Cuentos de Amistad

Amigos para Siempre

Lectura para 6 años

Tiempo de lectura: 5 minutos

Español

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En un pequeño pueblo rodeado de montañas majestuosas y ríos cristalinos, se encontraba una escuela muy especial. En esta escuela asistían cinco amigos inseparables: Jhoan, Iker, Santiago, Celeste y Hellen. Durante el día, eran niños normales que asistían a clases, jugaban en el recreo y hacían sus tareas. Pero al caer la noche, cuando el último rayo de sol se desvanecía, se convertían en mitad humanos y mitad monstruos.

Cada uno de ellos tenía una habilidad única. Jhoan se transformaba en un niño con orejas y cola de koala, Iker desarrollaba grandes alas de dragón, Santiago adquiría orejas y colmillos de lobo, Celeste lucía hermosas alas de mariposa y Hellen tenía orejas y una cola de gato. Estos poderes los hacían sentir especiales y les permitían vivir aventuras mágicas en su pintoresco pueblo.

Un viernes en clase, los amigos decidieron reunirse en el parque cercano a la escuela. Era su lugar favorito para pasar el tiempo juntos y planear sus aventuras nocturnas. A medida que el sol comenzaba a esconderse detrás de las montañas, los niños sintieron la excitación de la transformación que estaba por venir. Sabían que esa noche sería especial, porque sus padres, que también eran monstruos durante la noche, les habían contado sobre la mágica Noche de la Luna Llena.

La Noche de la Luna Llena era un evento que ocurría solo una vez al año. Durante esta noche, cualquier monstruo que encontrara a su mascota monstruo establecía un vínculo de por vida, conocido como «Fureve Friends» (Amigos para Siempre). Los padres de los niños habían prometido llevarlos al zoológico encantado, un lugar donde vivían diversas criaturas mágicas, para que pudieran encontrar a sus mascotas monstruo.

El papá de Iker, un dragón majestuoso llamado Volaluna, lideraba el grupo. Era conocido por su sabiduría y valentía, y esa noche guiaría a los niños en su búsqueda. Mientras caminaban hacia el zoológico, Volaluna les contó historias sobre la antigua tradición de los Fureve Friends y cómo estos vínculos eran indestructibles.

Al llegar al zoológico, los niños quedaron maravillados por la variedad de criaturas que encontraron. Había dragones pequeños que lanzaban chispas de fuego, lobos con pelaje brillante como la plata, mariposas gigantes con alas de todos los colores del arcoíris, gatos con colas que brillaban en la oscuridad y, por supuesto, adorables koalas con ojos brillantes y pelaje esponjoso.

Jhoan fue el primero en encontrar a su mascota. Mientras exploraba un rincón del zoológico, se encontró con un pequeño koala que lo miraba con curiosidad. Jhoan se acercó lentamente y extendió su mano. El koala, confiado, saltó hacia él y lo abrazó con fuerza. En ese momento, Jhoan sintió una conexión profunda y supo que había encontrado a su Fureve Friend.

«¡Mira, chicos! ¡Conocí a mi Fureve Friend!» exclamó Jhoan, mostrando a su nuevo amigo koala a los demás.

Iker, inspirado por la felicidad de Jhoan, decidió buscar a su propio Fureve Friend. Caminó hacia una zona donde pequeñas criaturas voladoras jugaban entre las flores. Entre ellas, un pequeño dragón con escamas iridiscentes lo observaba desde una rama. Iker extendió sus alas y voló suavemente hacia el dragón. Al aterrizar, el pequeño dragón saltó a sus brazos y juntos volaron por el cielo estrellado.

Santiago, Celeste y Hellen también encontraron a sus mascotas monstruo. Santiago hizo amistad con un lobo plateado que tenía una mirada feroz pero un corazón amable. Celeste descubrió a una mariposa gigante con alas que brillaban en la oscuridad. Hellen se encariñó con un gato con pelaje negro y ojos resplandecientes.

Esa noche, los amigos y sus nuevas mascotas pasaron horas jugando y explorando el zoológico encantado. Volaluna, orgulloso de los niños, les recordó la importancia de cuidar y proteger a sus Fureve Friends, ya que estos lazos eran especiales y durarían para siempre.

A medida que la luna llena alcanzaba su punto más alto en el cielo, los amigos se reunieron en un claro del bosque, donde sus padres los esperaban con una fogata. Se sentaron alrededor del fuego, compartiendo historias y risas. Los Fureve Friends se acurrucaron junto a ellos, sintiendo la calidez de la amistad y el amor.

Cuando la noche comenzó a desvanecerse y el primer rayo de sol apareció en el horizonte, los niños regresaron a sus formas humanas. Aunque la magia de la noche había pasado, sabían que sus aventuras continuarían. Jhoan, Iker, Santiago, Celeste y Hellen entendieron que la verdadera magia no estaba en sus poderes, sino en la amistad y el amor que compartían.

Con sus Fureve Friends a su lado, los amigos regresaron a la escuela, ansiosos por contar a todos sobre su increíble noche. Sabían que, sin importar las circunstancias, siempre tendrían a sus amigos y a sus mascotas monstruo para enfrentar cualquier desafío y vivir muchas más aventuras juntos.

Y así, en un pequeño pueblo rodeado de montañas y ríos, cinco amigos inseparables y sus mascotas monstruo vivieron felices, siempre unidos por los lazos de la amistad y el amor.

Con el amanecer, Jhoan, Iker, Santiago, Celeste y Hellen regresaron a la escuela con sus nuevas mascotas monstruo. La mañana estaba llena de risas y emoción mientras compartían sus aventuras nocturnas con sus compañeros de clase. Aunque sus amigos humanos no podían ver a las mascotas monstruo, los cinco sabían que estaban allí, siempre presentes y dispuestos a protegerlos.

A medida que pasaban los días, los amigos se dieron cuenta de que sus mascotas monstruo tenían habilidades especiales que podían ayudarlos en su vida diaria. El koala de Jhoan, llamado Koko, tenía una habilidad especial para encontrar objetos perdidos. Iker descubrió que su pequeño dragón, Draco, podía encender pequeñas llamas, perfectas para encender fogatas durante sus excursiones. Santiago se dio cuenta de que su lobo, Silver, podía rastrear cualquier cosa con su olfato agudo. Celeste y su mariposa, Luma, podían volar juntos y ver todo desde las alturas, mientras que Hellen y su gato, Shadow, podían moverse sigilosamente sin ser detectados.

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Soy Francisco J., apasionado de las historias y, lo más importante, padre de un pequeño. Durante el emocionante viaje de enseñar a mi hijo a leer, descubrí un pequeño secreto: cuando las historias incluyen a amigos, familiares o lugares conocidos, la magia realmente sucede. La conexión emocional con el cuento motiva a los niños a sumergirse más profundamente en las palabras y a descubrir el maravilloso mundo de la lectura. Saber más de mí.

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