En una pequeña ciudad de España, vivía Nicolás, un chico de 10 años con una gran pasión: el baloncesto. Todos los días, después de la escuela, Nicolás se dirigía al parque con su balón naranja, practicando tiros, dribles y jugadas que veía en sus partidos favoritos de la NBA.
Soñaba despierto con correr en la cancha de Los Angeles Lakers, con la multitud vitoreando su nombre. Imaginaba cómo sería tener a grandes estrellas del baloncesto como compañeros de equipo y ganar el ansiado anillo de campeón.
Una noche, mientras Nicolás dormía, tuvo un sueño muy vívido. Se encontraba en un estadio inmenso, las luces brillantes iluminaban la cancha, y al mirar hacia abajo, vio con asombro que llevaba la camiseta de los Lakers con su nombre en la espalda.
El partido estaba a punto de comenzar. Los jugadores se alineaban, y ahí estaba él, Nicolás, listo para comenzar. El silbato sonó, y el juego empezó. Con cada minuto que pasaba, Nicolás se sentía más y más en sintonía con el juego. Realizó jugadas increíbles, encestó tiros de tres puntos, asistencias, ¡era el jugador estrella!
El tiempo avanzaba rápidamente, y el partido estaba empatado. Faltaba un minuto, y Nicolás tenía el balón en sus manos. Los segundos pasaban, y él avanzó con determinación hacia la canasta. Se elevó en el aire, lanzó el balón, y ¡encestó! Los Lakers ganaron el partido, y Nicolás fue el héroe de la noche.
La ceremonia de entrega del anillo de campeón estaba en pleno apogeo. La multitud aclamaba a Nicolás, y él, con lágrimas en los ojos, levantó el anillo, sintiendo la emoción y la felicidad de haber cumplido su sueño.
Despertó en su cama, sudando y emocionado. Se dio cuenta de que había sido un sueño, pero llevaba en su mano una réplica del anillo de campeón. Miró a su alrededor y vio una nota: «Sigue tus sueños, y algún día se harán realidad».
Conclusión:
Aunque fue un sueño, Nicolás entendió que con pasión, dedicación y esfuerzo, cualquier sueño puede hacerse realidad. Siguió practicando baloncesto, con la esperanza de que algún día, su sueño se convierta en realidad. Los sueños son el comienzo de grandes aventuras, y Nicolás estaba listo para embarcarse en la suya.
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Autor del Cuento
Soy Francisco J., apasionado de las historias y, lo más importante, padre de un pequeño. Durante el emocionante viaje de enseñar a mi hijo a leer, descubrí un pequeño secreto: cuando las historias incluyen a amigos, familiares o lugares conocidos, la magia realmente sucede. La conexión emocional con el cuento motiva a los niños a sumergirse más profundamente en las palabras y a descubrir el maravilloso mundo de la lectura. Saber más de mí.