Cuentos de Fantasía

El Dinosaurio Desordenado

Lectura para 11 años

Tiempo de lectura: 2 minutos

Español

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Había una vez, en una lejana tierra de fantasía, un pequeño dinosaurio llamado George. George era un dinosaurio único, pero tenía un gran problema: no le gustaba bañarse. Vivía en una cueva rodeada de árboles altos y frondosos, y aunque el río estaba a solo unos metros de distancia, George evitaba el agua a toda costa.

Paty, una hermosa y elegante dinosaurio, vivía en una cueva cercana. Su piel era de un brillante color verde esmeralda, y siempre estaba impecable. Paty era conocida en toda la región no solo por su belleza, sino también por su bondad. George estaba perdidamente enamorado de Paty, pero cada vez que intentaba acercarse a ella, Paty se alejaba con una mueca de disgusto debido al mal olor de George.

Robles, un dinosaurio grande, limpio y de buen porte, también estaba enamorado de Paty. A diferencia de George, Robles se bañaba regularmente en el río y su piel relucía bajo el sol. Era fuerte y valiente, y su apariencia siempre era impecable. Paty apreciaba a Robles por su limpieza y buenos modales, y Robles disfrutaba de la compañía de Paty, siempre encontrando excusas para estar cerca de ella.

Un día, George decidió que ya era suficiente. Estaba cansado de ser rechazado y ridiculizado. Se miró en el reflejo de una charca y vio lo sucio y desaliñado que estaba. Sus escamas estaban cubiertas de barro, y pequeños insectos se habían alojado entre sus pliegues. George suspiró profundamente y, con determinación, se dirigió al río.

Cuando George llegó al río, se sumergió lentamente en el agua. Al principio, el frío lo hizo estremecerse, pero pronto se acostumbró y empezó a frotarse con esmero. Las capas de suciedad comenzaron a desprenderse, y por primera vez en mucho tiempo, George sintió que su piel podía respirar. Utilizó hojas grandes y suaves para raspar la suciedad más difícil y se sumergió completamente varias veces para asegurarse de que cada rincón de su cuerpo estuviera limpio.

Mientras George se limpiaba, Paty paseaba cerca del río y se sorprendió al ver a George bañándose. Nunca había visto a George tan decidido a mejorar su apariencia. Curiosa, se acercó un poco más para observar. George, concentrado en su tarea, no se dio cuenta de la presencia de Paty hasta que ya estaba completamente limpio.

Cuando salió del agua, George se sintió renovado. Sus escamas brillaban bajo el sol y se sentía más ligero. En ese momento, levantó la vista y vio a Paty mirándolo con una mezcla de sorpresa y admiración. George se sintió un poco avergonzado, pero también esperanzado.

—Hola, Paty —dijo George, tratando de sonar casual.

—Hola, George —respondió Paty con una sonrisa—. Te ves… diferente. Muy bien.

George sonrió tímidamente. —Gracias, Paty. He decidido cambiar. Quiero ser alguien de quien puedas estar orgullosa.

Mientras los dos conversaban, Robles apareció. Había oído rumores sobre el cambio de George y quería verlo con sus propios ojos. Al ver a George limpio y radiante, Robles sintió una mezcla de celos y preocupación. No podía permitir que George le robara el corazón de Paty sin luchar.

—George —dijo Robles con un tono desafiante—, veo que finalmente has decidido bañarte. Pero eso no cambia nada. Paty es mía.

Paty miró a Robles con desaprobación. —No soy propiedad de nadie, Robles. Yo elijo con quién quiero estar.

George, sintiendo que era su momento de demostrar su valía, levantó la cabeza con valentía. —Robles, si quieres competir por el amor de Paty, entonces hagámoslo con dignidad. No se trata solo de apariencia, sino de cómo tratamos a los demás.

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Soy Francisco J., apasionado de las historias y, lo más importante, padre de un pequeño. Durante el emocionante viaje de enseñar a mi hijo a leer, descubrí un pequeño secreto: cuando las historias incluyen a amigos, familiares o lugares conocidos, la magia realmente sucede. La conexión emocional con el cuento motiva a los niños a sumergirse más profundamente en las palabras y a descubrir el maravilloso mundo de la lectura. Saber más de mí.

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