En un tranquilo barrio llamado «Las Rosas», vivía Ana junto a su mejor amiga, Katy. Ana escondía un secreto: estaba enamorada de Kevin, un compañero de su clase. Katy lo sabía y siempre animaba a Ana a confesar sus sentimientos.
Un día, en la escuela, Mishel, una chica que siempre competía con Ana en todo, se enteró del secreto. Decidió acercarse a Kevin solo para darle celos a Ana.
Aunque Kevin era amable y conversaba con Mishel, se notaba que no tenía el mismo brillo en los ojos que cuando hablaba con Ana.
Katy se dio cuenta de las intenciones de Mishel y decidió hablar con ella. «¿Por qué haces esto? No es justo jugar con los sentimientos de las personas solo por envidia», le dijo.
Mishel, al principio, se mostró indiferente, pero con el tiempo, comenzó a sentirse mal por lo que estaba haciendo. Katy tenía razón; jugar con el corazón de alguien no estaba bien.
Un día, durante la clase de arte, Kevin se acercó a Ana. «He notado que te alejas cada vez que estoy con Mishel», le dijo. «No es que no quiera ser tu amigo, pero siento algo especial por ti, algo que no siento con Mishel ni con nadie más».
Ana, sorprendida y emocionada, le confesó a Kevin lo que sentía. Kevin sonrió, «Lo sabía, siempre lo supe».
Conclusión:
Mishel aprendió una valiosa lección sobre no usar a las personas para satisfacer su ego o dar envidia a otros.
Kevin y Ana aprendieron a confiar en sus sentimientos y a no dejar que los demás dicten con quién deben estar. Y Katy, la mejor amiga, demostró que siempre estará allí para proteger y apoyar a Ana.
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Autor del Cuento
Soy Francisco J., apasionado de las historias y, lo más importante, padre de un pequeño. Durante el emocionante viaje de enseñar a mi hijo a leer, descubrí un pequeño secreto: cuando las historias incluyen a amigos, familiares o lugares conocidos, la magia realmente sucede. La conexión emocional con el cuento motiva a los niños a sumergirse más profundamente en las palabras y a descubrir el maravilloso mundo de la lectura. Saber más de mí.