Cuentos Clásicos

La Belleza del Campo de Nuestros Sueños

Lectura para 4 años

Tiempo de lectura: 2 minutos

Español

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Era una mañana radiante en el pequeño pueblo de Valverde, donde el cielo era de un azul brillante y el sol sonreía con su luz cálida. En este hermoso lugar vivían dos amigos inseparables: Pepito y Lulu. Pepito era un niño curioso y lleno de energía, mientras que Lulu era una niña dulce, siempre lista para ayudar a sus amigos y explorar nuevas aventuras. Juntos, descubrían cada rincón del pueblo y soñaban con ir más allá, a un lugar que no habían visto antes.

Una mañana, mientras jugaban en el campo, escucharon un sonido extraño. Pepito, con su espíritu aventurero, dijo: «¡Vamos a ver qué es!». Lulu asintió emocionada y siguieron el sonido que provenía de un pequeño bosque cercano. Con cada paso, el zumbido se hacía más fuerte y, al llegar a un claro, encontraron algo sorprendente: una hermosa mariposa dorada, con alas que brillaban como joyas bajo el sol.

La mariposa, al ver a los dos amigos, dijo: «¡Hola, Pepito y Lulu! Soy Lila, la mariposa mágica. He estado escuchando sus sueños de aventuras y he venido a llevarlos a un lugar especial que encontrarán muy hermoso».

Los ojos de Pepito y Lulu se iluminaron de emoción. «¿Un lugar especial? ¡Sí, por favor!», exclamaron al unísono. Lila aleteó suavemente y les hizo señas para que la siguieran. «Cierra los ojos y confía en mí», dijo la mariposa con una voz suave.

Los niños, llenos de expectación, cerraron los ojos. Cuando los abrieron, se encontraron en un vasto campo lleno de flores de todos los colores que jamás habían visto, con árboles que parecían hablar entre ellos y un cielo lleno de nubes esponjosas que parecían de algodón.

«Bienvenidos al Campo de Nuestros Sueños», dijo Lila. «Aquí, cada uno de ustedes puede encontrar lo que más ama. Recuerden que lo importante es compartir y cuidar de este hermoso lugar».

A medida que exploraban, Pepito vio una colina que parecía tener un trampolín gigante. No podía resistir la tentación de saltar y, rápidamente, corrió hacia la colina. Lulu lo siguió, riendo mientras ambos saltaban alto en el aire, tocando casi las nubes. Se sentían felices, pero al mismo tiempo se acordaron de lo que Lila había dicho: compartir y cuidar.

Luego encontraron un estanque que brillaba como un espejo, lleno de peces de colores nadando alegremente. «¡Mira, Lulu! ¡Podemos nadar y jugar con los peces!», dijo Pepito. Pero Lulu, inteligente como siempre, sugirió: «Tal vez deberíamos pedirle permiso a los peces antes de entrar. No queremos asustarles».

Así que, de pie al borde del estanque, llamaron a los peces: «¡Hola, amigos! ¿Podemos jugar con ustedes?». Los peces, felices por la visita, saltaron fuera del agua y dijeron: «¡Sí, claro! Pero por favor, háganlo con cuidado». Pepito y Lulu sonrieron, y eso les hizo sentir aún más felices.

Mientras jugaban en el agua, Lila reveló un secreto. «Este mundo es mágico, pero necesita de su amor y cuidado. Si ustedes lo cuidan, siempre podrán regresar». Los niños comprendieron lo valioso que era ese lugar y decidieron que debían cuidar no solo el campo de sus sueños, sino también su hogar en Valverde.

En su aventura, los niños también se encontraron con un pequeño conejo llamado Toby. Toby tenía grandes orejas y una cola suave, pero estaba triste porque había perdido su caramelo favorito, un dulce de color arcoíris. Pepito y Lulu, al ver su tristeza, decidieron ayudarle. «No te preocupes, Toby. ¡Te ayudaremos a encontrarlo!», dijeron con entusiasmo.

Los tres amigos comenzaron a buscar, primero en el campo, luego junto al estanque y finalmente bajo los árboles. Después de un tiempo, mientras rebuscaban en un arbusto, Pepito gritó: «¡Lo encontré!» Era un caramelo brillante, pero no era solo un caramelo, era el caramelo perdido de Toby. «¡Toby, mira lo que encontré!», exclamó.

Toby saltó de alegría y dijo: «¡Gracias, amigos! ¡Este es el mejor caramelo del mundo!». Entonces, con una gran sonrisa, comparte su premio: «¡Los invito a disfrutarlo juntos!». Así, los tres amigos compartieron el dulce arcoíris, disfrutando del sabor y celebrando su amistad.

Al caer la tarde, Lila apareció de nuevo. «Es hora de que regresen a casa, pero no olviden lo que han aprendido aquí: el valor de la amistad, el compartir y cuidar lo que amamos». Pepito y Lulu asintieron, comprendiendo que esa aventura no solo había sido mágica, sino también importante.

Con un suave aleteo, Lila llevó a Pepito y Lulu de vuelta al claro del bosque donde todo había comenzado. «Siempre que quieran volver, solo cierren los ojos y piensen en el Campo de Sus Sueños», dijo la mariposa mágica.

Al abrir los ojos, los amigos se encontraron nuevamente en su pueblo, rodeados por los mismos árboles y el mismo cielo azul. Mirándose el uno al otro, sonrieron. Habían vivido una experiencia increíble y sabían que siempre llevarían consigo la magia del campo y los recuerdos de su amistad y aventuras.

Desde entonces, Pepito y Lulu nunca olvidaron a Toby, ni a Lila, la mariposa mágica. Se prometieron a sí mismos cuidar el mundo que les rodeaba con amor y siempre ser amigos, dispuestos a compartir y ayudar a quienes lo necesitaran. Y así, en el pueblo de Valverde, donde la magia de los sueños siempre estaba presente, sus corazones se llenaron de alegría y esperanza, sabiendo que en su amistad encontrarían la verdadera belleza del campo y más allá.

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Soy Francisco J., apasionado de las historias y, lo más importante, padre de un pequeño. Durante el emocionante viaje de enseñar a mi hijo a leer, descubrí un pequeño secreto: cuando las historias incluyen a amigos, familiares o lugares conocidos, la magia realmente sucede. La conexión emocional con el cuento motiva a los niños a sumergirse más profundamente en las palabras y a descubrir el maravilloso mundo de la lectura. Saber más de mí.

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