Cuentos de Aventura

Emily y el Bosque Mágico

Lectura para 4 años

Tiempo de lectura: 2 minutos

Español

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Había una vez una niña llamada Emily. Emily vivía en un pequeño pueblo rodeado de hermosos prados y bosques. Le encantaba explorar la naturaleza y jugar al aire libre. Tenía el cabello castaño y una sonrisa que siempre iluminaba su rostro. Todos en el pueblo la conocían y la querían mucho.

Una mañana soleada, Emily decidió que quería explorar el bosque cerca de su casa. Se puso su sombrero favorito, agarró su mochila y salió de su casa llena de emoción. El sol brillaba y los pájaros cantaban mientras ella caminaba por el sendero que llevaba al bosque.

Mientras caminaba entre los árboles, vio una colorida mariposa revoloteando entre las flores. Era la mariposa más hermosa que Emily había visto jamás. Sus alas brillaban con todos los colores del arcoíris. Emocionada, decidió seguir a la mariposa y ver a dónde la llevaba.

La mariposa voló más y más adentro del bosque, guiando a Emily hacia un lugar que nunca antes había visto. De repente, llegó a un claro donde encontró una vieja cabaña abandonada. La cabaña estaba cubierta de musgo y enredaderas, y parecía que no había sido visitada en mucho tiempo. Emily se acercó vacilante a la puerta, que se abrió con un chirrido espeluznante. Con valentía, decidió entrar.

Dentro de la cabaña, Emily encontró todo tipo de objetos misteriosos y muebles viejos. Había estantes llenos de frascos con etiquetas extrañas, cuadros antiguos en las paredes y una chimenea que parecía no haber sido usada en años. Mientras exploraba, encontró un libro viejo y polvoriento en un estante. El libro tenía una cubierta de cuero y estaba decorado con intrincados diseños dorados.

Emily abrió el libro con cuidado y se sorprendió al ver que era un libro de cuentos mágico. Cada página estaba llena de historias de tierras lejanas y criaturas encantadas. Cuando empezó a leer, algo increíble sucedió: las palabras de las páginas cobraron vida y comenzaron a brillar. Antes de que pudiera darse cuenta, Emily se encontró transportada a un reino mágico.

En esta tierra maravillosa, Emily vivió apasionantes aventuras y conoció a muchos personajes fascinantes. Primero, encontró a un grupo de hadas que la recibieron con alegría. Las hadas tenían alas brillantes y usaban vestidos hechos de pétalos de flores. Le mostraron a Emily el bosque encantado y le enseñaron a hablar con los animales.

Después, Emily montó a lomos de un amigable dragón llamado Drako. Él tenía escamas verdes y ojos dorados. Era un dragón muy sabio y gentil. Volaron juntos sobre montañas y ríos, viendo paisajes que Emily nunca había imaginado. Desde el aire, Emily vio castillos, ríos de agua cristalina y campos de flores interminables.

Un día, mientras exploraba con Drako, Emily encontró a un grupo de elfos que estaban en problemas. Los elfos estaban tratando de resolver un acertijo antiguo que protegía la entrada a un tesoro escondido. El acertijo era muy difícil y ninguno de los elfos podía resolverlo. Emily, con su inteligencia y creatividad, decidió ayudarlos.

Juntos, se sentaron alrededor de una fogata y estudiaron el acertijo. Emily pensó y pensó hasta que finalmente encontró la solución. Los elfos estaban tan agradecidos que la invitaron a compartir el tesoro con ellos. Sin embargo, Emily decidió que no necesitaba el tesoro. En lugar de eso, pidió que plantaran árboles frutales y flores alrededor del bosque para que todos pudieran disfrutar de su belleza.

El tiempo pasó rápidamente en el reino mágico y Emily vivió muchas aventuras más. Ayudó a un unicornio perdido a encontrar su hogar, jugó con los duendes del bosque y aprendió a cantar canciones mágicas con las sirenas del lago. Cada día era una nueva y emocionante experiencia.

Pero un día, mientras el sol empezaba a ponerse, Emily se dio cuenta de que era hora de regresar a casa. Aunque amaba el reino mágico, extrañaba a su familia y su pequeño pueblo. Con el corazón lleno de recuerdos felices, se despidió de sus nuevos amigos.

Drako la llevó de vuelta a la cabaña abandonada. Emily entró de nuevo en la cabaña y cerró el libro mágico. Al hacerlo, fue transportada de regreso al claro del bosque cerca de su casa. La mariposa colorida estaba allí, esperándola.

—Gracias por la aventura —dijo Emily a la mariposa, quien revoloteó a su alrededor antes de volar lejos.

Emily regresó a su casa, donde sus padres la esperaban con una cálida sonrisa. Les contó todas las increíbles aventuras que había vivido y las maravillosas criaturas que había conocido. Sus padres la escucharon con asombro y orgullo, felices de que su hija hubiera tenido una experiencia tan mágica.

Desde ese día, Emily nunca dejó de soñar y de buscar nuevas aventuras. Aunque nunca volvió a encontrar el libro mágico, siempre llevaba en su corazón los recuerdos de su tiempo en el reino encantado. Aprendió que la verdadera magia está en el amor, la amistad y la valentía para explorar el mundo con ojos llenos de asombro.

Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.

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Soy Francisco J., apasionado de las historias y, lo más importante, padre de un pequeño. Durante el emocionante viaje de enseñar a mi hijo a leer, descubrí un pequeño secreto: cuando las historias incluyen a amigos, familiares o lugares conocidos, la magia realmente sucede. La conexión emocional con el cuento motiva a los niños a sumergirse más profundamente en las palabras y a descubrir el maravilloso mundo de la lectura. Saber más de mí.

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