En un reino olvidado por el tiempo, donde los árboles tocaban el cielo y los ríos cantaban melodías antiguas, vivía una princesa llamada Rossy. Su cabello rubio resplandecía como el sol del amanecer y su sonrisa tenía el poder de iluminar los días más sombríos del reino. Sin embargo, a pesar de su vida en el castillo, Rossy soñaba con aventuras que iban más allá de los altos muros que la rodeaban.
Yeiren, por su parte, era un joven del pueblo, conocido por su valentía y su espíritu libre. Su cabello oscuro y sus ojos profundos eran el reflejo de las noches sin luna que había pasado explorando los bosques que rodeaban el reino. Aunque su vida era humilde, su corazón estaba lleno de sueños y deseos de descubrir los secretos del mundo.
Un día, impulsada por el deseo de conocer la vida más allá de su dorada jaula, Rossy se disfrazó de aldeana y escapó del castillo. Caminó hacia el bosque encantado, un lugar que los ancianos del reino decían que estaba lleno de magia y misterios antiguos. Fue allí donde Rossy y Yeiren se encontraron por primera vez, bajo la sombra de un roble milenario.
Yeiren estaba recolectando hierbas cerca del roble cuando vio a Rossy. Aunque ella intentaba ocultar su identidad, algo en su porte y elegancia la delataba como alguien de sangre real. Sin embargo, Yeiren, cautivado por su belleza y su mirada curiosa, decidió guardar el secreto y le ofreció mostrarle los secretos del bosque.
Día tras día, Rossy volvía al bosque para encontrarse con Yeiren. Él le enseñó a leer las estrellas, a entender el lenguaje de los animales del bosque y los secretos de las plantas que curaban enfermedades. Con cada encuentro, el amor entre ellos crecía, tan natural y poderoso como la tierra bajo sus pies.
Sin embargo, el rey y la reina comenzaron a sospechar y finalmente descubrieron la verdad detrás de las escapadas de Rossy. Enfurecidos al principio, convocaron a Yeiren al castillo. Fue entonces cuando Rossy, con todo el coraje de su corazón, les confesó su amor por Yeiren y cómo él había enseñado más sobre la vida y el amor que cualquier libro o tutor en el castillo.
Conmovidos por la sinceridad de Rossy y la nobleza de Yeiren, los reyes acordaron conocer mejor al joven. Con el tiempo, vieron en él no solo a un aldeano, sino a un hombre de gran sabiduría y bondad. Eventualmente, aceptaron su amor por Rossy y bendijeron su unión.
La boda se celebró en el mismo bosque donde se habían conocido. Fue un festín lleno de alegría y magia, con criaturas del bosque y gente del reino celebrando juntos. Bajo el roble milenario, Rossy y Yeiren intercambiaron votos de amor eterno, sellados con la bendición de la naturaleza y todos los que habían sido testigos de su unión.
Desde ese día, Rossy y Yeiren gobernaron el reino juntos, guiados por la sabiduría del bosque y el profundo amor que compartían. Bajo su reinado, el reino experimentó una era de paz y prosperidad, siempre recordando que el amor verdadero y la comprensión entre los diferentes mundos son la clave para un futuro armonioso.
Y así, en un reino donde el amor había triunfado sobre la duda y el miedo, Rossy y Yeiren vivieron felices por siempre, dejando un legado de amor, aventura y armonía con la naturaleza que perduró a través de las generaciones.
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Autor del Cuento
Soy Francisco J., apasionado de las historias y, lo más importante, padre de un pequeño. Durante el emocionante viaje de enseñar a mi hijo a leer, descubrí un pequeño secreto: cuando las historias incluyen a amigos, familiares o lugares conocidos, la magia realmente sucede. La conexión emocional con el cuento motiva a los niños a sumergirse más profundamente en las palabras y a descubrir el maravilloso mundo de la lectura. Saber más de mí.