Cuentos de Amor

El Amor en los Tiempos del Instituto

Lectura para 11 años

Tiempo de lectura: 5 minutos

Español

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En un pequeño pueblo, había un instituto que, como todos, albergaba historias de sueños, miedos, amistades y, por supuesto, amores. Entre sus muros, se encontraba Alba, una chica de quince años con una larga melena castaña y ojos llenos de curiosidad. Alba provenía de una familia humilde, donde la vida diaria era una lucha constante. Su padre trabajaba largas horas como mecánico, mientras que su madre se encargaba de las labores domésticas y cuidaba de sus hermanos menores. A pesar de las dificultades, Alba era una estudiante dedicada y soñadora, siempre con un libro en la mano y una sonrisa en el rostro.

En la misma escuela, pero en una clase diferente, estaba Alex. Con dieciséis años, Alex era un chico tranquilo, de cabello oscuro y una actitud que a menudo ocultaba sus verdaderos sentimientos. Su familia también atravesaba momentos difíciles; su padre había perdido el trabajo y su madre trabajaba en dos empleos para mantener a la familia. A pesar de los desafíos, Alex era un joven talentoso y sensible, especialmente dotado para el dibujo y la música.

El primer encuentro entre Alba y Alex ocurrió de manera inesperada. Era un día cualquiera, y ambos estaban en sus respectivas clases, situadas una frente a la otra a través de un largo pasillo. Durante un cambio de clase, Alba levantó la vista y se encontró con la mirada de Alex. Fue un instante fugaz, pero suficiente para que ambos sintieran algo especial. Sin decir una palabra, sus miradas se cruzaron y algo mágico comenzó a surgir entre ellos.

Pasaron los días, y cada vez que podían, buscaban la oportunidad de mirarse a través del pasillo. Alba empezaba a encontrar excusas para salir de su clase y echar un vistazo, y Alex hacía lo mismo. Ambos sentían una conexión inexplicable, algo que no necesitaba palabras. Sin embargo, sabían que necesitarían algo más para comunicarse.

Un día, Alba decidió buscar a Alex en una red social. Después de varios intentos, finalmente lo encontró. Con nerviosismo y emoción, le envió un mensaje: «Hola, soy Alba, de la clase de enfrente. Me gustaría conocerte mejor.» Alex, sorprendido pero feliz, respondió casi de inmediato: «Hola, Alba. También quiero conocerte. He notado que me miras en los cambios de clase.»

Así comenzó su comunicación virtual. Todos los días, después de la escuela, intercambiaban mensajes, compartiendo sus pensamientos, sueños y preocupaciones. Descubrieron que tenían muchas cosas en común, desde el amor por la lectura hasta una pasión por la música. Alba le contaba sobre sus libros favoritos y sus sueños de ser escritora, mientras que Alex compartía sus dibujos y canciones.

A medida que pasaban las semanas, su amistad se fue profundizando y, sin darse cuenta, comenzaron a enamorarse. Alba esperaba con ansias cada mensaje de Alex, y él sentía lo mismo. Aunque no podían verse cara a cara con frecuencia, su conexión crecía cada día más fuerte.

Un viernes por la tarde, Alex decidió dar el siguiente paso. Había estado practicando una canción que había compuesto especialmente para Alba. Con el corazón latiendo a mil por hora, le envió un mensaje: «Alba, ¿te gustaría encontrarnos en el parque después de clases? Tengo algo especial que quiero mostrarte.» Alba, emocionada y un poco nerviosa, aceptó la invitación.

El parque era un lugar tranquilo, lleno de árboles y flores. Alex llegó primero, con su guitarra en mano, esperando ansiosamente a Alba. Cuando ella llegó, sus ojos se encontraron de nuevo, y esta vez, se acercaron y se dieron un abrazo, sintiendo que todo el tiempo que habían pasado hablando finalmente tenía un final feliz.

Alex se sentó en un banco y empezó a tocar su guitarra, cantando una canción que hablaba de sus sentimientos por Alba, de cómo sus miradas en el pasillo habían cambiado su vida. Alba, conmovida hasta las lágrimas, se sentó a su lado, escuchando cada palabra, cada nota. Cuando terminó, Alba no pudo evitar abrazarlo de nuevo, sintiendo que el amor que habían cultivado era real y fuerte.

Desde ese día, Alba y Alex comenzaron a verse más a menudo en el parque, compartiendo momentos especiales, hablando de sus sueños y apoyándose mutuamente en los momentos difíciles. Sin embargo, sabían que su futuro juntos no sería fácil. Las dificultades económicas de sus familias y las responsabilidades que ambos tenían en casa eran grandes obstáculos.

Pasaron los años, y aunque su amor seguía siendo fuerte, la realidad empezó a golpear con fuerza. Alba estaba decidida a seguir sus estudios y convertirse en escritora, mientras que Alex quería dedicarse a la música y el arte. Ambos sabían que para cumplir sus sueños, tendrían que tomar caminos diferentes.

Un día, sentados en su banco del parque, hablaron sobre su futuro. Alba, con lágrimas en los ojos, dijo: «Alex, te amo con todo mi corazón, pero sé que para cumplir nuestros sueños, tendremos que separarnos. No quiero que renuncies a tus sueños por mí, y yo no puedo renunciar a los míos.»

Alex, con el corazón roto, asintió. «Alba, siempre te amaré. Nunca olvidaré los momentos que compartimos y la forma en que cambiaste mi vida. Prometo que haré todo lo posible para cumplir mis sueños, y sé que tú harás lo mismo.»

Se abrazaron por última vez, prometiéndose que nunca olvidarían el amor que compartieron y que, sin importar dónde estuvieran, siempre se apoyarían desde la distancia. Con el tiempo, Alba se convirtió en una exitosa escritora, y Alex, en un músico reconocido. Aunque sus caminos eran diferentes, el amor que compartieron en su juventud los marcó para siempre, demostrando que el verdadero amor puede trascender el tiempo y la distancia.

Fin

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Soy Francisco J., apasionado de las historias y, lo más importante, padre de un pequeño. Durante el emocionante viaje de enseñar a mi hijo a leer, descubrí un pequeño secreto: cuando las historias incluyen a amigos, familiares o lugares conocidos, la magia realmente sucede. La conexión emocional con el cuento motiva a los niños a sumergirse más profundamente en las palabras y a descubrir el maravilloso mundo de la lectura. Saber más de mí.

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