Cuentos de Ciencia Ficción

La Aventura Futurista de Alex, Ángel, Daniel y Alexia

Lectura para 11 años

Tiempo de lectura: 4 minutos

Español

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En un futuro no muy lejano, en un fraccionamiento de una ciudad futurista, vivían cuatro amigos inseparables: Alex, Ángel, Daniel y Alexia. Cada tarde, después de la escuela, se reunían para jugar y explorar las maravillas tecnológicas de su barrio. El fraccionamiento estaba lleno de avances increíbles, como árboles holográficos, mascotas robóticas y hoverboards que flotaban en el aire.

Una tarde soleada, mientras los cuatro amigos se deslizaban en sus hoverboards por el parque central, Alex notó algo extraño en el cielo. «¡Miren eso!» exclamó, señalando una luz brillante que se movía rápidamente entre las nubes. Los demás miraron hacia arriba, llenos de curiosidad y emoción.

«¿Qué crees que sea?» preguntó Ángel, ajustándose sus gafas de realidad aumentada para ver mejor.

«No lo sé,» respondió Daniel, «pero parece algo salido de una película de ciencia ficción.»

Alexia, siempre la más aventurera del grupo, sugirió que siguieran la luz para descubrir de qué se trataba. Los cuatro amigos se montaron en sus hoverboards y comenzaron a seguir la luz brillante, que parecía guiarlos hacia las afueras del fraccionamiento.

A medida que avanzaban, se adentraron en una zona del fraccionamiento que nunca antes habían explorado. Los edificios aquí eran más altos y modernos, y las calles estaban llenas de dispositivos tecnológicos que ni siquiera habían imaginado. Finalmente, llegaron a un claro en medio de un parque donde la luz brillante se detuvo y comenzó a descender lentamente.

Para su sorpresa, la luz era una pequeña nave espacial que aterrizó suavemente frente a ellos. De la nave salió un robot de apariencia amigable, con luces parpadeantes y una voz suave que les dio la bienvenida.

«Hola, jóvenes exploradores,» dijo el robot. «Soy R-14, un embajador de un planeta cercano. He venido a buscar ayuda y creo que ustedes son los indicados para esta misión.»

Los niños se miraron entre sí, sorprendidos y emocionados al mismo tiempo. «¿Qué tipo de ayuda necesitas?» preguntó Alexia, dando un paso adelante.

«Nuestro planeta está en peligro,» explicó R-14. «Un grupo de robots renegados ha robado nuestra fuente de energía y la han escondido en algún lugar de esta ciudad. Si no la recuperamos pronto, nuestro planeta se quedará sin energía.»

Sin pensarlo dos veces, los amigos aceptaron la misión. R-14 les dio un mapa holográfico que mostraba las posibles ubicaciones de la fuente de energía. «Debemos dividirnos para buscar en todos estos lugares lo más rápido posible,» sugirió Alex.

Así, los cuatro amigos se separaron, cada uno dirigiéndose a un punto diferente del mapa. Alex fue a la estación de energía principal, Ángel se dirigió al centro de comunicaciones, Daniel fue a la fábrica de robots, y Alexia se dirigió a la biblioteca tecnológica.

En la estación de energía, Alex se encontró con una serie de puertas cerradas que solo se podían abrir con un código especial. Utilizando sus conocimientos de programación, logró hackear el sistema y abrir las puertas una por una. Finalmente, llegó a una sala donde encontró una pista importante: un dispositivo dejado por los robots renegados.

Mientras tanto, Ángel usaba sus habilidades de ingeniería para inspeccionar los servidores en el centro de comunicaciones. Encontró señales de interferencias extrañas que parecían venir de la fábrica de robots. «Esto debe ser parte del plan de los robots renegados,» pensó, y se comunicó con Daniel para informarle de sus hallazgos.

En la fábrica de robots, Daniel se enfrentaba a varios robots de seguridad. Usando su agilidad y destreza, logró evadirlos y llegar a la sala de control. Allí, encontró un esquema que mostraba la localización de la fuente de energía robada. Justo cuando estaba a punto de enviarlo a sus amigos, fue atrapado por un robot de seguridad.

Alexia, en la biblioteca tecnológica, estaba buscando información sobre los robots renegados. Utilizando una terminal de acceso avanzada, descubrió que los robots habían sido creados originalmente para proteger el planeta de R-14, pero algo salió mal y se rebelaron. Encontró una forma de desactivar a los robots renegados temporalmente y envió la información a Alex.

Con todas las piezas del rompecabezas en su lugar, Alex, Ángel y Alexia se reunieron en la fábrica de robots para rescatar a Daniel. Utilizando el conocimiento que Alexia había encontrado, lograron desactivar a los robots de seguridad y liberar a su amigo.

«Tenemos que encontrar la fuente de energía antes de que sea demasiado tarde,» dijo Alex, mostrando el esquema que Daniel había encontrado.

Guiados por el esquema, se dirigieron a una sección oculta de la fábrica donde encontraron la fuente de energía robada. Estaba protegida por un campo de fuerza que solo podía ser desactivado con el código que Alex había descubierto en la estación de energía.

Con el campo de fuerza desactivado, R-14 apareció para ayudarles a transportar la fuente de energía de regreso a su nave. «Gracias, jóvenes héroes,» dijo el robot. «Han salvado a nuestro planeta.»

Los amigos se despidieron de R-14, sintiéndose orgullosos de haber completado su misión. «Fue una aventura increíble,» dijo Ángel mientras regresaban a su fraccionamiento.

«Y pensar que todo comenzó con una luz en el cielo,» añadió Daniel, sonriendo.

Alexia, siempre pensando en el futuro, dijo: «¿Quién sabe qué otras aventuras nos esperan? Siempre estaremos listos.»

Y así, los cuatro amigos continuaron con sus tardes de juegos y exploración, sabiendo que juntos podían enfrentar cualquier desafío, incluso los más futuristas y sorprendentes.

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Soy Francisco J., apasionado de las historias y, lo más importante, padre de un pequeño. Durante el emocionante viaje de enseñar a mi hijo a leer, descubrí un pequeño secreto: cuando las historias incluyen a amigos, familiares o lugares conocidos, la magia realmente sucede. La conexión emocional con el cuento motiva a los niños a sumergirse más profundamente en las palabras y a descubrir el maravilloso mundo de la lectura. Saber más de mí.

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