Cuentos de Amor

El Eterno Amor de Luna y Sol

Lectura para 11 años

Tiempo de lectura: 5 minutos

Español

Puntuación:

1
(1)
 

Compartir en WhatsApp Compartir en Telegram Compartir en Facebook Compartir en Twitter Compartir por correo electrónico
1
(1)

Había una vez, en un reino donde el cielo se extendía infinito y las estrellas parpadeaban como testigos del tiempo, dos seres etéreos cuya historia de amor trascendía las eras. Eran Luna y Sol, dos almas destinadas a brillar, pero condenadas a estar separadas por la naturaleza de su existencia.

Luna, con su serena belleza plateada y su cabello que fluía como ríos de plata bajo la noche estrellada, gobernaba el cielo nocturno. Su presencia traía calma y susurros de misterios antiguos, envolviendo el mundo en un manto de sueños y deseos silenciosos.

Sol, por otro lado, era un espíritu de fuego y luz, cuyo cabello dorado y sonrisa radiante alegraban el día. Su calor daba vida, hacía bailar a las flores y cantar a los ríos, y su luz dispersaba las sombras del miedo y la tristeza.

Aunque su amor era tan grande como el vasto universo, Luna y Sol estaban destinados a encontrarse solo en breves momentos. Durante los eclipses, cuando el cielo y la tierra retenían la respiración ante su encuentro, ellos compartían un corto tiempo juntos. Eran momentos de un amor tan puro y profundo que hacía que las estrellas se detuvieran en su danza celestial para observar.

Con cada encuentro, Luna y Sol compartían sus historias, sueños y temores. Luna le contaba a Sol sobre el silencioso encanto de la noche, sobre las criaturas que solo salían a la luz de su brillo suave, y sobre las sombras que jugaban entre los árboles susurrantes.

Sol le relataba a Luna las maravillas del día, las aventuras de las aves viajeras, los secretos de los antiguos desiertos y las profundidades de los océanos que solo él podía iluminar. Y aunque cada encuentro era breve, el amor entre Luna y Sol crecía y se fortalecía, alimentado por la esperanza y la eterna promesa de volver a encontrarse.

Un día, durante un eclipse que era más mágico y poderoso que cualquier otro vivido antes, Luna y Sol decidieron no resignarse más a sus breves encuentros. No querían seguir siendo prisioneros del destino que les permitía unirse solo por momentos efímeros. Así que idearon un plan para cambiar las reglas del tiempo y del espacio, para crear un lugar donde pudieran estar juntos sin separarse más.

Luna propuso crear un nuevo mundo, un pequeño universo creado por la fusión de su luz y la de Sol, un lugar donde el día y la noche no fueran estados opuestos, sino un eterno crepúsculo, un tiempo mágico donde todo era posible. Sol, movido por la visión de su amada y por el deseo de estar juntos, aceptó de inmediato, listo para dar todo de sí para hacer ese sueño realidad.

Combinando su luz y oscuridad, crearon un eclipse que no terminaba, un crepúsculo eterno que viviría en el corazón de su nuevo mundo. Este mundo sería su hogar, un lugar hecho de sus esperanzas, sueños y amor inquebrantable. Allí, Luna no perdería su brillo en la presencia abrumadora de Sol, ni Sol tendría que desvanecer su luz para evitar opacar a su amada.

En este mundo, crearon ríos que fluían tanto en la luz como en la oscuridad, flores que abrían sus pétalos tanto al amanecer como al anochecer, y estrellas que brillaban tanto de día como de noche. Crearon música que era un susurro de la noche y un canto del día, y vientos que llevaban el calor del sol y el frescor de la luna.

Y así, Luna y Sol finalmente pudieron vivir juntos, compartiendo cada momento, sin despedidas ni reencuentros. En su mundo de crepúsculo eterno, danzaban juntos en el cielo, eternos y libres, unidos por un amor que había desafiado las reglas del universo para hacerse realidad.

Su historia se convirtió en leyenda, narrada por las estrellas a las galaxias, y por el viento a las montañas y los mares. Luna y Sol, en su crepúsculo eterno, se convirtieron en símbolos de amor y esperanza, recordatorios de que incluso las fuerzas más incontrolables pueden ser moldeadas por el corazón cuando el amor es verdadero.

Y así, en un lugar donde el tiempo no existía como lo conocemos, Luna y Sol continúan su danza, amándose más con cada giro del universo, eternos en su crepúsculo, siempre juntos, siempre aparte del resto del mundo, pero nunca más el uno sin el otro.

image_pdfDescargar Cuentoimage_printImprimir Cuento

¿Te ha gustado?

¡Haz clic para puntuarlo!

Comparte tu historia personalizada con tu familia o amigos

Compartir en WhatsApp Compartir en Telegram Compartir en Facebook Compartir en Twitter Compartir por correo electrónico

Cuentos cortos que te pueden gustar

autor crea cuentos e1697060767625
logo creacuento negro

Soy Francisco J., apasionado de las historias y, lo más importante, padre de un pequeño. Durante el emocionante viaje de enseñar a mi hijo a leer, descubrí un pequeño secreto: cuando las historias incluyen a amigos, familiares o lugares conocidos, la magia realmente sucede. La conexión emocional con el cuento motiva a los niños a sumergirse más profundamente en las palabras y a descubrir el maravilloso mundo de la lectura. Saber más de mí.

Deja un comentario