.
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Autor del Cuento
Soy Francisco J., apasionado de las historias y, lo más importante, padre de un pequeño. Durante el emocionante viaje de enseñar a mi hijo a leer, descubrí un pequeño secreto: cuando las historias incluyen a amigos, familiares o lugares conocidos, la magia realmente sucede. La conexión emocional con el cuento motiva a los niños a sumergirse más profundamente en las palabras y a descubrir el maravilloso mundo de la lectura. Saber más de mí.