En un pequeño pueblo lleno de alegría y color, vivía una niña llamada Atenas con su mamá Marcela y su papá Samuel. Atenas tenía una vida llena de aventuras, y en cada una de ellas, su papá era el héroe principal. Este cuento es un regalo para él, para agradecerle por ser el mejor superhéroe del mundo.
Era un día especial en la casa de Atenas. La luz del sol entraba por la ventana, iluminando la mesa donde un desayuno delicioso estaba listo. Pero lo que hacía este día realmente especial era que era el primer Día del Padre que Atenas celebraba con su papá Samuel.
Mamá Marcela y Atenas habían preparado una sorpresa. En la mesa, había panqueques con forma de estrella, el plato favorito de Samuel. Atenas, con sus pequeñas manitas, había hecho un dibujo para él: una imagen de su familia con corazones y estrellas alrededor.
Samuel se despertó y se dirigió a la cocina, donde lo esperaba esta hermosa sorpresa. Al ver el desayuno y el dibujo, una gran sonrisa iluminó su rostro. Atenas corrió hacia él y le dio un fuerte abrazo. «¡Feliz Día del Padre, papi! ¡Eres mi superhéroe!», exclamó con alegría.
Después del desayuno, la familia decidió ir a un parque cercano. Atenas corría por el césped, persiguiendo mariposas y riendo a carcajadas. Samuel y Marcela la miraban, llenos de amor y felicidad. En ese parque, Atenas se sentía como si estuviera en un mundo mágico, y su papá era el guardián de ese mundo, protegiéndola y asegurándose de que siempre estuviera segura y feliz.
Por la tarde, regresaron a casa. Atenas estaba cansada pero emocionada. Era el momento de su parte favorita del día: cuando su papá le leía cuentos antes de dormir. Esa noche, Samuel eligió un cuento sobre un valiente caballero que protegía su reino. Atenas escuchaba atentamente, imaginando a su papá como ese caballero, luchando contra dragones y salvando a todos.
Cuando el cuento terminó, Atenas miró a su papá y dijo: «Papi, eres como el caballero del cuento. Siempre me proteges y cuidas de mí y de mamá. Te amo mucho y estoy feliz de ser tu hija.» Samuel le dio un beso en la frente y la abrazó fuertemente. «Y yo estoy orgulloso de ser tu papá, mi pequeña Atenas. Siempre estaré aquí para ti», respondió con ternura.
En ese momento, mamá Marcela entró en la habitación con una pequeña caja envuelta en un papel brillante. Era el regalo de Atenas para su papá. Con manos temblorosas de emoción, Samuel abrió el regalo y encontró este cuento, escrito por Atenas con la ayuda de su mamá.
«Este es nuestro cuento favorito, papi. Quiero que lo leas siempre, para recordar cuánto te amo y lo importante que eres para mí y para mamá. Eres nuestro lugar seguro, nuestro superhéroe», dijo Atenas con una sonrisa.
Samuel, con lágrimas de felicidad en los ojos, abrazó a su hija y a su esposa. «Este es el mejor regalo que podría haber recibido. Les prometo que siempre seré su superhéroe, hoy y todos los días», dijo con amor.
Desde ese día, cada noche, Samuel leía el cuento a Atenas. Y con cada palabra, recordaban el amor y la gratitud que compartían. Atenas creció sabiendo que siempre tendría un superhéroe a su lado, y Samuel se llenó de orgullo y amor, sabiendo que para su pequeña Atenas, él era el mejor superhéroe del mundo.
Y así, en un hogar lleno de amor y alegría, Atenas y sus padres construyeron recuerdos hermosos, caminatas bajo las estrellas y momentos mágicos que durarían para siempre. Porque en los ojos de Atenas, su papá siempre sería su superhéroe, el guardián de sus sueños y el constructor de un mundo lleno de aventuras y felicidad.
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Autor del Cuento
Soy Francisco J., apasionado de las historias y, lo más importante, padre de un pequeño. Durante el emocionante viaje de enseñar a mi hijo a leer, descubrí un pequeño secreto: cuando las historias incluyen a amigos, familiares o lugares conocidos, la magia realmente sucede. La conexión emocional con el cuento motiva a los niños a sumergirse más profundamente en las palabras y a descubrir el maravilloso mundo de la lectura. Saber más de mí.