Era una vez, en una pequeña ciudad llena de casas coloridas y jardines florecientes, un niño llamado Matías que soñaba con aventuras extraordinarias. Con sus siete años, pelo castaño y ojos llenos de curiosidad, Matías encontraba magia en cada rincón de su mundo. Sus padres, Fabián y Sandra, eran su mayor apoyo en cada uno de sus sueños. Fabián, moreno y calvo, con una sonrisa que iluminaba cualquier habitación, y Sandra, con su cabello rojizo y largo que reflejaba la luz del sol, formaban el refugio perfecto para la imaginación sin límites de Matías.
Una noche, como muchas otras, mientras las estrellas comenzaban a brillar en el cielo, Fabián decidió contarle a Matías una historia antes de dormir. Pero esta no sería una historia cualquiera; sería el comienzo de una aventura que ni en sus sueños más salvajes habrían imaginado.
«En un mundo lejano, donde las criaturas mágicas caminan junto a nosotros, un valiente explorador encuentra el camino hacia lo desconocido,» comenzó Fabián, con su voz suave y pausada.
Matías escuchaba atentamente, con los ojos muy abiertos, imaginando cada palabra que su padre pronunciaba. Sin embargo, a medida que la historia se desarrollaba, algo inusual comenzó a suceder. La habitación se llenó de una luz suave y cálida, y los sonidos del mundo exterior parecían desvanecerse. Matías y Fabián se miraron sorprendidos cuando, de repente, se encontraron de pie en un bosque lleno de colores vibrantes y sonidos desconocidos.
Estaban, sin duda alguna, dentro de la historia.
Mientras tanto, Sandra, que había ido a buscar un vaso de agua, regresó a la habitación para dar las buenas noches a su hijo y su esposo. Sin embargo, al abrir la puerta, encontró la habitación vacía. Confundida, llamó sus nombres, pero no hubo respuesta. Al acercarse a la cama de Matías, notó un brillo peculiar bajo la almohada. Era un pequeño libro con la cubierta ilustrada con paisajes de otro mundo. Al abrirlo, las páginas comenzaron a brillar, y Sandra comprendió al instante lo que había sucedido.
Sin dudarlo, Sandra se adentró en el libro, decidida a traer de vuelta a su familia.
Dentro del mundo de la historia, Matías y Fabián exploraban con asombro. Habían encontrado criaturas increíbles y paisajes que solo habían visto en sus sueños. Pero, a pesar de la maravilla que les rodeaba, comenzaron a extrañar su hogar.
Fue entonces cuando Sandra los encontró, justo cuando la luz del día comenzaba a desvanecer en este mundo mágico. Su llegada fue como un faro de esperanza, y juntos, decidieron encontrar el camino de regreso a casa.
El viaje de regreso no sería fácil. Se enfrentarían a desafíos que pondrían a prueba su valentía, ingenio y el amor que los unía. Desde resolver enigmas antiguos hasta cruzar paisajes traicioneros, cada obstáculo los acercaba más a su hogar.
Y así, con cada paso, aprendieron que la verdadera magia residía no solo en las aventuras y las criaturas fantásticas, sino en el amor y la unión de su familia.
Finalmente, tras superar el último desafío, se encontraron de nuevo en la habitación de Matías, justo en el momento en que Sandra cerraba el libro de cuentos. Se abrazaron fuertemente, sabiendo que habían compartido una aventura que nunca olvidarían.
Desde esa noche, las historias antes de dormir adquirieron un nuevo significado para Matías, Fabián y Sandra. Aunque nunca volvieron a ser transportados a otro mundo de la misma manera, la aventura que vivieron juntos permanecería en sus corazones para siempre.
Y así, cada noche, antes de dormir, recordaban que, en algún lugar, entre las páginas de un libro de cuentos, había un mundo esperando ser explorado. Pero lo más importante, comprendieron que no importa cuán lejos los lleve la imaginación, el hogar siempre está donde está el corazón.
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Autor del Cuento
Soy Francisco J., apasionado de las historias y, lo más importante, padre de un pequeño. Durante el emocionante viaje de enseñar a mi hijo a leer, descubrí un pequeño secreto: cuando las historias incluyen a amigos, familiares o lugares conocidos, la magia realmente sucede. La conexión emocional con el cuento motiva a los niños a sumergirse más profundamente en las palabras y a descubrir el maravilloso mundo de la lectura. Saber más de mí.