Cuentos de Animales

La Gran Fiesta del Bosque Saludable: Un Viaje hacia la Alimentación Sana

Lectura para 4 años

Tiempo de lectura: 2 minutos

Español

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Había una vez, en el Bosque de los Sabores, muchos animalitos que se preparaban con mucha alegría para una gran fiesta muy especial. El señor León, que era el rey del bosque, se subió sobre una piedra grande y llamó la atención de todos los animales que vivían allí.

—¡Mañana celebraremos el Gran Banquete del Bosque Saludable! —anunció con voz fuerte y clara—. Todos deben traer su comida favorita para compartir y celebrar juntos lo importante que es comer bien y mantenerse sanos.

Todos los animalitos se emocionaron mucho con la idea y comenzaron a pensar en qué podían preparar para llevar. Querían que la fiesta fuera la mejor de todas, pero sobre todo, que fuera una fiesta llena de alimentos que dieran fuerza, energía y salud.

Al día siguiente, cuando el sol apenas comenzaba a asomar entre los árboles, los invitados comenzaron a llegar al claro donde se haría la gran fiesta. Primero apareció Conejita Brincolina, saltando alegremente y con una canasta en sus manos llena de zanahorias brillantes, hojas de lechuga fresca y manzanas rojas y jugosas.

—Yo traje lo que más me gusta comer —dijo Brincolina mientras sonreía—, ¡me da mucha energía para brincar y jugar todo el día sin cansarme!

Pronto llegó Doña Tortuga, caminando despacito pero con una gran sonrisa. Ella traía una gran bandeja con frutas picadas: trocitos de piña dulce, pedacitos de melón, fresas brillantes y un jarro grande de agua natural con limón.

—El agua natural me mantiene fuerte para nadar en el río y caminar despacito, pero segura —explicó Doña Tortuga—. También las frutas me ayudan a tener buena salud y energía para mis actividades diarias.

Mientras todos saludaban y se organizaban para comenzar la fiesta, de repente apareció Don Mapache, muy contento y con una caja enorme, que parecía pesar mucho. Pero cuando la abrió, ¡oh sorpresa!, dentro había muchas bolsas de papas fritas, latas de refresco burbujeante y un pastel de crema con mucho azúcar.

—¡Esto sí es comida de fiesta! —gritó Don Mapache muy feliz y empezó a repartir los alimentos entre los otros animalitos que estaban cerca.

Algunos se miraron entre sí un poco preocupados, porque no estaban seguros si esos alimentos eran tan buenos para la salud, pero en ese momento comenzó el banquete y todos empezaron a comer.

Conejita Brincolina comenzó a saltar y brincar sin parar, su energía parecía no terminar nunca. Doña Tortuga, con calma, caminaba por el lugar y disfrutaba de la fiesta con tranquilidad. Pero Don Mapache… bueno, pronto empezó a sentirse raro.

—Ay, me duele la pancita —dijo tocándose el estómago y sentándose bajo un árbol—. Creo que comí demasiado pastel y tomé demasiado refresco.

Los demás animalitos se acercaron a Don Mapache con preocupación.

—¿Qué te pasa, Mapache? —preguntó Conejita Brincolina, preocupada.

—Me siento mal porque comí muchas cosas que tienen mucho azúcar y grasa —respondió Don Mapache—. Creo que mi pancita no está feliz.

Entonces, el señor León, que había estado observando todo desde lo alto de una roca, bajó tranquilamente y dijo con voz calmada:

—Querido Mapache, en esta fiesta queremos celebrar la salud y la alegría que nos brinda comer alimentos que nos hacen bien. Las papas fritas, los refrescos y el pastel pueden ser una delicia en ocasiones especiales, pero no son los mejores para nuestro cuerpo si los comemos mucho o en grandes cantidades.

Don Mapache miró al señor León y luego a los demás animalitos. Se sintió un poco triste, pero también quería aprender a cuidarse mejor.

—Entonces, ¿qué puedo comer para sentirme fuerte y feliz como ustedes? —preguntó con curiosidad.

—¡Muy buena pregunta! —respondió Doña Tortuga, sonriendo—. Yo siempre prefiero el agua natural con un poco de limón, y muchas frutas que son dulces y saludables. Además, comer verduras como las zanahorias y la lechuga de Conejita Brincolina me ayuda a tener un cuerpo fuerte y una mente clara.

Conejita Brincolina hizo un gesto divertido y añadió:

—¡Y las zanahorias me dan una energía increíble para saltar y correr! Además, no dan dolor de pancita.

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Soy Francisco J., apasionado de las historias y, lo más importante, padre de un pequeño. Durante el emocionante viaje de enseñar a mi hijo a leer, descubrí un pequeño secreto: cuando las historias incluyen a amigos, familiares o lugares conocidos, la magia realmente sucede. La conexión emocional con el cuento motiva a los niños a sumergirse más profundamente en las palabras y a descubrir el maravilloso mundo de la lectura. Saber más de mí.

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