Illidan era un niño muy curioso y aventurero que vivía en un pequeño pueblo rodeado de bosques y campos verdes. Un día, mientras exploraba el bosque, conoció a Ringo, un perro amigable y juguetón que se convirtió en su mejor amigo. Ringo era un perro muy especial, tenía un collar rojo y una placa con su nombre grabado. Desde ese día, Illidan y Ringo fueron inseparables.
Un fin de semana soleado, Illidan y Ringo decidieron ir a visitar a su amiga Nury, que vivía en una granja a las afueras del pueblo. Nury era una niña muy alegre y trabajadora que amaba a los animales y la naturaleza. Cuando llegaron a la granja, Nury los recibió con una gran sonrisa y les ofreció un vaso de leche fresca y un plato de galletas recién horneadas.
Mientras se sentaban a disfrutar de su merienda, Illidan y Nury comenzaron a hablar sobre sus planes para el fin de semana. Ringo, que había estado explorando la granja, regresó con un pequeño conejo en la boca. El conejo se llamaba Celeste y era el nuevo animal de la granja. Nury explicó que Celeste era un conejo muy especial, ya que había sido rescatado de una situación difícil y ahora necesitaba un hogar seguro.
Illidan y Ringo se sintieron emocionados de conocer a Celeste y se ofrecieron a ayudar a Nury a cuidarla. Juntos, los tres amigos comenzaron a construir un jardín para Celeste, donde el conejo podría correr y jugar sin peligro. Mientras trabajaban, se rieron y bromeaban, disfrutando del sol y del aire fresco.
De repente, escucharon un ruido extraño proveniente de un árbol cercano. Ringo, que tenía un oído muy agudo, se percató de que era un pájaro que se había quedado atrapado en una red. Los tres amigos se acercaron al árbol y vieron que el pájaro era un pequeño millo que había sido capturado por un cazador furtivo. Illidan, Nury y Ringo decidieron que tenían que ayudar al pájaro a escapar.
Con mucha cuidado, Illidan y Nury se subieron al árbol y comenzaron a desenredar la red que rodeaba al pájaro. Ringo, que era muy fuerte, se ofreció a tirar de la red para que pudieran liberar al pájaro. Después de varios minutos de trabajo, finalmente lograron liberar al millo, que aleteó y se alejó volando.
Los tres amigos se sintieron felices y orgullosos de haber ayudado al pájaro a escapar. Mientras regresaban a la granja, se dieron cuenta de que el sol comenzaba a ponerse. Nury invitó a Illidan y Ringo a quedarse a cenar y a pasar la noche en la granja. Illidan y Ringo aceptaron con gusto y se sentaron a disfrutar de una deliciosa cena preparada por Nury.
Después de cenar, los tres amigos se sentaron en el porche a contemplar las estrellas. Ringo, que estaba cansado después de un día lleno de aventuras, se acostó a los pies de Illidan y se quedó dormido. Illidan y Nury hablaron durante un rato, disfrutando del silencio y de la companía mutua.
Al día siguiente, Illidan y Ringo se despidieron de Nury y regresaron a su casa en el pueblo. Aunque habían pasado solo un fin de semana juntos, habían vivido mucho y habían aprendido mucho sobre la importancia de la amistad y la ayuda mutua.
Cuentos cortos que te pueden gustar
Guardianes de la Luz: Una Aventura de Seguridad y Esperanza
El triunfo del tercer cerdito: Una historia de supervivencia y éxito
La Magia de Seño Ghada
Autor del Cuento
Soy Francisco J., apasionado de las historias y, lo más importante, padre de un pequeño. Durante el emocionante viaje de enseñar a mi hijo a leer, descubrí un pequeño secreto: cuando las historias incluyen a amigos, familiares o lugares conocidos, la magia realmente sucede. La conexión emocional con el cuento motiva a los niños a sumergirse más profundamente en las palabras y a descubrir el maravilloso mundo de la lectura. Saber más de mí.