En un mundo lleno de colores y alegría, llegó un pequeño llamado Damián. Sus padres lo esperaban con un amor tan grande, que no cabía en sus corazones.
Desde el primer momento en que lo vieron, los ojos de sus padres brillaron con un amor inmenso. Su madre, con ternura, acariciaba su pequeña manita, mientras que su padre le cantaba suaves canciones para dormir.
Cada día, Damián crecía rodeado de cariño. Sus padres le enseñaban el mundo a través de juegos y risas. Le mostraban cómo las flores crecían en el jardín y cómo los pájaros cantaban al amanecer.
Damián aprendió a caminar bajo la mirada atenta de sus padres. Sus primeros pasos fueron hacia ellos, con los brazos abiertos, listos para abrazarlo en cada intento, cada caída y cada nuevo logro.
Con el tiempo, Damián comenzó a hablar. Sus primeras palabras fueron “mamá” y “papá”, llenando de alegría y lágrimas de felicidad los ojos de sus padres. Cada palabra nueva era celebrada como un gran acontecimiento.
Sus padres siempre estaban ahí para él, en los días soleados y en las noches de tormenta, enseñándole que el amor es el refugio más seguro. Le leían cuentos cada noche, llenando sus sueños de aventuras y magia.
Damián creció sabiendo que el amor de sus padres era incondicional. No importaba si tenía un mal día o si se sentía triste, ellos siempre estaban allí para hacerle sentir mejor, con un abrazo cálido o una palabra amable.
El día de su cumpleaños, sus padres prepararon una fiesta sorpresa. Decoraron la casa con globos y guirnaldas, y hornearon su pastel favorito. Damián se sintió el niño más especial y amado del mundo.
Conclusión:
Damián aprendió que el amor de una familia es el tesoro más valioso. Sus padres le enseñaron que, sin importar lo que pase, el amor siempre está presente, brindando seguridad, felicidad y calor. Y así, con cada día que pasaba, el pequeño Damián crecía rodeado de amor, sabiendo que siempre estaría protegido y amado.
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Autor del Cuento
Soy Francisco J., apasionado de las historias y, lo más importante, padre de un pequeño. Durante el emocionante viaje de enseñar a mi hijo a leer, descubrí un pequeño secreto: cuando las historias incluyen a amigos, familiares o lugares conocidos, la magia realmente sucede. La conexión emocional con el cuento motiva a los niños a sumergirse más profundamente en las palabras y a descubrir el maravilloso mundo de la lectura. Saber más de mí.