Cuentos de Amistad

Los Superamigos: Conejo y Perro

Lectura para 4 años

Tiempo de lectura: 2 minutos

Español

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Había una vez, en una ciudad llena de colores y aventuras, dos grandes amigos llamados Conejo y Perro. Pero estos no eran animales comunes, eran superhéroes. Conejo llevaba una capa roja y una máscara que cubría sus orejas largas y curiosas. Perro, con su traje azul y una insignia en el pecho, siempre estaba listo para ayudar a quien lo necesitara.

Juntos, Conejo y Perro eran conocidos como los Superamigos. Cada día patrullaban la ciudad, asegurándose de que todos estuvieran a salvo y felices. Pero no estaban solos en sus aventuras. Siempre tenían el apoyo de una Persona Con Traje, un amable y sabio amigo que los guiaba y aconsejaba.

Un día, mientras patrullaban el parque, Conejo y Perro escucharon un grito de ayuda. Sin perder un segundo, corrieron hacia el lugar del que provenía el sonido. Allí encontraron a una pequeña ardilla atrapada en lo alto de un árbol.

«¡No te preocupes, te ayudaremos!» dijo Conejo, saltando con sus poderosas patas hacia las ramas.

Perro, usando su agudo sentido del olfato, encontró la mejor manera de subir y ayudar a Conejo. Juntos, lograron rescatar a la ardilla y llevarla a salvo al suelo.

«¡Gracias, Superamigos!» dijo la ardilla con gratitud. «Sin ustedes, no sé cómo habría bajado.»

Conejo y Perro sonrieron. Para ellos, no había mayor recompensa que ver a alguien a salvo y feliz.

Más tarde ese día, mientras paseaban por la ciudad, Persona Con Traje se unió a ellos. «Han hecho un gran trabajo hoy, amigos,» dijo con una sonrisa. «Pero creo que hay algo más que pueden hacer.»

«¿Qué es, Persona Con Traje?» preguntó Perro, siempre listo para una nueva misión.

«Hoy hay un gran desfile en la ciudad, y necesitamos asegurarnos de que todos estén seguros y se diviertan. ¿Podrían ayudarme con eso?» explicó Persona Con Traje.

«¡Por supuesto!» exclamó Conejo, saltando de emoción. «¡Nos encanta el desfile!»

Los tres amigos se dirigieron al centro de la ciudad, donde el desfile estaba a punto de comenzar. Había globos gigantes, carrozas decoradas y mucha música. Pero también había una gran multitud, y era importante que todos estuvieran seguros.

Conejo se subió a un poste de luz para tener una mejor vista de la multitud. Desde allí, podía ver si alguien necesitaba ayuda. Perro, con su gran capacidad para moverse entre la gente, se aseguraba de que todos los niños estuvieran con sus padres y que nadie se perdiera.

En un momento, Conejo vio a un niño pequeño que parecía haber perdido a sus padres. Con un salto ágil, llegó hasta él. «Hola, pequeño, ¿estás perdido?» preguntó amablemente.

El niño asintió, con lágrimas en los ojos. «No encuentro a mi mamá,» dijo sollozando.

«Tranquilo, te ayudaremos,» dijo Conejo, tomando la mano del niño. «Perro, ¿puedes olfatear a su mamá?»

Perro olfateó el aire y, usando su agudo sentido del olfato, encontró rápidamente a la mamá del niño. En poco tiempo, el niño y su madre estaban reunidos, agradeciendo a los Superamigos por su ayuda.

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Soy Francisco J., apasionado de las historias y, lo más importante, padre de un pequeño. Durante el emocionante viaje de enseñar a mi hijo a leer, descubrí un pequeño secreto: cuando las historias incluyen a amigos, familiares o lugares conocidos, la magia realmente sucede. La conexión emocional con el cuento motiva a los niños a sumergirse más profundamente en las palabras y a descubrir el maravilloso mundo de la lectura. Saber más de mí.

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