En la escuela secundaria de Greenhill, la vida transcurría normalmente para los estudiantes de último año. Las aulas estaban llenas de risas, charlas y algún que otro suspiro de desesperación por los exámenes que se avecinaban. Entre todos los estudiantes, había dos chicos que, aunque al principio no se llevaban bien, acabarían viviendo una historia que cambiaría sus vidas para siempre. Sus nombres eran Sky y Jum.
Sky era un chico de cabello castaño corto y ojos verdes, siempre llevaba ropa casual y una actitud despreocupada. Por otro lado, Jum era un joven serio y estudioso, con cabello negro y gafas que le daban un aire intelectual. Desde el primer día de clases, Sky y Jum chocaron. Parecía que no podían estar de acuerdo en nada, y cada vez que se cruzaban, las chispas volaban.
Un día, durante una clase de química, los dos chicos fueron asignados como compañeros de laboratorio. Ambos protestaron, pero la profesora fue inflexible. «Aprenderán a trabajar juntos», dijo con una sonrisa sabia. Sky y Jum se sentaron juntos en la mesa del laboratorio, intercambiando miradas de disgusto. Al principio, trabajar juntos fue un desafío. Sky era desorganizado y propenso a hacer bromas, mientras que Jum era meticuloso y serio. Sin embargo, con el tiempo, comenzaron a conocerse mejor.
Sky descubrió que Jum tenía una pasión secreta por la astronomía y que pasaba las noches observando las estrellas desde su telescopio. Jum, por su parte, descubrió que Sky era increíblemente talentoso en el dibujo y soñaba con ser un artista algún día. Poco a poco, sus diferencias comenzaron a parecer menos importantes, y una amistad genuina empezó a florecer entre ellos.
Sin embargo, no todos estaban contentos con esta nueva amistad. Yim, la mejor amiga de Jum, veía con recelo cómo Sky y Jum se acercaban cada vez más. Yim era una chica con largo cabello negro y una personalidad fuerte. Estaba acostumbrada a tener la atención de Jum para ella sola y no le gustaba la idea de compartirlo con Sky. Decidida a mantener su amistad exclusiva con Jum, Yim comenzó a planear maneras de separar a los dos chicos.
Mientras tanto, en otro rincón de la escuela, Kyle, un chico rubio y atlético, se enamoró de Yim. Kyle era popular y tenía muchos amigos, pero cada vez que veía a Yim, su corazón latía más rápido y se sentía nervioso. Sin saber cómo acercarse a ella, Kyle decidió pedirle ayuda a Fan, su mejor amiga. Fan era una chica pelirroja, siempre alegre y dispuesta a ayudar a sus amigos. Lo que Kyle no sabía era que Fan estaba secretamente enamorada de él.
A medida que las semanas pasaban, Sky y Jum se hicieron inseparables. Pasaban horas juntos, tanto en la escuela como fuera de ella. Compartían sus sueños y esperanzas, y comenzaron a desarrollar sentimientos más profundos el uno por el otro. Una tarde, mientras observaban las estrellas desde el telescopio de Jum, Sky se atrevió a expresar lo que sentía.
«Jum, creo que me estoy enamorando de ti», confesó Sky, con el corazón acelerado.
Jum se quedó en silencio por un momento, sorprendido. Luego, sonrió y respondió: «Yo también, Sky. Me has enseñado a ver la vida de una manera diferente, y no quiero perder eso».
Sin embargo, su felicidad no duró mucho. Yim, al enterarse de su confesión, decidió que era el momento de intervenir. Con la intención de separar a Sky y Jum, comenzó a sembrar dudas y malentendidos entre ellos. Aprovechó cada oportunidad para hacer que Jum se sintiera inseguro y que Sky se sintiera no deseado.
Al mismo tiempo, Kyle intentaba acercarse a Yim, pero ella estaba tan enfocada en su plan que apenas le prestaba atención. Fan, viendo el sufrimiento de Kyle, decidió ayudarlo a pesar de sus propios sentimientos. Le dio consejos y lo animó a ser valiente, incluso cuando su corazón se rompía un poco más cada día.
Una tarde, Yim invitó a Sky a una cafetería, fingiendo querer hablar sobre Jum. Sin embargo, su verdadero objetivo era hacer que Sky se sintiera fuera de lugar. «Sky, creo que deberías dejar a Jum en paz. Él es una persona muy especial y no necesita distracciones en su vida», dijo Yim con frialdad.
Sky, sintiéndose herido y confundido, decidió alejarse de Jum para no causarle problemas. Al día siguiente, evitó a Jum en la escuela y se negó a hablar con él. Jum, desconcertado y triste, no entendía qué había sucedido. La distancia entre ellos creció, y ambos se sintieron miserables.
Mientras tanto, Kyle finalmente reunió el valor para confesar sus sentimientos a Yim. «Yim, me gustas mucho. ¿Te gustaría salir conmigo?», le preguntó con esperanza.
Yim, sorprendida, se dio cuenta de que había estado tan enfocada en separar a Sky y Jum que no había notado los sentimientos de Kyle. Aunque no compartía los mismos sentimientos, aceptó su invitación, pensando que tal vez así podría olvidar sus propios problemas.
Fan, viendo a Kyle con Yim, sintió un dolor en el corazón pero decidió seguir adelante. Sabía que merecía alguien que la quisiera por quien era y no como un consuelo. Decidió centrarse en sus estudios y en sus amigos, buscando su propia felicidad.
El tiempo pasó, y Sky y Jum siguieron distanciados. Sin embargo, un día, durante una excursión escolar al planetario, todo cambió. Mientras observaban una proyección de las estrellas, Sky y Jum se encontraron frente al telescopio, sus miradas se cruzaron y ambos sintieron la misma conexión que antes.
Sky, con el corazón latiendo rápido, decidió que ya era suficiente. «Jum, lo siento. No debí haberte evitado. Me dejé influenciar por cosas que no entendía y no quiero perderte», dijo con sinceridad.
Jum, con lágrimas en los ojos, respondió: «Sky, yo también te extraño. No quiero que nada ni nadie nos separe».
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Autor del Cuento
Soy Francisco J., apasionado de las historias y, lo más importante, padre de un pequeño. Durante el emocionante viaje de enseñar a mi hijo a leer, descubrí un pequeño secreto: cuando las historias incluyen a amigos, familiares o lugares conocidos, la magia realmente sucede. La conexión emocional con el cuento motiva a los niños a sumergirse más profundamente en las palabras y a descubrir el maravilloso mundo de la lectura. Saber más de mí.