Cuentos de Animales

Tormentamental y Artripido: La Aventura del Sentido Perdido

Lectura para 1 año

Tiempo de lectura: 2 minutos

Español

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En un valle escondido donde las flores silvestres danzaban con el viento y los arcoíris eran más brillantes que en cualquier otro lugar del mundo, vivían dos seres muy especiales. Uno era Tormentamental, una hormiga gigante de color verde oscuro con manchas blancas. A pesar de ser un villano, Tormentamental era conocido por su torpeza y un detalle muy peculiar: tenía solo un ojo y ocho antenas, que usaba para percibir el mundo de maneras que otros no podían imaginar.

El otro era Artripido, un caballo de colores del arcoíris que brillaba con luz propia. Artripido era alto, guapo y muy llamativo, con tres patas robustas y dos alas majestuosas con las que surcaba los cielos, admirado por todos los animales del valle.

Un día, algo inusual ocurrió. Tormentamental despertó sintiendo que algo faltaba. ¡Había perdido su olfato! En su mundo, el olfato era esencial, no solo para encontrar su comida preferida, las hojas de menta azucarada, sino también para percibir los peligros y las maravillas de su entorno.

Desconcertado y molesto, Tormentamental decidió que alguien debía ser el culpable de su pérdida y rápidamente sus ocho antenas apuntaron hacia Artripido. A pesar de ser amigos, la envidia que Tormentamental sentía por la belleza y la gracia de Artripido lo llevó a acusarlo de haberle robado el olfato con algún tipo de magia.

Artripido, al saber de las acusaciones, se sintió muy triste. Aunque podría haber volado lejos de los problemas, eligió quedarse y ayudar a su amigo a resolver este misterio. Con paciencia y cariño, llevó a Tormentamental a ver a la sabia lechuza del bosque, quien era conocida por resolver los enigmas más complicados.

La lechuza, con sus ojos penetrantes y sabiduría ancestral, examinó a Tormentamental. Después de algunos momentos, reveló que no era un hechizo ni un robo lo que causaba la pérdida del olfato de Tormentamental, sino un virus muy raro que afectaba temporalmente a los insectos del valle.

Aliviado de saber que no había sido traicionado por su amigo, pero aún preocupado por su condición, Tormentamental se disculpó con Artripido. El caballo, noble y bondadoso, aceptó las disculpas, sabiendo que la verdadera amistad significa apoyarse incluso en los momentos difíciles.

Juntos, buscaron el remedio para el virus, una tarea que los llevó a explorar los rincones más remotos del valle, desde los picos más altos donde el viento susurraba antiguas leyendas hasta los lagos profundos que espejeaban las estrellas del cielo nocturno.

Finalmente, en una cueva oculta detrás de una cascada, encontraron la flor de luna, cuyo néctar era conocido por sus propiedades curativas. Con cuidado, Artripido voló hacia la flor, mientras Tormentamental vigilaba ansiosamente desde el suelo.

Una vez obtenido el néctar, Tormentamental lo probó y, para su alegría, su olfato comenzó a regresar. Los colores del valle nunca habían sido tan vivos, ni los olores tan dulces. Agradecido, prometió ser un mejor amigo y no dejarse llevar por la envidia o la ira.

Así, la aventura de Tormentamental y Artripido les enseñó que siempre es mejor cuidarse y confiar en los demás que dejarse llevar por suposiciones y desconfianza. El valle, una vez más, se llenó de armonía y risas, con la amistad entre la hormiga gigante y el caballo alado más fuerte que nunca.

Y desde entonces, en las noches claras, si escuchas con atención, puedes oír el batir de las alas de Artripido y las alegres antenas de Tormentamental explorando juntos, siempre alerta a las maravillas de su mundo mágico.

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Soy Francisco J., apasionado de las historias y, lo más importante, padre de un pequeño. Durante el emocionante viaje de enseñar a mi hijo a leer, descubrí un pequeño secreto: cuando las historias incluyen a amigos, familiares o lugares conocidos, la magia realmente sucede. La conexión emocional con el cuento motiva a los niños a sumergirse más profundamente en las palabras y a descubrir el maravilloso mundo de la lectura. Saber más de mí.

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