En una pequeña ciudad llamada Luzverde, donde los rascacielos tocaban las nubes y las luces nunca se apagaban, vivía un niño llamado Juan. A sus 11 años, Juan enfrentaba un gran desafío que lo hacía sentir invisible en el mundo: el acoso de sus compañeros de clase. Pero lo que Juan y todos en Luzverde desconocían era que esa sensación de invisibilidad se convertiría en su mayor fortaleza.
Juan tenía dos amigos, Martín y Nico, quienes también sentían el peso del rechazo. Martín era un niño callado y pensativo, siempre fascinado por los misterios de la ciencia, mientras que Nico era el más enérgico de los tres, siempre moviéndose a una velocidad que hacía difícil seguirle el ritmo.
Un día, mientras Juan caminaba por un parque cercano a su casa, un grupo de niños empezó a burlarse de él. Sentía ganas de desaparecer, y en ese momento, algo increíble sucedió: Juan se volvió completamente invisible. Al principio, se asustó, pero pronto se dio cuenta de que había desarrollado un poder extraordinario.
Corriendo a contarles a sus amigos lo que había descubierto, encontró a Martín y Nico en su escondite secreto, un viejo almacén abandonado. Al ver a Juan, Martín, intentando levantar una caja que bloqueaba la entrada, de repente, hizo que la caja levitara. Asombrados, se dieron cuenta de que Martín podía mover objetos con su mente. Nico, por su parte, demostró que podía correr más rápido que un automóvil.
Decididos a hacer algo bueno con sus nuevos poderes, los tres amigos se transformaron en los Guardianes de la Noche, protectores secretos de Luzverde. Se propusieron detener el acoso y ayudar a aquellos que, como ellos, se sentían indefensos.
Cada noche, Juan usaba su invisibilidad para desbaratar las fechorías y planes de los bravucones sin ser visto. Martín utilizaba su telequinesis para prevenir accidentes y situaciones peligrosas, y Nico corría por toda la ciudad, llegando justo a tiempo para ayudar a quienes lo necesitaban.
Una noche, mientras patrullaban, se enteraron de un plan para sabotear el gran carnaval de la ciudad. Un grupo de adolescentes mayores planeaba arruinar el evento principal, un espectáculo de fuegos artificiales que todo Luzverde esperaba con ansias. Los Guardianes de la Noche sabían que tenían que actuar.
Juan se infiltró entre los saboteadores, pasando desapercibido gracias a su invisibilidad, mientras que Martín y Nico se preparaban para neutralizar cualquier amenaza. Cuando los saboteadores intentaron encender los fuegos artificiales antes de tiempo, Martín usó su telequinesis para controlar las mechas, y Nico evacuó a la gente del área a una velocidad impresionante.
Gracias a sus esfuerzos, el carnaval fue un éxito, y aunque nadie sabía quiénes eran los héroes que habían salvado la noche, los tres amigos se sentían satisfechos de haber hecho algo tan importante. A partir de ese día, se comprometieron a usar sus poderes para proteger a su ciudad y a sus habitantes.
Con el tiempo, el acoso hacia Juan y sus amigos disminuyó. Sus compañeros empezaron a notar que algo había cambiado, aunque no podían ponerle el dedo. Juan, Martín y Nico, una vez vistos como los más débiles, se habían convertido en símbolos de coraje y justicia.
La historia de los Guardianes de la Noche se convirtió en una leyenda en Luzverde. Aunque nadie conocía la identidad de estos héroes, su legado inspiraba a todos a actuar con valentía y a defender lo correcto. Y así, Juan, Martín y Nico continuaron protegiendo su ciudad, siempre desde las sombras, siempre juntos, siempre listos para cualquier desafío, sabiendo que la verdadera fuerza reside en la unidad y en el coraje para enfrentar las adversidades.
Y mientras las estrellas brillaban sobre Luzverde, los Guardianes de la Noche vigilaban desde lo alto, recordando siempre que no importa cuán oscuro parezca el mundo, siempre hay esperanza mientras haya quienes estén dispuestos a luchar por el bien.
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Autor del Cuento
Soy Francisco J., apasionado de las historias y, lo más importante, padre de un pequeño. Durante el emocionante viaje de enseñar a mi hijo a leer, descubrí un pequeño secreto: cuando las historias incluyen a amigos, familiares o lugares conocidos, la magia realmente sucede. La conexión emocional con el cuento motiva a los niños a sumergirse más profundamente en las palabras y a descubrir el maravilloso mundo de la lectura. Saber más de mí.