En una colorida ciudad llamada Ciudad Mágica, casi todos tenían superpoderes. Los edificios brillaban con luces de colores y las nubes a veces llovían caramelos. Pero lo más especial de esta ciudad eran tres amigos: Javier, Manuel y Feliz.
Javier tenía el poder de estirarse como una goma. Manuel, con solo cerrar los ojos, podía volar muy alto. Y Feliz tenía una risa tan contagiosa que, al reír, todos a su alrededor no podían evitar sonreír y sentirse felices.
Un día, mientras los tres jugaban en el parque, vieron a una niña triste porque su gatito estaba atrapado en un árbol alto. Javier, usando su capacidad de estirarse, intentó alcanzar al gatito, pero era demasiado alto para él.
Entonces Manuel, con un parpadeo, voló hacia el árbol y rescató al gatito, mientras Feliz reía, haciendo que la niña olvidara su tristeza y sonriera agradecida.
Más tarde, en el centro de la ciudad, un globo se escapó de la mano de un niño y empezó a elevarse. El niño comenzó a llorar, pero Manuel voló rápidamente y atrapó el globo, mientras Feliz reía, llenando de alegría el corazón del pequeño.
Por último, cuando estaban a punto de irse a casa, vieron que un helado se había caído al suelo y un niño lloraba. Javier, estirando su mano, creó una cuchara gigante y sirvió un poco de helado de las nubes (que en Ciudad Mágica eran de helado).
El niño, sorprendido, probó el helado y su rostro se iluminó de felicidad, sobre todo cuando Feliz comenzó a reír, haciendo que todos a su alrededor se sintieran contentos.
Conclusión:
Aunque Ciudad Mágica estaba llena de personas con superpoderes, lo que realmente hacía especial a Javier, Manuel y Feliz era su amistad y la forma en que usaban sus poderes para ayudar a los demás.
Ellos demostraron que no importa qué tipo de poderes tengas, lo importante es cómo los usas y el amor con el que lo haces.
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Autor del Cuento
Soy Francisco J., apasionado de las historias y, lo más importante, padre de un pequeño. Durante el emocionante viaje de enseñar a mi hijo a leer, descubrí un pequeño secreto: cuando las historias incluyen a amigos, familiares o lugares conocidos, la magia realmente sucede. La conexión emocional con el cuento motiva a los niños a sumergirse más profundamente en las palabras y a descubrir el maravilloso mundo de la lectura. Saber más de mí.