En un colorido rincón del mundo, donde las flores bailan con el viento y las mariposas pintan el cielo de colores, vivían dos hermanas, Arianny y Ashley. Aunque compartían el mismo hogar y crecían bajo el mismo sol radiante, a menudo se encontraban en desacuerdo por las cosas más pequeñas.
Arianny, con sus rizos rebeldes y una sonrisa que iluminaba su rostro, amaba la aventura y siempre buscaba nuevas emociones en el jardín que rodeaba su casa. Ashley, por otro lado, con su cabello rubio liso y ojos soñadores, prefería la tranquilidad, pasando horas leyendo y dibujando bajo la sombra de los árboles.
Un día, mientras el sol se elevaba perezosamente en el cielo, Arianny decidió construir una fortaleza entre los arbustos, un lugar solo para ella. Cuando Ashley quiso unirse, Arianny se negó, insistiendo en que solo era para aventureras.
Ashley, sintiéndose rechazada, dibujó un círculo alrededor de su lugar favorito bajo el gran roble y declaró que era su reino privado, donde solo los artistas podían entrar. Así, el jardín que una vez fue un paraíso compartido, se dividió en dos mundos separados.
Con el paso de los días, las risas que llenaban el aire se volvieron más escasas. Las mariposas y las flores parecían menos brillantes, añorando la alegría que las hermanas solían traer. Viendo esto, la madre de Arianny y Ashley decidió intervenir.
Una tarde, les pidió que prepararan juntas un picnic para disfrutar en el jardín. Reluctantes pero obedientes, las hermanas empezaron a trabajar juntas, cortando frutas, haciendo sandwiches y llenando una canasta con golosinas. Al principio, lo hicieron en silencio, pero poco a poco, comenzaron a hablar, primero sobre tareas simples y luego sobre las flores y las mariposas.
Al llegar al jardín, se dieron cuenta de cómo su separación había afectado todo a su alrededor. El jardín, triste y silencioso, parecía suplicarles que recuperaran su armonía. Compartiendo risas y bocados, Arianny y Ashley recordaron cuánto disfrutaban estando juntas.
Inspiradas por el cambio en el ambiente, después del picnic, Arianny tomó la mano de Ashley y, juntas, deshicieron las divisiones que habían creado. Decidieron que el jardín sería nuevamente un lugar para ambas, donde la aventura y el arte podrían coexistir y enriquecerse mutuamente.
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Autor del Cuento
Soy Francisco J., apasionado de las historias y, lo más importante, padre de un pequeño. Durante el emocionante viaje de enseñar a mi hijo a leer, descubrí un pequeño secreto: cuando las historias incluyen a amigos, familiares o lugares conocidos, la magia realmente sucede. La conexión emocional con el cuento motiva a los niños a sumergirse más profundamente en las palabras y a descubrir el maravilloso mundo de la lectura. Saber más de mí.