Cuentos de Amor

Sueños Cruzados

Lectura para 11 años

Tiempo de lectura: 2 minutos

Español

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Había una vez en un pequeño pueblo, dos corazones que latían al unísono sin saberlo. Cachita, una chica de cabellos como la noche y ojos tan brillantes como estrellas, soñaba con un amor que cruzara fronteras. Rayito, un chico con sonrisa radiante y cabellos dorados como el sol, soñaba con encontrar a alguien que iluminara su mundo.

Cachita y Rayito se conocieron en la infancia, pero el destino los separó cuando Rayito y su familia se mudaron a otro país. A pesar de la distancia, ambos crecieron con un sentimiento inexplicable, como si algo o alguien les hiciera falta en sus vidas.

Un día, mientras Cachita paseaba por el parque, vio a un par de mariposas revoloteando juntas. Aquella imagen le recordó a Rayito, aquel niño con quien compartió juegos y risas en su niñez. Sin saber por qué, decidió escribirle una carta, sin esperanza de respuesta, pero con el deseo de expresar aquellos recuerdos.

Mientras tanto, en otro país, Rayito miraba el cielo, preguntándose qué sería de esa niña con la que tantas veces jugó bajo el sol del pueblo. En ese momento, una carta llegó a sus manos, una carta que iluminó su día y avivó la esperanza en su corazón. Era de Cachita, la niña de sus recuerdos de infancia.

Ambos comenzaron a escribirse, compartiendo sus vidas, sueños y esperanzas. A través de las palabras, el amor que había comenzado como una semilla en su infancia, comenzó a florecer. Se dieron cuenta de que, aunque estaban separados por miles de kilómetros, sus corazones latían al mismo ritmo.

Cada carta era una ventana a un mundo compartido, un puente que cruzaba océanos y distancias. Hablaban de sus días, de sus sueños, y poco a poco, de sus sentimientos. Cachita y Rayito se enamoraron a través de las palabras, en una danza de frases que tejía un lazo invisible pero indestructible entre ellos.

Un día, Rayito tomó una decisión valiente. Decidió viajar de vuelta al pequeño pueblo para encontrarse con Cachita. Con el corazón lleno de esperanza y las manos temblorosas, llegó al lugar donde tantas veces jugaron de niños.

Cachita, al saber que Rayito había vuelto, corrió al parque, el lugar de su primer encuentro. Allí, bajo el mismo árbol donde una vez jugaron, se encontraron. Sus ojos se llenaron de lágrimas y sus corazones de alegría. No necesitaron palabras, sus miradas lo decían todo.

El tiempo había pasado, pero su amor había permanecido intacto, creciendo en silencio, alimentado por recuerdos y cartas. Ahora, frente a frente, se dieron cuenta de que aquellos sueños de niños se habían convertido en una hermosa realidad.

Cachita y Rayito demostraron que el amor verdadero no conoce fronteras ni distancias. Su historia se convirtió en una leyenda en el pueblo, un testimonio de que el amor, cuando es puro y verdadero, puede superar cualquier obstáculo.

Conclusión:

La historia de Cachita y Rayito nos enseña que los sueños pueden hacerse realidad, que el amor verdadero es paciente y resistente, y que, a veces, las personas destinadas a estar juntas encontrarán su camino de regreso, sin importar cuán lejos se hayan ido.

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Soy Francisco J., apasionado de las historias y, lo más importante, padre de un pequeño. Durante el emocionante viaje de enseñar a mi hijo a leer, descubrí un pequeño secreto: cuando las historias incluyen a amigos, familiares o lugares conocidos, la magia realmente sucede. La conexión emocional con el cuento motiva a los niños a sumergirse más profundamente en las palabras y a descubrir el maravilloso mundo de la lectura. Saber más de mí.

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