Había una vez, en un pequeño pueblo rodeado de colinas y bosques densos, dos amigos llamados Nico y Sole. Desde que eran muy pequeños, habían compartido risas, secretos y aventuras. Nico era un chico de cabello rizado y sonrisa contagiosa, mientras que Sole tenía largos cabellos dorados que brillaban como el sol. Ambos eran inseparables y siempre estaban inventando nuevas formas de jugar y explorar el mundo que les rodeaba. El pueblo era pequeño, pero lleno de magia; cada rincón tenía su propia historia.
Un día, mientras exploraban un antiguo desván en la casa de la abuela de Sole, encontraron un viejo baúl cubierto de polvo. Con gran esfuerzo, lograron abrirlo. Dentro, había montones de cartas amarillas y desgastadas, junto con un pequeño diario. Curiosos, decidieron leer las cartas. Eran cartas de amor escritas entre dos personas que parecían estar separadas por grandes distancias, pero que se escribían con una dedicación admirable. Las cartas hablaban de sus sueños, de la naturaleza que los rodeaba y de cómo el amor podía superar cualquier obstáculo. Nico y Sole se miraron, fascinados por la historia, y decidieron que ellos también querían vivir una aventura romántica.
Inspirados, decidieron crear un blog llamado «Amor sin fronteras» donde contarían sus propias historias de amistad y aventuras. Ambas creatividades florecieron al escribir sobre los momentos divertidos que pasaban juntos, y poco a poco, su blog se fue llenando de relatos divertidos y conmovedores. Pero también querían incluir historias en las que otros pudieran expresar sus sentimientos. Así que invitaron a sus compañeros de escuela a enviar sus propias historias de amor y amistad.
La fama de su blog comenzó a crecer. Un día, recibieron un mensaje de un chico llamado Lucas, que vivía en una ciudad muy lejana. Lucas contó que había estado siguiendo su blog y que se había sentido inspirado por las historias que allí compartían. Dijo que quería conectarse con otros jóvenes y compartir sus propias aventuras. Nico y Sole, emocionados por la oportunidad de conocer a alguien nuevo, comenzaron a intercambiar correos con Lucas. Las charlas se volvieron más frecuentes, y sus días se llenaron de risas al leer las anécdotas de Lucas sobre cómo había aprendido a tocar la guitarra y cómo buscaba encuentros emocionantes con sus amigos.
Con el paso del tiempo, Nico y Sole fueron sintiendo una conexión especial con Lucas, quien también empezó a compartir sus pensamientos sobre el amor y la amistad. Ellos decidieron organizar una videollamada para conocerse mejor. Era un día soleado cuando finalmente sucedió. Se sentaron ante la computadora de Sole, nerviosos pero emocionados. Cuando la pantalla se encendió, Lucas apareció con su guitarra, sonriendo encantadoramente. La conversación fluyó naturalmente, y antes de que se dieran cuenta, habían pasado horas charlando y riendo. Uno de los temas recurrentes eran los sueños de cada uno, y los tres jóvenes compartieron lo que anhelaban para su futuro.
Después de este encuentro virtual, el vínculo de los tres se fortaleció aún más. Nico y Sole empezaron a intercambiar ideas sobre cómo podrían sorprender a Lucas y, al mismo tiempo, explorar un nuevo camino en su blog. Un día, tuvieron una brillante idea: podrían crear un relato colaborativo donde cada uno contara su perspectiva sobre una misma historia de amor. Así que, se pusieron manos a la obra, imaginando aventuras en lugares lejanos, llenos de paisajes impresionantes y personajes cautivadores.
Mientras su historia tomaba forma, llegó el momento de sorprender a Lucas con una idea loca: ¡organizar un encuentro real! Planeaban que Lucas viniera a su pueblo durante el verano. Después de algunas semanas de planificación y mensajes, finalmente llegó el gran día. Sole, Nico y Lucas se reunieron en una hermosa colina llena de flores silvestres. Allí rieron, jugaron y compartieron historias que parecían salir de un cuento de hadas. Desde el primer momento, la conexión fue instantánea; era como si se conocieran de toda la vida.
Sin embargo, no todo era fácil. A medida que pasaban los días, se dieron cuenta de que no solo había amistad entre ellos, sino que algo más profundo había crecido. Sole empezó a sentir mariposas en el estómago cada vez que miraba a Lucas, mientras que Nico comenzó a darse cuenta de los sentimientos que tenía hacia Sole. El amor estaba en el aire, y aunque parecía confuso en un principio, decidieron hablar abiertamente sobre ello.
Una noche, mientras estaban sentados alrededor de una fogata, Sole miró a sus amigos y, con una voz suave, dijo: “Creo que todos hemos sentido algo especial en este tiempo juntos.” Lucas la miró a los ojos y respondió: “Me alegra saber que no soy el único que lo siente.” Nico, aunque tenía un ligero temor en su corazón, decidió ser honesto: “Yo también siento que hay algo más en esta amistad. Siempre he querido a Sole, pero no sabía si debería decírselo.” La atmósfera se volvió súbitamente intensa, con cada uno revelando sus sentimientos, y en ese instante, el amor comenzó a entrelazarse de manera hermosa entre ellos tres.
Así, lo que había comenzado como una aventura de amistad se transformó en un vínculo aún más fuerte, donde cada uno apoyaba los sueños del otro, y juntos crearon un amor sin fronteras. A pesar de que Lucas vivía lejos, encontraron maneras de estar conectados: mensajes, llamadas, y el blog donde sus historias se seguían entrelazando. Aprendieron que la distancia no podía frenar los sentimientos genuinos y que, efectivamente, el amor tiene el poder de unir a las personas de maneras inesperadas.
Con el tiempo, Nico, Sole y Lucas continuaron explorando su amistad y amor, siempre apoyándose mutuamente y compartiendo sus cuentos en su blog. Sabían que, a pesar de las distancias, el amor y la amistad pueden atravesar cualquier frontera, y que cada día es una nueva oportunidad para contar historias que son dignas de ser vividas. Así, sus corazones bailaban al unísono, disfrutando de la hermosa aventura que habían comenzado juntos; demostrando que el verdadero amor no conoce límites y siempre encuentra el camino para florecer en cualquier lugar del mundo.
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Autor del Cuento
Soy Francisco J., apasionado de las historias y, lo más importante, padre de un pequeño. Durante el emocionante viaje de enseñar a mi hijo a leer, descubrí un pequeño secreto: cuando las historias incluyen a amigos, familiares o lugares conocidos, la magia realmente sucede. La conexión emocional con el cuento motiva a los niños a sumergirse más profundamente en las palabras y a descubrir el maravilloso mundo de la lectura. Saber más de mí.