Elena y Marta eran dos hermanas inseparables, pero como todo par de hermanos, tenían sus diferencias. A Elena le encantaba pintar y a Marta le fascinaban las mariposas.
Pero había algo en lo que no coincidían: les costaba compartir y respetar las cosas de la otra.
Un día, mientras jugaban en el parque, encontraron un antiguo cofre escondido detrás de un gran roble. Al abrirlo, un destello de luz salió de su interior y con él, un viejo y polvoriento libro.
«El Encanto del Corazón Compartido», decía en su portada. Las niñas, impulsadas por la curiosidad, comenzaron a leerlo. El libro contaba la historia de dos princesas hermanas que, como ellas, discutían mucho y no compartían.
Sin embargo, un día, un hada les entregó un collar mágico en forma de corazón partido en dos. Cada princesa llevaba una mitad y, solo cuando aprendieran a respetarse y compartir, el collar brillaría unido.
Elena y Marta se miraron y sonrieron. Decidieron que era hora de hacer un cambio. Empezaron por compartir sus juguetes y respetar el espacio de la otra. Marta le enseñó a Elena sobre mariposas y Elena le mostró a Marta cómo pintar hermosos paisajes.
Con el tiempo, las discusiones se volvieron menos frecuentes y su amor de hermanas creció más fuerte. Una noche, mientras dormían, el cofre se abrió solo y de él salió un collar idéntico al del libro.
Cada una tomó una mitad y, al ponérselo, el collar brilló intensamente, mostrando que habían aprendido la lección del corazón compartido.
Conclusión:
Aunque a veces los hermanos puedan tener diferencias y discutir, el amor que sienten el uno por el otro siempre prevalecerá. Aprender a respetarse y compartir son valores fundamentales que refuerzan el lazo familiar.