En un lejano planeta llamado Toad Town, Mario Bross se encontraba en su casa, un castillo de color rojo, con forma de sombrero de hongo, rodeado de champiñones gigantes y un cielo azul brillante. Mario era un aventurero conocido en todo el reino por sus hazañas y valentía. Un día, mientras estaba sentado en su sala de estar, leyendo un libro de viajes por el espacio, escuchó un extraño ruido proveniente de afuera.
Miró por la ventana y vio una nave espacial que había aterrizado en el jardín del castillo. De la nave salió un extraterrestre con forma de serpiente, escamas brillantes y ojos grandes y redondos. El extraterrestre se acercó a Mario y le dijo en un idioma que Mario no entendía. Mario, confundido, se acercó a la puerta y encontró una pequeña sirenita que había sido dejada allí. La sirenita tenía cabello largo y rubio, cola de pescado y una sonrisa amable.
La sirenita se llamaba Luna y era originaria de un planeta submarino llamado Atlántida. Había sido enviada al espacio en una misión para encontrar un amigo que necesitaba ayuda. El extraterrestre se llamaba Zorvath y provenía de un planeta llamado Serpento. Había encontrado a Luna en su viaje y la había traído a Toad Town para que conociera a Mario.
Mario, Luna y Zorvath se reunieron en la sala de estar del castillo y comenzaron a hablar. Luna explicó que su amigo, un unicornio marino llamado Coral, estaba atrapado en un barco espacial abandonado que se dirigía hacia un agujero negro. Zorvath había estado viajando por el espacio cuando encontró el barco y la sirenita, pero no podía rescatar a Coral solo.
Mario, sin dudarlo, aceptó unirse a la misión para rescatar a Coral. Zorvath les explicó que el barco espacial estaba equipado con una tecnología avanzada que permitiría llegar al agujero negro y rescatar a Coral antes de que fuera demasiado tarde.
Con la ayuda de Zorvath, Mario y Luna abordaron la nave espacial y emprendieron su viaje. Durante el camino, Luna les contó sobre su amigo Coral y cómo lo habían conocido en Atlantida. Coral era un unicornio marino con un cuerno brillante y una cola de pescado que podía nadar en el espacio. Había sido enviado al espacio para explorar nuevos planetas y encontrar nuevos amigos.
Mientras viajaban, Mario y Luna se dieron cuenta de que tenían mucho en común. Ambos eran aventureros y les gustaba explorar nuevos lugares. Zorvath, por su parte, era un experto en navegación y les enseñó cómo utilizar la tecnología avanzada del barco espacial.
Después de varios días de viaje, finalmente llegaron al barco espacial abandonado. Mario, Luna y Zorvath se pusieron sus trajes espaciales y salieron del barco para rescatar a Coral. Cuando llegaron al barco abandonado, encontraron a Coral atrapado en una cámara de seguridad. Mario utilizó su habilidad para saltar y llegar a la cámara, mientras que Luna utilizó su canto para distraer a los robots que protegían la cámara.
Con la ayuda de Zorvath, lograron liberar a Coral y regresar al barco espacial. Coral estaba muy agradecido con sus nuevos amigos y les contó sobre su aventura en el espacio. Juntos, los cuatro amigos regresaron a Toad Town y celebraron su victoria con una gran fiesta.
Durante la fiesta, Mario se dio cuenta de que había encontrado algo más que una simple amistad con Luna y Zorvath. Había encontrado una familia en el espacio. Luna, por su parte, se sintió agradecida de haber encontrado amigos que la ayudaron en su misión. Zorvath se sintió orgulloso de haber podido ayudar a salvar a Coral. Y Coral, el unicornio marino, se sintió afortunado de haber sido rescatado por sus nuevos amigos.
La odisea estelar de Mario había terminado, pero sabía que siempre tendría amigos en el espacio que estarían allí para ayudarlo en caso de necesidad. Y así, Mario, Luna, Zorvath y Coral continuaron su aventura en el espacio, listos para enfrentar cualquier desafío que se les presentara.
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Autor del Cuento
Soy Francisco J., apasionado de las historias y, lo más importante, padre de un pequeño. Durante el emocionante viaje de enseñar a mi hijo a leer, descubrí un pequeño secreto: cuando las historias incluyen a amigos, familiares o lugares conocidos, la magia realmente sucede. La conexión emocional con el cuento motiva a los niños a sumergirse más profundamente en las palabras y a descubrir el maravilloso mundo de la lectura. Saber más de mí.