Cuentos de Aventura

La Aventura de la Princesa Luciana en la Playa

Lectura para 2 años

Tiempo de lectura: 2 minutos

Español

Puntuación:

0
(0)
 

Compartir en WhatsApp Compartir en Telegram Compartir en Facebook Compartir en Twitter Compartir por correo electrónico
0
(0)

Había una vez una pequeña princesa llamada Luciana. Luciana era una niña muy feliz y curiosa. Le encantaba explorar y descubrir cosas nuevas. Vivía en un hermoso castillo lleno de juguetes y libros, pero lo que más le gustaba era salir a conocer el mundo.

Un día, sus padres, el rey y la reina, decidieron que era hora de unas vacaciones especiales. «Luciana, este verano iremos a un lugar muy divertido», le dijo la reina con una sonrisa. «¡Iremos a la playa!»

Luciana no sabía exactamente qué era la playa, pero al escuchar que era un lugar nuevo, sus ojos se llenaron de emoción. «¡Sí, sí, quiero ir a la playa!» exclamó, saltando de alegría.

Cuando llegó el día, la familia real se preparó para el viaje. Luciana llevaba un vestido rosado, su tiara favorita y una pequeña maleta llena de sus juguetes preferidos. El viaje al mar fue largo, pero Luciana no se aburría porque iba mirando por la ventana, viendo los árboles, las montañas y los animales que pasaban.

Finalmente, llegaron a la playa. Luciana bajó del coche y lo primero que sintió fue una suave brisa que le acarició el rostro. «¡Qué viento tan rico!» pensó. Luego, vio una gran extensión de arena dorada y, más allá, el agua azul del mar que se movía suavemente.

«¡Wow!» dijo Luciana asombrada. Nunca había visto algo tan grande y azul. La reina se acercó a ella y le dio un balde y una pala de juguete. «Aquí tienes, Luciana. Puedes jugar en la arena y hacer castillos.»

Luciana corrió hacia la arena y comenzó a cavar. La arena era suave y se sentía caliente bajo sus pies. Hizo un montón de arena y luego lo aplanó con sus manos. Después, con cuidado, usó su balde para hacer torres alrededor de su castillo de arena. «¡Mira, mamá, estoy construyendo un castillo!» gritó emocionada.

El rey, que estaba bajo una sombrilla colorida, la miró con orgullo. «Muy bien, princesa. Ese castillo se ve maravilloso.»

Mientras jugaba, Luciana escuchó un sonido que nunca había oído antes. Era un ruido suave, como un susurro, pero constante. Se detuvo a escuchar y luego miró hacia el mar. «¿Qué es eso, papá?» preguntó curiosa.

«Es el sonido de las olas, Luciana», le explicó el rey. «El mar siempre está en movimiento, y cuando el agua llega a la orilla, hace ese sonido.»

Luciana sonrió y se acercó al agua. Metió un pie y sintió cómo el agua fría le tocaba los dedos. «¡Está fresquita!» dijo, riendo. Luego, se adentró un poco más, dejando que las pequeñas olas le mojaran los pies.

Después de jugar en el agua, la reina llamó a Luciana. «Ven, querida, es hora de comer.»

Se sentaron bajo la sombrilla, y la reina le ofreció a Luciana un plato con pescado y verduras. «Este pescado es muy especial, Luciana. Es del mar que tienes justo enfrente.»

Luciana probó un bocado y sus ojos se iluminaron. «¡Es delicioso!» exclamó. Le gustaba mucho el sabor del pescado, y comió todo su plato.

Después de comer, el rey tenía una sorpresa para Luciana. «¿Te gustaría dar un paseo en barco, Luciana?» le preguntó.

Los ojos de Luciana se abrieron de par en par. «¡Sí, sí, quiero ir en un barco!»

Juntos caminaron hacia el muelle donde un pequeño barco los esperaba. Subieron a bordo y el barco comenzó a moverse suavemente sobre el agua. Luciana se asomó por el borde y vio cómo el agua se dividía a medida que el barco avanzaba. Podía ver pequeños peces nadando y, de vez en cuando, alguna gaviota volando cerca.

«Este lugar es mágico», pensó Luciana mientras sentía el viento en su rostro y escuchaba el canto de las gaviotas.

El paseo en barco fue una de las cosas que más disfrutó. Se sentía como una verdadera exploradora del mar. Vio muchas cosas nuevas, y cada vez que algo le llamaba la atención, señalaba emocionada y preguntaba a sus padres qué era.

Cuando regresaron a la playa, el sol ya comenzaba a esconderse en el horizonte, pintando el cielo de colores naranjas y rosados. Luciana se sentó en la arena con su papá y su mamá y vieron juntos cómo el sol desaparecía en el mar.

«Ha sido un día maravilloso», dijo la reina, acariciando el cabello de Luciana.

«Sí, mamá. Me encanta la playa. He hecho un castillo de arena, he comido pescado, y he paseado en barco. ¡Quiero venir aquí todos los días!» dijo Luciana, con una gran sonrisa.

El rey y la reina sonrieron. «Podemos volver, Luciana. Pero también hay muchos otros lugares que aún no has visto. El mundo es grande, y está lleno de aventuras para una pequeña princesa como tú.»

Luciana asintió con entusiasmo. Sabía que había muchas más cosas por descubrir, y no podía esperar para vivir nuevas aventuras. Pero por ahora, estaba contenta de haber conocido el mar y de haber pasado un día tan especial con sus padres.

Y así, la princesa Luciana cerró los ojos, sintiendo la arena bajo sus pies y el sonido suave de las olas en sus oídos. Sabía que este sería un día que nunca olvidaría, lleno de juegos, risas y el dulce sabor de la aventura.

Fin.

image_pdfDescargar Cuentoimage_printImprimir Cuento

¿Te ha gustado?

¡Haz clic para puntuarlo!

Comparte tu historia personalizada con tu familia o amigos

Compartir en WhatsApp Compartir en Telegram Compartir en Facebook Compartir en Twitter Compartir por correo electrónico

Cuentos cortos que te pueden gustar

autor crea cuentos e1697060767625
logo creacuento negro

Soy Francisco J., apasionado de las historias y, lo más importante, padre de un pequeño. Durante el emocionante viaje de enseñar a mi hijo a leer, descubrí un pequeño secreto: cuando las historias incluyen a amigos, familiares o lugares conocidos, la magia realmente sucede. La conexión emocional con el cuento motiva a los niños a sumergirse más profundamente en las palabras y a descubrir el maravilloso mundo de la lectura. Saber más de mí.

Deja un comentario