Cuentos de Animales

La Historia de Alejandro y Clara en la Selva

Lectura para 4 años

Tiempo de lectura: 2 minutos

Español

Puntuación:

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En una selva vibrante y llena de vida, donde los colores brillaban y los sonidos de la naturaleza resonaban, vivía un astuto jaguar llamado Alejandro Moreno. Alejandro era conocido como el rey de la cúpula. Con su elegante pelaje negro y su sigilosa habilidad para cazar, era un depredador temido y respetado por todos los habitantes de la selva. Sin embargo, detrás de su imponente figura se ocultaban secretos oscuros que pocos conocían.

Una noche, durante el gran festival de la selva, donde los animales se reunían para celebrar la vida y la abundancia, Alejandro se encontró con Clara, una bella cierva con ojos llenos de inocencia. Clara era diferente a las otras hembras que lo rodeaban; no estaba interesada en su poder, sino en su carisma y la formidable astucia que poseía. Era una cierva que disfrutaba de la sencillez de la vida y de la belleza de la naturaleza.

Cautivado por su autenticidad, Alejandro decidió que haría lo que fuera necesario para conquistar su corazón. Con cada sonrisa de Clara, su propio corazón latía más fuerte, y se sintió impulsado a demostrarle que había más en él que solo su ferocidad. Con su encanto y su carisma, comenzó a cortejarla, mostrándole los rincones secretos de la selva, donde las flores eran más brillantes y los ríos más claros.

Con el tiempo, Alejandro sedujo a Clara con sus trucos y glamur; la bella cierva, deslumbrada por la vida de privilegios que él le ofrecía, no pudo evitar sentirse atraída por el poderoso jaguar. Pasaron días explorando la selva, compartiendo risas y aventuras. Alejandro mostraba su agilidad al saltar de árbol en árbol, mientras Clara disfrutaba de su compañía, admirando su fuerza y destreza.

Después de un año de romance, Alejandro decidió que era el momento de dar un gran paso. Un día, bajo la luz de la luna llena, le propuso a Clara una unión. “Quiero que seas mi compañera para siempre”, le dijo con su voz profunda y suave. Clara, aunque emocionada por la propuesta, sentía el peso de los rumores que circulaban acerca del oscuro pasado del jaguar. Había escuchado historias sobre sus conquistas y su carácter dominante. “Alejandro, me haces feliz, pero tengo miedo de lo que dicen los demás”, confesó.

Antes de la ceremonia, Alejandro le presentó un antiguo baúl, un relicario que pertenecía a sus ancianos. “Este baúl contiene mis tesoros más preciados”, le dijo con una sonrisa que, aunque parecía cálida, no iluminaba del todo sus ojos. Clara miró el baúl, intrigada. “¿Qué hay dentro?”, preguntó con curiosidad. Alejandro, con un gesto dramático, abrió el baúl. Dentro había joyas brillantes, plumas coloridas y recuerdos de sus ancestros.

“Esto es hermoso”, dijo Clara, impresionada. “Pero, ¿por qué me muestras esto?” Alejandro la miró fijamente y respondió: “Quiero que sepas que puedo ofrecerte una vida llena de lujos y maravillas”. Clara sintió una mezcla de admiración y temor. “No todo en la vida se trata de riquezas, Alejandro. Yo busco amor y honestidad”.

Esa noche, mientras la selva se llenaba de ruidos, Clara no pudo dormir. Las dudas la atormentaban. Decidió que necesitaba más tiempo para pensar en la propuesta de Alejandro. Al amanecer, salió a pasear por el bosque, buscando claridad. Mientras caminaba, se encontró con un grupo de animales que hablaban entre ellos.

“¿Has oído las historias sobre Alejandro?” preguntó un loro. “Dicen que ha hecho cosas terribles para mantener su estatus”. Clara se detuvo, asustada. Sus amigos hablaban de un jaguar que había engañado y herido a otros animales. Aunque Clara quería creer en la buena voluntad de Alejandro, sus instintos la estaban alertando.

Esa tarde, decidió enfrentar a Alejandro. “Necesito saber más sobre ti, sobre tu pasado. No puedo seguir adelante sin entender quién eres realmente”, le dijo Clara con sinceridad. Alejandro, al escuchar sus palabras, sintió que su corazón se encogía. “No soy perfecto, Clara. He cometido errores, pero he cambiado. Te prometo que no volveré a ser el jaguar que fui”.

Clara sintió una chispa de esperanza, pero su mente seguía llena de dudas. “Si realmente quieres ganarte mi corazón, debes demostrarme que eres diferente”, le respondió. Alejandro asintió, consciente de que tenía mucho que demostrar.

A partir de ese día, Alejandro se esforzó por cambiar. Comenzó a ayudar a otros animales en lugar de intimidarlos. Se unió a las lechuzas para cuidar de los más jóvenes y se ofreció a ayudar a las tortugas en su camino hacia el río. Clara lo observaba con atención. Aunque aún sentía temor, comenzó a ver un cambio en él.

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Soy Francisco J., apasionado de las historias y, lo más importante, padre de un pequeño. Durante el emocionante viaje de enseñar a mi hijo a leer, descubrí un pequeño secreto: cuando las historias incluyen a amigos, familiares o lugares conocidos, la magia realmente sucede. La conexión emocional con el cuento motiva a los niños a sumergirse más profundamente en las palabras y a descubrir el maravilloso mundo de la lectura. Saber más de mí.

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