Cuentos de Aventura

Liriam y Yendry en el Bosque Encantado

Lectura para 2 años

Tiempo de lectura: 2 minutos

Español

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Había una vez, en un pequeño pueblo rodeado de colinas y ríos, dos niños llamados Liriam y Yendry que compartían una amistad inquebrantable y una curiosidad sin límites. Liriam, con su cabello rizado y ojos brillantes, siempre llevaba un vestido colorido que ondeaba con el viento, mientras que Yendry, con su cabello negro y corto, nunca se separaba de su gorra favorita.

Un día soleado de primavera, mientras jugaban cerca de sus casas, descubrieron un sendero oculto que se adentraba en un bosque que siempre habían creído común y corriente. Sin embargo, ese día, el camino brillaba con un resplandor misterioso que invitaba a ser explorado.

«¿Vamos a ver qué hay más allá?» propuso Liriam con una sonrisa intrigante.

«¡Claro! Siempre he querido saber por qué se llama el Bosque Encantado,» respondió Yendry, ajustándose la gorra con emoción.

Tomados de la mano, los dos amigos pasaron bajo las ramas entrelazadas de los árboles, que formaban un arco natural sobre el sendero. A medida que avanzaban, el bosque parecía cobrar vida. Las flores brillaban con luces de colores, los árboles susurraban canciones antiguas y pequeñas criaturas mágicas espiaban curiosas desde detrás de las hojas.

Liriam y Yendry no podían creer lo que veían. Cada paso les revelaba nuevas maravillas. En un claro iluminado por el sol, encontraron un estanque cuyas aguas destellaban como si estuvieran llenas de estrellas.

«¡Mira, Yendry! Es como si el cielo nocturno se hubiera caído aquí,» exclamó Liriam, señalando al estanque.

Decididos a explorar cada rincón, siguieron el camino que los llevó hasta una colina pequeña. En la cima, se encontraron con un árbol gigantesco, cuyas raíces se entrelazaban formando una especie de trono natural.

«Debe ser el árbol guardián del bosque,» murmuró Yendry, mientras exploraban alrededor del trono.

Justo cuando Liriam se sentó en el trono de raíces, el árbol comenzó a brillar, y una voz profunda y calmada llenó el aire. «Gracias, pequeños guardianes, por visitar mi hogar. Han demostrado valentía y corazón puro al entrar en este bosque mágico.»

Los niños escuchaban asombrados mientras el árbol guardián les hablaba de los secretos del bosque y les enseñaba lecciones sobre la naturaleza y la importancia de cuidar el mundo natural.

Después de aprender mucho y prometer al árbol guardián que siempre protegerían el bosque, Liriam y Yendry regresaron al pueblo, llevando consigo la magia y las enseñanzas que habían recibido. La noticia de su aventura se esparció, y desde ese día, más niños y adultos visitaron el bosque, siempre mostrando respeto y cariño por su nuevo amigo, el árbol guardián.

Liriam y Yendry continuaron explorando juntos, seguros de que cada día era una oportunidad para una nueva aventura. Y así, en un pequeño pueblo rodeado de colinas y ríos, la magia del Bosque Encantado vivió para siempre en los corazones de aquellos que se atrevieron a explorar y creer.

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Soy Francisco J., apasionado de las historias y, lo más importante, padre de un pequeño. Durante el emocionante viaje de enseñar a mi hijo a leer, descubrí un pequeño secreto: cuando las historias incluyen a amigos, familiares o lugares conocidos, la magia realmente sucede. La conexión emocional con el cuento motiva a los niños a sumergirse más profundamente en las palabras y a descubrir el maravilloso mundo de la lectura. Saber más de mí.

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