Era la noche de Halloween y el aire vibraba con emociones y expectativas. Julia, Diego, Sofía y Lucas, disfrazados y ansiosos por aventuras, decidieron explorar la antigua casa al final de la calle, conocida por todos en el pueblo como la «Casa de los Susurros».
Al abrir la puerta chirriante, se encontraron con una sorpresa: ¡una bruja! Pero no era una bruja cualquiera, era Agatha, la Bruja de la Noche de Halloween.
Con una sonrisa misteriosa y amigable, Agatha les explicó que necesitaba ayuda para encontrar ingredientes para su poción especial de Halloween.
Los niños, encantados con la idea de una aventura real en Halloween, aceptaron el desafío. Agatha les entregó una lista de ingredientes mágicos: una lágrima de unicornio, una pluma de fénix, un poco de polvo de estrellas y una flor de luna.
Primero, buscaron la lágrima de unicornio en el Bosque Encantado. Allí, encontraron un unicornio atrapado en zarzas mágicas. Trabajando juntos, los niños liberaron al agradecido unicornio, que les regaló una de sus preciadas lágrimas.
Luego, la pluma de fénix los llevó a la cima de la Colina del Crepúsculo. Allí, un fénix deslumbrante les pidió resolver un acertijo antes de entregarles una de sus brillantes plumas. Gracias a la inteligencia de Sofía, resolvieron el acertijo y recibieron su recompensa.
El polvo de estrellas fue el siguiente, y para ello, debían alcanzar la Torre del Tiempo antes de la medianoche. Corriendo contra el reloj, llegaron justo a tiempo, y las estrellas les obsequiaron un poco de su polvo.
Por último, necesitaban encontrar una flor de luna, que solo florecía en el Lago de los Sueños al filo de la medianoche. Con cuidado y paciencia, lograron recoger la delicada flor, completando su búsqueda.
Regresaron con Agatha, quien con un chasquido de dedos preparó su poción. Al instante, la casa se llenó de colores y risas, y los dulces aparecieron de la nada, llenando los bolsillos de los niños.
Conclusión:
Julia, Diego, Sofía y Lucas aprendieron que el trabajo en equipo y la valentía podían llevarlos a superar cualquier desafío. Además, descubrieron que no todas las brujas son malvadas y que la magia puede encontrarse en los lugares más inesperados. Esa noche de Halloween fue una aventura que nunca olvidarían.
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Autor del Cuento
Soy Francisco J., apasionado de las historias y, lo más importante, padre de un pequeño. Durante el emocionante viaje de enseñar a mi hijo a leer, descubrí un pequeño secreto: cuando las historias incluyen a amigos, familiares o lugares conocidos, la magia realmente sucede. La conexión emocional con el cuento motiva a los niños a sumergirse más profundamente en las palabras y a descubrir el maravilloso mundo de la lectura. Saber más de mí.