Cuentos de Amistad

La Escuela de los Pinos y sus Amigos Monstruosos

Lectura para 6 años

Tiempo de lectura: 5 minutos

Español

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En un pequeño pueblo rodeado de montañas majestuosas y ríos cristalinos, se encontraba una escuela muy especial. Esta escuela, llamada «Los Pinos», no era como las demás. Durante el día, los estudiantes que asistían parecían ser niños normales. Sin embargo, cuando el último rayo de sol se desvanecía, algo mágico ocurría. Cinco amigos inseparables: Jhoan, Iker, Santiago, Celeste y Hellen, se transformaban en mitad humanos y mitad monstruos.

Cada uno de estos niños tenía una habilidad única. Jhoan se convertía en un zombie que podía atravesar paredes. Iker se transformaba en un majestuoso dragón capaz de volar y lanzar fuego. Santiago adquiría orejas y colmillos de lobo, con una fuerza y agilidad increíbles. Celeste se transformaba en una reina momia con poderes antiguos y misteriosos. Y Hellen se convertía en una bruja con habilidades mágicas impresionantes.

Sus mascotas también eran especiales. Durante el día, eran simples peluches, pero al caer la noche, se volvían reales. Jhoan tenía un alicornio, Iker un fénix, Santiago un koala, Celeste un grifo, Hellen un gato, Mateo un conejo, y Addison dos cabritas voladoras. Estos compañeros les acompañaban en sus aventuras nocturnas, haciendo que cada noche fuera una experiencia mágica.

Una tarde, mientras los amigos se preparaban para la transformación, se dieron cuenta de que algo extraño estaba ocurriendo en el pueblo. Las estrellas no brillaban como de costumbre, y el aire estaba cargado con una sensación de misterio. Decidieron investigar qué estaba causando este cambio.

Se reunieron en el claro del bosque, donde siempre iniciaban sus aventuras nocturnas. Jhoan, con su habilidad para atravesar paredes, fue el primero en notar que la escuela parecía diferente. «¡Algo está mal aquí!», exclamó. «Puedo sentirlo en el aire».

Iker, ya transformado en dragón, voló por encima de la escuela para tener una mejor vista. «Desde aquí arriba puedo ver una luz extraña cerca del río», dijo mientras descendía. «Deberíamos investigar».

Con sus mascotas a su lado, los amigos se dirigieron hacia el río. A medida que se acercaban, la luz se hacía más intensa y descubrieron que provenía de una cueva oculta tras una cascada. «Nunca había visto esta cueva antes», dijo Santiago, sus orejas de lobo moviéndose con curiosidad. «Debemos entrar, pero con cuidado».

Celeste, con su sabiduría de reina momia, sugirió: «Formemos una estrategia. Jhoan, atraviesa la pared y verifica si hay peligro. Iker y Santiago, estén listos para entrar si hay problemas. Hellen y yo usaremos nuestra magia para protegernos».

Jhoan asintió y, con facilidad, atravesó la pared de la cueva. En su interior, encontró una sala llena de cristales brillantes y un viejo libro abierto en un atril. «¡Aquí hay algo!», gritó, llamando a sus amigos.

Cuando todos estuvieron dentro, Hellen examinó el libro. «Es un libro de hechizos antiguos», explicó. «Parece que alguien lo ha usado recientemente. Tal vez sea la causa de los cambios en nuestro pueblo».

De repente, un fuerte rugido resonó en la cueva. De las sombras, emergió una figura encapuchada. «¡¿Quién osa interrumpir mis planes?!», gritó la figura. «Yo soy el Guardián de la Noche, y este pueblo pronto será mío».

Los amigos se miraron con determinación. «No permitiremos que lastimes a nuestro hogar», dijo Celeste con firmeza. «¡Prepárense, amigos!»

La batalla comenzó. Iker voló sobre el Guardián lanzando fuego, mientras Santiago usaba su fuerza de lobo para atacar desde el suelo. Jhoan atravesaba las paredes de la cueva, confundiendo al enemigo, y Celeste y Hellen lanzaban hechizos para proteger a sus amigos.

Sus mascotas también luchaban valientemente. El alicornio de Jhoan lanzaba destellos de luz, el fénix de Iker lanzaba llamas, el koala de Santiago usaba su agilidad para distraer al Guardián, el grifo de Celeste atacaba desde el aire, y el gato de Hellen utilizaba su astucia para confundir al enemigo.

Finalmente, con un poderoso hechizo conjunto, los amigos lograron derrotar al Guardián de la Noche. La cueva se llenó de luz, y el libro de hechizos se cerró de golpe. «Hemos salvado nuestro hogar», dijo Jhoan, respirando con alivio.

Cuando salieron de la cueva, las estrellas volvieron a brillar con su luz habitual, y el aire se sintió fresco y limpio. Los amigos sabían que, aunque la noche había sido peligrosa, su amistad y coraje les habían ayudado a superar cualquier obstáculo.

Desde ese día, Los Pinos no solo era una escuela especial por la transformación de los niños y sus mascotas, sino también por ser el hogar de los héroes que protegieron su pueblo. Y así, cada noche, los amigos continuaron sus aventuras, sabiendo que juntos podían enfrentarse a cualquier desafío que se les presentara.

Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.

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Soy Francisco J., apasionado de las historias y, lo más importante, padre de un pequeño. Durante el emocionante viaje de enseñar a mi hijo a leer, descubrí un pequeño secreto: cuando las historias incluyen a amigos, familiares o lugares conocidos, la magia realmente sucede. La conexión emocional con el cuento motiva a los niños a sumergirse más profundamente en las palabras y a descubrir el maravilloso mundo de la lectura. Saber más de mí.

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