Cuentos de Humor

Las Aventuras de la Familia Ríe y Lucky

Lectura para 11 años

Tiempo de lectura: 5 minutos

Español

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En el colorido y siempre alegre barrio de Los Girasoles vivía una familia conocida por sus constantes risas y ocurrencias: la familia Ríe. Compuesta por Papi Álvaro, Mami Yine, sus dos hijas, Nathy y Emma, y su travieso perro Lucky, cada día era una aventura llena de humor y diversión.

Un soleado sábado por la mañana, la familia Ríe se despertó con una sorpresa. Al bajar a la cocina, encontraron a Lucky, su perro, rodeado de harina, huevos y un batidor de mano. ¡Parecía que había intentado preparar el desayuno!

Papi Álvaro, siempre con su buen humor, exclamó: «¡Parece que Lucky quiere ser chef!» Mientras limpiaban el desastre, entre risas y bromas, planearon su día. Decidieron hacer un picnic en el parque, y esta vez, Lucky tendría que conformarse con ser el invitado y no el chef.

Prepararon una cesta llena de deliciosos bocadillos, frutas, y por supuesto, algunos huesos para Lucky. Con todo listo, salieron de casa, listos para disfrutar de un día en familia al aire libre.

Al llegar al parque, extendieron una manta sobre el césped y comenzaron a disfrutar de su picnic. Nathy y Emma decidieron jugar al frisbee, mientras Lucky, emocionado, corría de un lado a otro, tratando de atraparlo. Papi Álvaro y Mami Yine, sentados en la manta, no podían dejar de reír ante las ocurrencias de Lucky, quien terminó atrapando el frisbee y corriendo alrededor del parque como si hubiera ganado un premio.

Después de un rato, la familia decidió dar un paseo por el parque. Durante su caminata, se encontraron con varios vecinos que conocían bien las travesuras de Lucky. «¡Ahí va el perro chef!», decían entre risas, recordando el incidente de la mañana.

De repente, mientras caminaban cerca del lago del parque, Lucky vio un grupo de patos y, emocionado, comenzó a ladrar y a correr hacia ellos. Los patos, sorprendidos, volaron en todas direcciones, causando una divertida persecución que terminó con Lucky saltando al lago y salpicando a todos.

Empapados pero riendo a carcajadas, la familia Ríe decidió que era hora de volver a casa. A su regreso, prepararon una deliciosa cena, esta vez sin la «ayuda» de Lucky en la cocina. Mientras cenaban, recordaron los divertidos momentos del día y planearon más aventuras para el futuro.

Esa noche, mientras se acostaban, la familia Ríe reflexionó sobre lo afortunados que eran de tenerse el uno al otro y a Lucky, quien, a pesar de sus travesuras, llenaba sus días de alegría y risas. Se prometieron seguir disfrutando de la vida con humor y amor, sabiendo que juntos podrían enfrentar cualquier desafío con una sonrisa.

Al día siguiente, la familia Ríe decidió emprender una nueva aventura: un concurso de talentos en el barrio. Nathy y Emma, llenas de ideas, propusieron hacer un acto de comedia. Papi Álvaro, conocido por sus chistes y bromas, estaba encantado con la idea, mientras que Mami Yine sugirió agregar música y baile para hacerlo aún más divertido.

Comenzaron los ensayos en el salón de su casa, convirtiéndolo en un pequeño teatro. Lucky, siempre queriendo ser parte de la acción, intentaba imitar los pasos de baile y ladraba cada vez que alguien decía una palabra clave del chiste. La preparación estaba llena de risas y momentos inolvidables.

Llegó el día del concurso, y la familia Ríe estaba lista para presentar su número. Subieron al escenario con trajes coloridos y una energía contagiosa. Papi Álvaro comenzó contando chistes, Mami Yine y las niñas bailaban, y Lucky, disfrazado con un pequeño sombrero, saltaba y ladraba, provocando carcajadas en el público.

Su presentación fue un éxito total. Ganaron el primer premio, no solo por su talento, sino también por la alegría que lograron transmitir. La familia Ríe se había convertido en el alma de la fiesta del barrio, y Lucky era ahora una pequeña celebridad.

Después del concurso, Papi Álvaro tuvo la idea de organizar un día de juegos en el barrio, donde todas las familias pudieran participar y compartir un momento de diversión. La idea fue recibida con entusiasmo, y en pocos días, la plaza del barrio se transformó en un gran espacio de juegos y risas.

La familia Ríe, junto con Lucky, participó en todas las actividades, desde carreras de sacos hasta juegos de adivinanzas. Cada momento era una oportunidad para reír y disfrutar juntos. La comunidad estaba agradecida por tener a una familia tan alegre y unificadora en el barrio.

Pero las aventuras no se detuvieron ahí. Una tarde, mientras paseaban por el parque, la familia Ríe decidió explorar un sendero que nunca antes habían tomado. El camino los llevó a una parte desconocida del parque, donde encontraron un viejo árbol con una casa en el árbol abandonada.

Inmediatamente, Nathy y Emma quisieron explorarla. Con la ayuda de Papi, Álvaro, subieron a la casa en el árbol, mientras Mami, Yine y Lucky observaban desde abajo. Dentro de la casa, encontraron un viejo baúl lleno de libros y juguetes. Era como encontrar un tesoro escondido.

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Soy Francisco J., apasionado de las historias y, lo más importante, padre de un pequeño. Durante el emocionante viaje de enseñar a mi hijo a leer, descubrí un pequeño secreto: cuando las historias incluyen a amigos, familiares o lugares conocidos, la magia realmente sucede. La conexión emocional con el cuento motiva a los niños a sumergirse más profundamente en las palabras y a descubrir el maravilloso mundo de la lectura. Saber más de mí.

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