Había una vez, en un pequeño pueblo rodeado de colinas verdes y flores coloridas, un hermoso jardín conocido como el Jardín de las Maravillas. Este jardín era el lugar favorito de todos los habitantes del pueblo, ya que siempre estaba lleno de vida y alegría. En este encantador escenario, se desarrollaría una historia de amor que el pueblo recordaría para siempre.
En el centro del pueblo vivía un joven llamado Novio. Novio era conocido por su amabilidad y su sonrisa contagiosa. Trabajaba como jardinero en el Jardín de las Maravillas y cada día cuidaba con esmero las flores y los árboles, asegurándose de que todo estuviera en perfecto estado. Un día, mientras trabajaba, conoció a una joven llamada Novia. Novia era una chica dulce y bondadosa que adoraba las flores tanto como Novio. Desde el primer momento en que se vieron, supieron que estaban destinados a estar juntos.
Novio y Novia comenzaron a pasar mucho tiempo juntos en el jardín. Caminaban entre las flores, compartían risas y sueños, y poco a poco, su amistad se convirtió en un amor profundo y verdadero. Un día, mientras estaban sentados bajo un gran roble, Novio tomó la mano de Novia y, mirándola a los ojos, le dijo: —Novia, eres la persona más maravillosa que he conocido. Quiero pasar el resto de mi vida contigo. ¿Te casarías conmigo?
Los ojos de Novia se llenaron de lágrimas de felicidad y, con una gran sonrisa, respondió: —Sí, Novio, me encantaría casarme contigo.
La noticia de su compromiso se extendió rápidamente por el pueblo, y todos los habitantes comenzaron a prepararse para la gran boda. Decidieron que la ceremonia se llevaría a cabo en el Jardín de las Maravillas, rodeados de las flores y los árboles que tanto amaban. El Saserdote del pueblo, un hombre amable y bondadoso conocido por su amor por los animales, sería quien los casaría.
El día de la boda, el jardín estaba más hermoso que nunca. Los árboles estaban cubiertos de flores, y una suave brisa perfumada llenaba el aire. Los amigos y familiares de Novio y Novia se reunieron en el jardín, ansiosos por celebrar el amor de la pareja. Novio, vestido con un elegante traje, esperaba nervioso en el altar. A su lado, el Saserdote sonreía tranquilamente, sosteniendo un pequeño cerdo rosado en sus brazos, una de sus mascotas favoritas.
Cuando Novia apareció, caminando por el sendero cubierto de pétalos de rosa, todos quedaron maravillados por su belleza. Llevaba un vestido blanco adornado con flores y una corona de margaritas en el cabello. Novio sintió que su corazón se llenaba de amor al verla acercarse. Cuando llegó al altar, el Saserdote comenzó la ceremonia.
—Estamos aquí reunidos para celebrar el amor entre Novio y Novia —dijo el Saserdote con una voz cálida—. Su amor es un ejemplo de la belleza y la bondad que podemos encontrar en el mundo.
Mientras el Saserdote hablaba, el pequeño cerdo que sostenía comenzó a moverse inquieto. Sin perder la calma, el Saserdote acarició al cerdo y le dio un beso en la cabeza, provocando las risas de todos los presentes. Luego, continuó con la ceremonia.
—Novio, ¿aceptas a Novia como tu esposa, prometiendo amarla y cuidarla todos los días de tu vida?
—Sí, acepto —respondió Novio con firmeza, mirando a Novia con amor.
—Y tú, Novia, ¿aceptas a Novio como tu esposo, prometiendo amarlo y cuidarlo todos los días de tu vida?
—Sí, acepto —respondió Novia, sus ojos brillando de felicidad.
—Entonces, por el poder que me ha sido otorgado, los declaro marido y mujer. ¡Puede besar a la novia!
Con una sonrisa radiante, Novio y Novia se besaron, y todos los presentes estallaron en aplausos y vítores. El amor entre Novio y Novia era tan fuerte que parecía llenar todo el jardín con una luz cálida y brillante. El Saserdote, todavía sosteniendo al pequeño cerdo, sonrió satisfecho. Había sido una ceremonia perfecta.
La celebración continuó con un festín en el jardín. Mesas llenas de comida deliciosa y bebidas refrescantes fueron dispuestas entre las flores. Todos bailaron y rieron, disfrutando de la compañía y la alegría del día. Novio y Novia compartieron su primer baile como marido y mujer bajo la luz de la luna, rodeados de amigos y familiares que los querían.
Con el paso de los días, Novio y Novia continuaron viviendo en el pueblo, cuidando el Jardín de las Maravillas y llenándolo de amor y alegría. Su historia de amor se convirtió en una leyenda en el pueblo, un ejemplo de cómo el amor verdadero puede florecer en los lugares más hermosos.
El Saserdote, con su amor por los animales, siguió siendo una figura querida en el pueblo. Su acto de besar al pequeño cerdo durante la boda se convirtió en una anécdota que todos recordaban con cariño. Cada vez que alguien hablaba de la boda de Novio y Novia, siempre mencionaban el beso del cerdo, y todos reían recordando ese momento especial.
A medida que los años pasaban, Novio y Novia construyeron una familia y enseñaron a sus hijos a cuidar del jardín con el mismo amor y dedicación que ellos. El Jardín de las Maravillas siguió siendo un lugar de paz y belleza, un refugio donde todos los habitantes del pueblo podían venir a disfrutar de la naturaleza y el amor.
Y así, la historia de Novio y Novia, con la ayuda del Saserdote y su pequeño cerdo, se convirtió en un cuento que se contaba de generación en generación. Un cuento de amor, alegría y la magia de encontrar a tu alma gemela en el lugar menos esperado.
Fin.
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Autor del Cuento
Soy Francisco J., apasionado de las historias y, lo más importante, padre de un pequeño. Durante el emocionante viaje de enseñar a mi hijo a leer, descubrí un pequeño secreto: cuando las historias incluyen a amigos, familiares o lugares conocidos, la magia realmente sucede. La conexión emocional con el cuento motiva a los niños a sumergirse más profundamente en las palabras y a descubrir el maravilloso mundo de la lectura. Saber más de mí.