Cuentos de Aventura

La Búsqueda Mágica del Tesoro de las Princesas y los Unicornios Brillantes

Lectura para 2 años

Tiempo de lectura: 5 minutos

Español

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En un reino muy, muy lejano, vivían dos princesas muy especiales que se llamaban Aina y Mar. Aina tenía el cabello dorado como el sol, y Mar tenía los ojos brillantes como las estrellas. Ambas princesas eran grandes amigas y les encantaba jugar juntas en el jardín del castillo, donde crecía una gran cantidad de flores de colores y árboles que parecían tocar el cielo.

Un día, mientras exploraban cerca del lago cristalino que siempre brillaba con la luz del sol, Aina y Mar encontraron un mapa mágico. Era un mapa muy antiguo, hecho con papel que parecía brillar un poquito y tenía dibujados muchos dibujos de unicornios y joyas.

—Mira, Mar —dijo Aina señalando con su pequeño dedo—, este mapa muestra un camino hacia un tesoro muy especial.

Mar se emocionó mucho y dijo: —¡Vamos a buscarlo! Seguro que es un tesoro mágico que nadie ha visto nunca.

Las dos princesas decidieron emprender una aventura para encontrar ese tesoro. Por suerte, en el reino había unicornios muy bonitos y brillantes que podían ayudarlas a viajar rápido y seguro. Aina y Mar corrieron hasta el establo donde vivían los unicornios y llamaron a sus amigos mágicos.

Primero, apareció Estrellita, un unicornio blanco con crines de colores que relucían como un arcoíris. También vino Brillito, un unicornio pequeño y juguetón que tenía una cola que brillaba con luces doradas. Las princesas saludaron a los unicornios con mucho cariño y les contaron del mapa y del tesoro que querían encontrar.

—¿Nos ayudarán a buscar el tesoro? —preguntó Aina.

—¡Claro que sí! —respondió Estrellita alargando su cuello para acariciar la mano de Mar—. Será una aventura maravillosa.

Montadas en los unicornios, Aina y Mar siguieron el mapa por un camino que atravesaba un bosque encantado. En ese bosque bailaban mariposas de colores y cantaban pajaritos que parecían tener voz de ángel. Las princesas miraban todo con mucha atención porque nunca habían visto un lugar tan bonito y lleno de magia.

Mientras avanzaban, vieron una flor gigante que parecía una estrella dorada. Aina la tocó con cuidado y la flor empezó a brillar más fuerte. De repente, una pequeña hada apareció volando muy rápido y dijo con voz dulce:

—¡Hola, princesas! He visto que buscan el tesoro más brillante de todo el reino. Para encontrarlo deben pasar por el Puente de los Sueños. Pero cuidado, el puente solo se abre para quienes tengan corazones valientes y llenos de amor.

Mar y Aina se miraron y sonrieron, pues sabían que sus corazones siempre tenían mucho amor. El hada les dio un polvo mágico para ayudarles a cruzar el puente y desapareció entre las flores.

Al llegar al Puente de los Sueños, los unicornios pararon. El puente parecía estar hecho de luz y nubes muy suaves. Las princesas bajaron con cuidado y empezaron a cruzar. Mientras caminaban, les parecían llegar voces suaves que les animaban y les decían palabras dulces. Mar sentía cosquillas en la panza, pero Aina la tomó de la mano para dar valor.

Cuando las princesas y los unicornios llegaron al otro lado, encontraron un valle lleno de piedras preciosas que brillaban por todas partes. Pero en el centro del valle había un gran cofre de madera tallada con figuras de estrellas y lunas. Aina y Mar corrieron hacia el cofre, emocionadas, pero justo cuando iban a abrirlo, una voz profunda sonó:

—Para abrir este cofre, deben resolver un pequeño acertijo, princesas, y mostrar que la amistad verdadera es el mayor tesoro.

De pronto apareció un dragón pequeño y amistoso llamado Lumo. Él era muy sabio y protector del tesoro, pero no era para nada peligroso. Su piel era de un azul brillante y sus ojos brillaban como luceros.

—Les haré una pregunta —dijo Lumo—. ¿Cuál es el tesoro más importante en toda la vida?

Aina y Mar se miraron pensativas. Luego Mar dijo —Creo que el tesoro más importante es… la amistad—. Aina sonrió y agregó —Sí, y también el amor y la bondad—.

Lumo asintió contento. —¡Exacto! La amistad, el amor y la bondad son el verdadero tesoro. Ahora pueden abrir el cofre.

Con mucho cuidado, las princesas giraron la llave mágica que estaba colgada del cuello de Estrellita, el unicornio, y abrieron el cofre. Dentro encontraron no solo brillantes joyas, sino también una luz muy cálida que los envolvió a todos.

Esa luz era mágica y llenó el corazón de Aina, Mar, Estrellita, Brillito y Lumo de alegría. Entendieron que el tesoro no era solo el cofre ni las piedras, sino la aventura que vivieron juntos, la valentía para buscarlo, la ayuda de sus amigos unicornios, y el amor que compartían.

Antes de regresar al castillo, el hada del bosque apareció otra vez para decir:

—El verdadero tesoro siempre está en compartir momentos felices con quienes queremos y en mantener el corazón lleno de magia y alegría.

Aina y Mar, montadas en los unicornios, regresaron felices, cantando y riendo porque habían vivido una aventura maravillosa y porque sabían que la amistad era el tesoro más brillante de todos.

Desde aquel día, las princesas siguieron jugando y soñando con subir a sus unicornios para buscar nuevas aventuras, siempre en compañía del amor y la amistad.

Y así termina esta historia de princesas, unicornios brillantes y un tesoro que nunca desaparece, porque vive en los corazones de todos los que saben amar y soñar juntos.

Fin.

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Soy Francisco J., apasionado de las historias y, lo más importante, padre de un pequeño. Durante el emocionante viaje de enseñar a mi hijo a leer, descubrí un pequeño secreto: cuando las historias incluyen a amigos, familiares o lugares conocidos, la magia realmente sucede. La conexión emocional con el cuento motiva a los niños a sumergirse más profundamente en las palabras y a descubrir el maravilloso mundo de la lectura. Saber más de mí.

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