Cuentos de Ciencia Ficción

La Ciudad del Futuro y la Aventura Intergaláctica

Lectura para 6 años

Tiempo de lectura: 5 minutos

Español

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En un lugar muy, muy lejano, más allá de las estrellas y planetas que conocemos, había una ciudad brillante y futurista llamada Estrellópolis. En esta ciudad, todo era posible. Los edificios eran altos y luminosos, los coches volaban por el aire y las personas se comunicaban a través de hologramas. Era un lugar lleno de maravillas tecnológicas y avances increíbles.

En Estrellópolis vivían cinco personajes muy especiales. Primero estaba Diosa, una mujer amable con un cabello dorado que fluía como una cascada y un aura brillante que iluminaba todo a su alrededor. Luego estaba Dios, un hombre sabio con una larga barba blanca y un manto estrellado que parecía contener todo el conocimiento del universo. Junto a ellos estaban dos niños, Niño Varón 1 y Niño Varón 2, ambos siempre con expresiones juguetonas y vestidos con ropas futuristas llenas de colores y luces. Finalmente, había un fantasma travieso llamado Fantasma Travieso, que aunque era transparente y parecía asustar, en realidad era muy amigable y le encantaba hacer bromas divertidas.

Un día, mientras los dos niños jugaban con sus lápices holográficos, dibujando criaturas y paisajes que cobraban vida, escucharon un rumor preocupante. Algo oscuro y misterioso estaba ocurriendo en los confines del universo. Una sombra de oscuridad estaba empezando a cubrir las estrellas, causando temor entre los habitantes de Estrellópolis.

Diosa, con su corazón lleno de amor y compasión, decidió que debían investigar qué estaba sucediendo. Junto con Dios, los dos niños y Fantasma Travieso, se embarcaron en una aventura intergaláctica para descubrir el origen de esa oscuridad.

Viajaron en una nave espacial increíblemente rápida, con tecnología que les permitía cruzar galaxias en cuestión de minutos. Mientras viajaban, Fantasma Travieso entretenía a todos con sus bromas, haciendo reír a los niños y aliviando cualquier temor que pudieran sentir. La nave, llamada Estrella Veloz, estaba equipada con todo lo necesario para la misión: alimentos, herramientas, y lo más importante, un traductor universal que les permitía entender todos los lenguajes del cosmos.

Durante su viaje, hicieron varias paradas en planetas lejanos y extraños. En uno de esos planetas, llamado Verdilia, todo era verde. Los árboles, las flores, incluso el cielo tenía un tono verdoso. Los habitantes de Verdilia les dieron la bienvenida con los brazos abiertos y les ofrecieron un fruto especial que solo crecía en su planeta. Este fruto, llamado Fruto del Corazón, tenía la capacidad de curar cualquier herida y dar fuerza a quien lo comiera.

Los habitantes de Verdilia también les contaron que habían notado la oscuridad que se estaba extendiendo por el universo. Les hablaron de una antigua profecía que decía que solo aquellos con corazones puros y valientes podrían detenerla. Diosa y Dios escucharon atentamente, sabiendo que su misión era más importante de lo que pensaban.

Mientras continuaban su viaje, llegaron a un planeta llamado Inexorabilis. Este planeta era conocido por sus tormentas constantes y su clima duro, pero también era hogar de criaturas sabias que conocían muchos secretos del universo. Allí, un anciano sabio les contó sobre un artefacto antiguo, una especie de lápiz mágico, que tenía el poder de escribir el destino y cambiar el curso de los eventos. Este lápiz estaba escondido en lo más profundo de una cueva custodiada por seres de energía pura.

La cueva era un lugar oscuro y lleno de misterios. A medida que se adentraban, los niños sentían una mezcla de emoción y temor. Fantasma Travieso, aunque seguía haciendo bromas, también estaba alerta, sabiendo que era crucial encontrar el lápiz mágico. Con el tiempo, llegaron al corazón de la cueva, donde encontraron el lápiz flotando en el aire, rodeado por un halo de luz brillante.

Diosa, con su aura resplandeciente, extendió la mano y tomó el lápiz. Inmediatamente, sintieron una conexión poderosa. Este lápiz no solo podía escribir en papel, sino que también podía cambiar la realidad. Era una herramienta increíblemente poderosa que necesitaban usar con sabiduría.

Al salir de la cueva, supieron que era hora de enfrentar la oscuridad que estaba cubriendo el universo. Viajaron hasta el punto de origen de la sombra, un agujero negro masivo que parecía absorber toda la luz y esperanza. Al llegar, se encontraron con un ser oscuro y poderoso que emanaba un aura de soledad y tristeza. Este ser, que se hacía llamar el Señor de la Oscuridad, había perdido toda esperanza y estaba decidido a sumir al universo en la misma soledad que sentía.

Diosa, con su voz suave y llena de compasión, habló con el Señor de la Oscuridad. Le contó sobre las maravillas del universo, la belleza de las estrellas y la importancia de la amistad y el amor. Mientras hablaba, Dios usó el lápiz mágico para escribir palabras de esperanza y luz en el aire, palabras que comenzaron a brillar y disipar la oscuridad.

Niño Varón 1 y Niño Varón 2, con sus corazones llenos de valentía, se acercaron al Señor de la Oscuridad y le ofrecieron el Fruto del Corazón que habían recibido en Verdilia. Al comerlo, el Señor de la Oscuridad sintió una calidez y paz que no había experimentado en eones. Su oscura forma comenzó a transformarse, revelando un ser de luz y energía positiva.

Fantasma Travieso, con una última broma, hizo que todos rieran, incluso el Señor de la Oscuridad, ahora convertido en el Guardián de la Luz. La oscuridad fue completamente disipada, y el universo volvió a brillar con todo su esplendor.

La misión había sido un éxito, y los cinco amigos regresaron a Estrellópolis como héroes. La ciudad los recibió con una gran celebración, agradeciendo su valentía y sabiduría. Habían demostrado que, con corazones puros y llenos de amor, cualquier oscuridad podía ser vencida.

Desde ese día, Estrellópolis se convirtió en un símbolo de esperanza y unidad, recordando siempre la gran aventura intergaláctica de Diosa, Dios, Niño Varón 1, Niño Varón 2 y Fantasma Travieso. Los niños de la ciudad crecieron escuchando sus historias, inspirados a cuidar de su mundo y de los demás, sabiendo que, juntos, podían enfrentar cualquier desafío.

Y así, en un rincón brillante del universo, la luz y la amistad prevalecieron, recordándonos que el verdadero poder reside en la bondad y el amor compartidos.

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Soy Francisco J., apasionado de las historias y, lo más importante, padre de un pequeño. Durante el emocionante viaje de enseñar a mi hijo a leer, descubrí un pequeño secreto: cuando las historias incluyen a amigos, familiares o lugares conocidos, la magia realmente sucede. La conexión emocional con el cuento motiva a los niños a sumergirse más profundamente en las palabras y a descubrir el maravilloso mundo de la lectura. Saber más de mí.

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