Cuentos de Fantasía

El Sueño de la Casa del Árbol

Lectura para 11 años

Tiempo de lectura: 7 minutos

Español

Puntuación:

0
(0)
 

Compartir en WhatsApp Compartir en Telegram Compartir en Facebook Compartir en Twitter Compartir por correo electrónico
0
(0)

Había una vez, en un pequeño pueblo rodeado de verdes praderas y cielos azules, una niña llamada Katia que soñaba con vivir en una casa grande y llena de ventanas donde el sol se colara cada mañana para despertar a su familia con caricias de luz.

Vivía en una casita humilde junto a su Papá, su Mamá, su Hermana y su Hermano. Los cinco compartían sonrisas y miradas cómplices, pero también la añoranza de un hogar más espacioso.

Katia era una niña llena de determinación. Cada mañana, antes de que el gallo anunciara el nuevo día, ya estaba lista con su mochila al hombro, caminando con paso firme hacia la escuela.

En el aula, sus ojos brillaban con cada nueva palabra que el maestro escribía en el pizarrón, y su cuaderno se llenaba de notas meticulosas y dibujos de aquella casa de ensueño que tanto deseaba para los suyos.

La vida, como un río, fluyó con sus altibajos y sus giros inesperados. Katia creció, manteniendo siempre en su corazón ese anhelo que la motivaba a estudiar y trabajar sin descansar.

Pasaron los años y, gracias a su esfuerzo y dedicación, logró obtener un trabajo estable que poco a poco le permitió comenzar a construir lo que tanto había soñado. La casa de su familia comenzó a tomar forma, con habitaciones para cada uno y un jardín donde podrían jugar y reír.

Un día, sin embargo, la vida les puso una prueba muy difícil. El Papá de Katia enfermó gravemente y, a pesar de los cuidados y el amor que recibió, su corazón se detuvo, dejando un silencio profundo en la casa que ahora sí, era grande y hermosa, pero incompleta.

Katia, con el corazón roto, se dio cuenta de que, aunque había logrado cumplir su sueño de una casa espaciosa, lo más valioso siempre habían sido esos momentos sencillos; las risas, los abrazos y el calor de estar todos juntos.

Los días pasaron y la tristeza empezó a transformarse en un recuerdo lleno de amor y gratitud por todo lo que su Papá les había enseñado. Habían aprendido que la verdadera riqueza se encuentra en la salud, en el amor y en los pequeños momentos compartidos.

Katia, ahora más sabia y con el legado de su padre en su memoria, hizo una promesa. Una promesa de nunca dejar solos a sus hermanos ni a su Mamá. Protegería y cuidaría de su familia con la misma devoción y fuerza con la que una vez persiguió su sueño de niña.

Y así, se convirtió en el pilar de su hogar, guiándolos, apoyándolos, pero sobre todo, asegurándose de crear un cálido nido de amor donde bien pudieran todos anidar. Porque al final del día, descubrieron juntos que no importa el tamaño de la casa, sino el tamaño del amor que en ella se cultiva.

Cada noche, antes de dormir, Katia miraba las estrellas a través de una de las muchas ventanas y sentía cómo su Papá, desde algún lugar entre aquellas luces parpadeantes, les sonreía, orgulloso de la gran mujer en la que su pequeña niña se había convertido.

Y en esa casa, repleta de amor y recuerdos, vivieron felices, fortalecidos por una unión que ni siquiera la ausencia podía quebrantar.

El cuento de Katia nos enseña que el verdadero éxito en la vida no se mide por lo que logramos para nosotros mismos, sino por el amor y el cuidado que ofrecemos a aquellos que nos necesitan. A través de su historia, aprendemos que lo material puede traernos comodidad, pero solo el amor familiar nos brinda verdadero consuelo y felicidad.

image_pdfDescargar Cuentoimage_printImprimir Cuento

¿Te ha gustado?

¡Haz clic para puntuarlo!

Comparte tu historia personalizada con tu familia o amigos

Compartir en WhatsApp Compartir en Telegram Compartir en Facebook Compartir en Twitter Compartir por correo electrónico

Cuentos cortos que te pueden gustar

autor crea cuentos e1697060767625
logo creacuento negro

Soy Francisco J., apasionado de las historias y, lo más importante, padre de un pequeño. Durante el emocionante viaje de enseñar a mi hijo a leer, descubrí un pequeño secreto: cuando las historias incluyen a amigos, familiares o lugares conocidos, la magia realmente sucede. La conexión emocional con el cuento motiva a los niños a sumergirse más profundamente en las palabras y a descubrir el maravilloso mundo de la lectura. Saber más de mí.

Deja un comentario