Cuentos de Fantasía

El Bosque Encantado de Nora y Saltarín

Lectura para 4 años

Tiempo de lectura: 2 minutos

Español

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En un pequeño pueblo al pie de las colinas vivía una niña llamada Nora. Nora tenía cuatro años y una imaginación tan grande como el cielo. Cerca de su casa, se extendía un bosque que todos en el pueblo llamaban «El Bosque Encantado». Era un lugar mágico, lleno de árboles altos que tocaban las nubes, flores que cantaban con la brisa, y animales que hablaban como las personas.

Nora siempre había querido explorar el bosque, pero sus padres le decían que era muy pequeña para aventurarse sola. Sin embargo, un día, mientras jugaba en el jardín, se encontró con un conejo blanco de ojos brillantes y orejas largas. El conejo se presentó como Saltarín y le dijo a Nora que él era el guardián del bosque.

Saltarín invitó a Nora a explorar el bosque, prometiéndole que estaría segura con él. Con una mezcla de emoción y nerviosismo, Nora aceptó la invitación y tomó la pequeña pata del conejo. Juntos, cruzaron el umbral del bosque, donde un mundo de maravillas los esperaba.

En su aventura, Nora y Saltarín se encontraron con árboles que contaban historias antiguas, flores que bailaban al ritmo de la música del viento, y un arroyo cuyas aguas cantaban melodías. Cada criatura del bosque saludaba a Saltarín con respeto y cariño, y Nora se sentía como en un sueño.

Mientras avanzaban, llegaron a un claro donde crecían setas gigantes de colores brillantes. Saltarín explicó que estas setas eran trampolines mágicos que podían llevarlos a ver el bosque desde las alturas. Nora, emocionada, saltó sobre una seta azul, y de repente, se encontró rebotando hacia el cielo, riendo y gritando de alegría.

Desde arriba, Nora vio el bosque como nunca antes. Vio cómo los árboles formaban patrones, cómo los animales jugaban entre las hojas, y cómo un arcoíris de colores se extendía por todo el lugar. Fue un espectáculo tan hermoso que Nora no quería que terminara.

Después de su divertido paseo en las setas trampolín, Saltarín llevó a Nora a un lago donde los peces brillaban como estrellas. Allí, se encontraron con una tortuga sabia llamada Donatello, quien les contó historias sobre el bosque y sus secretos. Nora escuchaba con atención, maravillada por todo lo que aprendía.

Luego, Saltarín y Nora continuaron su viaje y encontraron un campo de flores que cantaban en armonía. Las flores, de todos los colores y tamaños, se movían al compás de su propia música, creando una sinfonía natural. Nora se unió a ellas, cantando y bailando, sintiéndose libre y feliz.

La tarde comenzó a caer, y Saltarín le dijo a Nora que era hora de regresar. Antes de irse, Nora prometió guardar el secreto del bosque encantado y visitar a Saltarín siempre que pudiera.

Al regresar a casa, Nora contó a sus padres sobre su increíble aventura. Aunque pensaron que era solo un juego de su imaginación, Nora sabía que era real. Cada noche, antes de dormir, miraba por la ventana hacia el bosque y sonreía, sabiendo que allí, un amigo especial la esperaba para nuevas aventuras.

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Soy Francisco J., apasionado de las historias y, lo más importante, padre de un pequeño. Durante el emocionante viaje de enseñar a mi hijo a leer, descubrí un pequeño secreto: cuando las historias incluyen a amigos, familiares o lugares conocidos, la magia realmente sucede. La conexión emocional con el cuento motiva a los niños a sumergirse más profundamente en las palabras y a descubrir el maravilloso mundo de la lectura. Saber más de mí.

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