Cuentos de Aventura

Aventura en el Parque de los Sueños

Lectura para 4 años

Tiempo de lectura: 4 minutos

Español

Puntuación:

5
(1)
 

Compartir en WhatsApp Compartir en Telegram Compartir en Facebook Compartir en Twitter Compartir por correo electrónico
5
(1)

En una pequeña ciudad donde las calles se llenaban de risas y el cielo siempre estaba pintado de azul, vivía un niño llamado Alex junto a sus inseparables amigos: Bluey, Bingo, Chilli y el travieso Baddit. Bluey y Bingo eran dos cachorros llenos de energía, Chilli siempre tenía ideas geniales, y Baddit, aunque a veces hacía travesuras, quería mucho a sus amigos.

Un día, Alex propuso una aventura que ninguno podría olvidar. «¿Qué tal si vamos al Parque de los Sueños?», sugirió con una sonrisa de oreja a oreja.

El Parque de los Sueños era famoso en toda la ciudad. Tenía el tobogán más alto, columpios que parecían tocar el cielo y un laberinto que, según los rumores, escondía secretos mágicos. Los cinco amigos estaban emocionados y se pusieron en marcha al instante.

Al llegar, el parque brillaba bajo el sol del mediodía. Bluey corrió hacia los columpios, Bingo hacia el tobogán y Chilli, con su mapa del parque, decidió que explorarían el laberinto. Alex y Baddit, llevando su mochila llena de juguetes y bocadillos, seguían a sus amigos alegremente.

El primero en proponer un juego fue Baddit. «¡Vamos a jugar al escondite!», exclamó. Bluey y Bingo ladraron en acuerdo, y todos comenzaron a correr para esconderse. Alex contó hasta diez con los ojos cerrados mientras los sonidos de pasos se alejaban rápidamente.

Uno por uno, Alex encontró a sus amigos. Bingo estaba detrás de un arbusto, Bluey bajo un banco del parque, Chilli en una casita de juego, y Baddit, después de una larga búsqueda, estaba colgado de una rama baja, intentando pasar desapercibido.

Riendo por la ocurrencia de Baddit, decidieron que era hora de explorar el laberinto. Chilli sacó su mapa y los guió a la entrada. «Dicen que quien llegue al centro del laberinto encontrará algo maravilloso», dijo Alex, y todos se miraron emocionados.

El laberinto estaba lleno de caminos que se bifurcaban, flores de colores y pequeños animales que observaban curiosos. Mientras avanzaban, los sonidos del parque se desvanecían, y un suave murmullo parecía guiarlos. «Es como si el laberinto estuviera vivo», susurró Bingo, y los demás asintieron.

Después de muchas vueltas y revueltas, finalmente llegaron al centro. Allí, bajo un árbol antiguo, encontraron un cofre pequeño y polvoriento. Con cuidado, Alex lo abrió, revelando su contenido: un viejo libro de cuentos y una brújula que brillaba con luz propia.

«Debe ser mágica», dijo Chilli, tomando la brújula en sus patas. Al instante, el puntero comenzó a girar rápidamente y luego se detuvo, apuntando hacia el tobogán. Intrigados, los amigos siguieron la dirección indicada.

Al llegar al tobogán, subieron uno tras otro. Alex, con la brújula en mano, se deslizó primero. Al final del tobogán, no solo tocó el suelo del parque, sino que aterrizó en un lugar completamente diferente. Estaban en una playa con el cielo pintado de tonos violetas y dorados, donde el mar cantaba y las palmeras bailaban con la brisa.

«¡Es un mundo mágico!», gritó Bluey, corriendo hacia la orilla. Los demás lo siguieron, jugando en la arena y chapoteando en el agua cristalina. Pasaron horas explorando, encontrando conchas que murmuraban secretos y estrellas de mar que brillaban bajo el sol.

Cuando el cielo comenzó a oscurecer, sabían que era hora de regresar. Subieron de nuevo al tobogán, y esta vez, al deslizarse, aterrizaron de vuelta en el Parque de los Sueños, justo como lo habían dejado.

Cansados pero felices, los cinco amigos se prometieron guardar el secreto de su aventura mágica. «Hoy descubrimos que la verdadera magia», dijo Alex mientras se dirigían a casa, «es la amistad que compartimos».

Y así, con corazones ligeros y sueños de nuevas aventuras, Bluey, Bingo, Alex, Chilli y Baddit se despidieron del día, sabiendo que muchas más maravillas los esperaban, siempre que estuvieran juntos.

image_pdfDescargar Cuentoimage_printImprimir Cuento

¿Te ha gustado?

¡Haz clic para puntuarlo!

Comparte tu historia personalizada con tu familia o amigos

Compartir en WhatsApp Compartir en Telegram Compartir en Facebook Compartir en Twitter Compartir por correo electrónico

Cuentos cortos que te pueden gustar

autor crea cuentos e1697060767625
logo creacuento negro

Soy Francisco J., apasionado de las historias y, lo más importante, padre de un pequeño. Durante el emocionante viaje de enseñar a mi hijo a leer, descubrí un pequeño secreto: cuando las historias incluyen a amigos, familiares o lugares conocidos, la magia realmente sucede. La conexión emocional con el cuento motiva a los niños a sumergirse más profundamente en las palabras y a descubrir el maravilloso mundo de la lectura. Saber más de mí.

Deja un comentario