Cuentos de Fantasía

El Sueño de Efraín en el Bosque Encantado

Lectura para 10 años

Tiempo de lectura: 5 minutos

Español

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En un pequeño pueblo rodeado de colinas verdes y ríos cristalinos, vivía un niño llamado Efraín. Efraín era un chico de ojos brillantes y cabello oscuro, siempre lleno de curiosidad y sueños. Su familia no tenía muchos recursos, y las dificultades económicas eran parte de su vida diaria. Sin embargo, Efraín nunca dejó de soñar con un futuro mejor y lleno de aventuras.

Desde muy pequeño, Efraín había escuchado historias sobre un bosque encantado que se encontraba más allá de las colinas. Decían que en ese bosque habitaban criaturas mágicas y que había un río cuyas aguas brillaban como diamantes. También se hablaba de un árbol milenario que concedía deseos a aquellos de corazón puro y valiente. Efraín, con su espíritu soñador, siempre había deseado explorar ese bosque y encontrar el árbol de los deseos.

Un día, mientras ayudaba a su madre en la pequeña granja familiar, Efraín decidió que había llegado el momento de emprender su aventura. Sabía que no sería fácil y que su familia podría no entender su decisión, pero su corazón le decía que debía intentarlo. Así que, con determinación, preparó una pequeña mochila con algunas provisiones, tomó una manta y su libro favorito de cuentos, y se despidió de su madre prometiendo que volvería pronto.

Efraín comenzó su viaje al amanecer, cuando el sol apenas empezaba a iluminar el horizonte. Caminó durante horas, atravesando campos y colinas, hasta que finalmente llegó a la entrada del bosque encantado. El lugar era tal como lo había imaginado: árboles altos con hojas resplandecientes, flores de colores brillantes y un aire fresco que parecía susurrar secretos antiguos.

Con cada paso que daba, Efraín se adentraba más y más en el bosque. Pronto, se encontró con un sendero hecho de piedras brillantes que parecía guiarlo hacia un destino desconocido. Sin dudarlo, siguió el sendero, maravillándose de todo lo que veía a su alrededor. Animales pequeños y curiosos lo observaban desde la distancia, y las plantas parecían moverse al ritmo de una música inaudible.

Después de un tiempo, Efraín llegó a un claro donde el río de aguas brillantes fluía suavemente. Se acercó y se agachó para beber un poco de agua. Al probarla, sintió una energía renovada y una extraña sensación de esperanza. Mientras bebía, una voz suave y melodiosa lo llamó por su nombre.

«Efraín,» dijo la voz. El niño levantó la vista y vio una figura etérea flotando sobre el río. Era una criatura con forma humana, pero sus alas transparentes y su luz resplandeciente la hacían parecer un ser de otro mundo.

«Soy Liria, el espíritu del río,» dijo la figura. «He visto tu corazón valiente y tus sueños sinceros. ¿Qué es lo que buscas en este bosque encantado?»

Efraín, aún asombrado, respondió: «He venido en busca del árbol de los deseos. Quiero encontrarlo y pedirle que ayude a mi familia a tener una vida mejor.»

Liria sonrió con ternura y asintió. «Tu deseo es noble, Efraín. El árbol de los deseos se encuentra en el corazón del bosque, pero el camino no es fácil. Debes enfrentarte a pruebas que pondrán a prueba tu valentía y pureza de corazón. Si estás dispuesto a enfrentarlas, te guiaré hasta el árbol.»

Efraín, lleno de determinación, asintió. «Estoy listo, Liria. Haré lo que sea necesario.»

La figura luminosa lo guió a través del bosque, llevándolo por senderos ocultos y atravesando lugares mágicos que Efraín nunca había imaginado. Pronto llegaron a un valle cubierto de niebla, donde la primera prueba lo esperaba.

«En este valle,» explicó Liria, «deberás encontrar el puente invisible que te llevará al otro lado. Solo aquellos que confían en su corazón pueden verlo.»

Efraín respiró hondo y cerró los ojos, recordando las palabras de Liria. Caminó lentamente, sintiendo el suelo bajo sus pies. De repente, la niebla se disipó un poco y pudo ver un destello de luz que marcaba el comienzo del puente. Con cuidado, avanzó paso a paso, confiando en sus instintos. Después de unos momentos que parecieron eternos, llegó al otro lado del valle.

Liria lo esperaba con una sonrisa. «Has pasado la primera prueba, Efraín. Tu confianza y valentía te han guiado bien. Ahora, sigamos adelante.»

La siguiente prueba los llevó a un bosque oscuro, donde los árboles susurraban palabras inquietantes y sombras danzaban alrededor. «En este lugar,» dijo Liria, «deberás enfrentar tus miedos más profundos. Solo al aceptarlos podrás continuar.»

Efraín sintió un escalofrío, pero recordó por qué estaba allí. Caminó con valentía, escuchando los susurros y enfrentándose a las sombras. Cada paso que daba, sus miedos parecían desvanecerse, reemplazados por una sensación de paz. Comprendió que los miedos solo tenían poder sobre él si les permitía dominar su corazón.

Finalmente, la oscuridad se disipó y Efraín se encontró en un prado lleno de flores luminosas. «Has superado tus miedos, Efraín. Ahora estás más cerca de tu objetivo,» dijo Liria con orgullo.

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Soy Francisco J., apasionado de las historias y, lo más importante, padre de un pequeño. Durante el emocionante viaje de enseñar a mi hijo a leer, descubrí un pequeño secreto: cuando las historias incluyen a amigos, familiares o lugares conocidos, la magia realmente sucede. La conexión emocional con el cuento motiva a los niños a sumergirse más profundamente en las palabras y a descubrir el maravilloso mundo de la lectura. Saber más de mí.

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