Cuentos Clásicos

Los tres cerditos y el destino de la perseverancia

Lectura para 11 años

Tiempo de lectura: 5 minutos

Español

Puntuación:

0
(0)
 

Compartir en WhatsApp Compartir en Telegram Compartir en Facebook Compartir en Twitter Compartir por correo electrónico
0
(0)

 

Había una vez, en un pequeño y tranquilo bosque, tres hermanos cerditos que vivían con su mamá en una casa acogedora. Los tres cerditos, a quienes llamaremos Cerdito 1, Cerdito 2 y Cerdito 3, eran muy diferentes entre sí, pero todos tenían un sueño común: querían construir su propia casa y vivir de manera independiente. La mamá cerdita, con una mezcla de orgullo y preocupación, les aconsejó que fueran responsables y cuidadosos, pues el mundo afuera no siempre era tan amable como su hogar.

Una mañana brillante, los tres hermanos se despidieron de mamá cerdita y emprendieron cada uno su camino. Tenían la ilusión de hacer su casa perfecta, un lugar donde estar seguros y felices. Pero, aunque eran hermanos, sus ideas y esfuerzos serían muy distintos.

El Cerdito 1 era el mayor, pero también el más perezoso y despreocupado. No quería complicarse mucho la vida, así que decidió que su casa sería la más rápida y fácil de construir. Sin perder tiempo, recogió unos cuantos palitos caídos del bosque y los unió sin mucha organización. “Con esto basta para protegerme”, pensó, mientras se sentaba a descansar bajo un árbol, confiado y sin preocuparse por el futuro. No pasó mucho tiempo cuando el viento comenzó a soplar con fuerza, y una sombra oscura se acercaba desde el bosque.

El Lobo, feroz y siempre hambriento, había oído hablar de los tres cerditos que se aventuraban a vivir por su cuenta. Al llegar frente a la casita de palitos, sonrió maliciosamente y dijo con voz profunda: “¡Cerdito, cerdito, déjame entrar!”. Pero el Cerdito 1 respondió: “¡No, no te dejaré pasar!”. Entonces, el Lobo inhaló profundamente y sopló con toda su fuerza. La casita de palitos voló en pedazos, y el Cerdito 1, sin un lugar seguro adonde ir, salió corriendo lo más rápido que pudo, pero el Lobo lo alcanzó y tristemente terminó atrapado. El bosque quedó silencioso de nuevo.

Mientras tanto, el Cerdito 2, que tenía un espíritu más aventurero y soñaba con un futuro brillante, decidió que para protegerse y prosperar necesitaría buscar nuevas oportunidades más allá del bosque. Había escuchado que al otro lado del mundo, en un lugar llamado Estados Unidos, existían lugares llenos de esperanza y riqueza. Así que, con pocas pertenencias y mucha esperanza, se puso en marcha hacia tierras lejanas.

Sin embargo, el camino no fue fácil. Cruzar fronteras siempre estuvo lleno de obstáculos, y el Cerdito 2 no contaba con la experiencia ni con suficiente preparación para enfrentar los retos que se le presentaron. Poco a poco, la fuerza que lo impulsaba comenzó a flaquear. Intentó cruzar una frontera que estaba vigilada, y al ser descubierto tratando de pasar sin permiso, fue arrestado. A pesar de sus sueños y esfuerzos, su plan se desmoronó. Tristemente, su historia terminó de manera trágica, porque, al intentar escapar, perdió la vida.

Estas terribles noticias llegaron al Cerdito 3, el menor y quizá el más sabio de los hermanos. Él comprendió que el mundo era duro y que el camino para tener éxito requería esfuerzo, paciencia y preparación. Sin embargo, también sintió una enorme tristeza por la pérdida de sus hermanos, y decidió que su vida tomaría un rumbo distinto, uno que fuera necesario para vencer las adversidades.

El Cerdito 3 se mudó a la ciudad, un lugar lleno de luces, ruidos y mucha actividad. Lejos del bosque y de los peligros inmediatos como el Lobo, el pequeño cerdo sabía que la única manera de crecer era trabajando y creyendo en sí mismo. Así que buscó empleo, aprendió nuevas habilidades y, con el tiempo, pudo ahorrar el suficiente dinero para invertir en un negocio propio.

Con mucho esfuerzo y dedicación, su negocio prosperó. No fue fácil, y hubo días de dudas y cansancio, pero el Cerdito 3 nunca renunció. Pronto, conoció a una cerdita encantadora, con la que formó una hermosa familia. Se casaron en una pequeña celebración, rodeados de amigos y vecinos que lo admiraban por su perseverancia y motivación.

El éxito financiero también llegó: el Cerdito 3 se convirtió en un cerdito millonario, pero siempre conservó la humildad y buenos valores que aprendió en su infancia. Su casa era sólida, hecha de ladrillos fuertes, y en cada rincón se sentía el amor y la seguridad que tanto había buscado.

Sin embargo, el peligro no había desaparecido. El Lobo, quien había perdido la oportunidad de atrapar a sus hermanos menores, no había olvidado al tercer cerdito. Decidió que ya era hora de ir por él, pues su hambre parecía no tener fin.

Comparte tu historia personalizada con tu familia o amigos

Compartir en WhatsApp Compartir en Telegram Compartir en Facebook Compartir en Twitter Compartir por correo electrónico

Cuentos cortos que te pueden gustar

autor crea cuentos e1697060767625
logo creacuento negro

Soy Francisco J., apasionado de las historias y, lo más importante, padre de un pequeño. Durante el emocionante viaje de enseñar a mi hijo a leer, descubrí un pequeño secreto: cuando las historias incluyen a amigos, familiares o lugares conocidos, la magia realmente sucede. La conexión emocional con el cuento motiva a los niños a sumergirse más profundamente en las palabras y a descubrir el maravilloso mundo de la lectura. Saber más de mí.

Deja un comentario