La Capa de Superhéroe de Colin

Había una vez un niño llamado Colin que tenía 10 años. Él no era un niño cualquiera, él soñaba con ser un superhéroe. Todos los días miraba con admiración su capa de superhéroe, la cual colgaba en su habitación, pero había una condición para usarla: debía demostrar su autonomía y hacer las cosas solo.

Colin sabía que para ganar su capa, debía cumplir varias misiones. Su primera misión era bañarse solo. Antes, siempre pedía ayuda a su mamá para llenar la bañera y encontrar el jabón. Pero esta vez, decidió que lo haría por su cuenta. Con determinación, Colin llenó la bañera con agua tibia, encontró su jabón favorito con aroma a fresas y se metió al agua. Aunque salpicó un poco, se las arregló para lavarse bien. Al salir, se envolvió en su toalla y se sintió muy orgulloso. ¡Había completado su primera misión!

La segunda misión era ir al baño solo. Colin a veces tenía miedo de estar solo en el baño, pero sabía que los superhéroes no se dejaban vencer por el miedo. Una noche, después de cenar, Colin sintió la necesidad de ir al baño. Con valentía, caminó hasta el baño, cerró la puerta y usó el inodoro sin pedir ayuda. Cuando terminó, se lavó las manos cuidadosamente y sonrió, sabiendo que había completado otra misión.

La tercera misión era lavarse los dientes. Colin siempre pedía a su papá que le ayudara a poner la pasta de dientes en el cepillo. Pero esta vez, decidió intentarlo solo. En el espejo del baño, vio su reflejo y se dijo a sí mismo: «Tú puedes hacerlo». Tomó su cepillo de dientes, aplicó la pasta de dientes y comenzó a cepillarse. Hizo movimientos circulares, tal como su papá le había enseñado. Al terminar, enjuagó su boca y sintió el sabor fresco de la menta. ¡Otra misión completada!

La cuarta misión era elegir y ponerse su ropa solo. A Colin le gustaba mucho vestirse con su ropa favorita, pero a veces le costaba decidir qué ponerse. Una mañana, se levantó decidido a elegir su ropa sin ayuda. Abrió su armario y vio todas sus camisetas y pantalones. Después de pensar un poco, eligió su camiseta azul con estrellas y sus pantalones cortos verdes. Con algo de esfuerzo, se vistió solo y se miró en el espejo. Se veía genial y se sintió como un verdadero superhéroe.

La quinta y última misión era tender su cama. Esta era una de las tareas que menos le gustaba a Colin, pero sabía que debía hacerlo para ganar su capa. Una mañana, después de levantarse, miró su cama desordenada y decidió que era el momento de actuar. Con paciencia, estiró las sábanas, colocó las almohadas en su lugar y alisó la colcha. Cuando terminó, su cama se veía perfecta. Colin se sintió muy feliz y satisfecho.

Con todas las misiones completadas, Colin corrió hacia su habitación para contarle a su mamá. Ella, con una gran sonrisa, lo abrazó y le dijo: «¡Lo lograste, Colin! Has demostrado que puedes hacer las cosas solo. Eres un verdadero superhéroe».

Colin tomó su capa de la percha y se la puso. Se sentía más fuerte y valiente que nunca. Ahora, cada vez que usaba su capa, recordaba todas las misiones que había completado y cómo había logrado su autonomía. Colin sabía que ser un superhéroe no solo significaba tener una capa, sino también ser responsable y valiente en las pequeñas cosas del día a día.

Desde entonces, Colin continuó haciendo sus tareas solo, siempre con su capa puesta, recordando que él era su propio héroe. Y así, con su capa ondeando al viento, Colin vivió muchas más aventuras, siempre dispuesto a enfrentar nuevos desafíos con la misma determinación y valentía que había mostrado al ganar su preciada capa de superhéroe.

Y colorín colorado, este cuento ha terminado.