Era un día soleado en el pequeño pueblo de Armonía, y cinco amigos estaban muy emocionados. Jhoan, Iker, Celeste, Hellen y Mateo habían recibido una invitación muy especial. Como recompensa por su increíble esfuerzo en recaudar fondos para el campamento de verano, habían sido invitados a visitar el set de filmación de la próxima película «Power Do», dirigida por el famoso director Canter Zoom. La emoción en el aire era palpable mientras los cinco amigos caminaban hacia el gran estudio de cine.
Jhoan, un chico de cabello castaño corto y gafas, lideraba el grupo con entusiasmo. Iker, su mejor amigo, un chico rubio de espíritu curioso, no podía dejar de hablar sobre cómo se hacen las películas. Celeste, con su largo cabello púrpura y una sonrisa amable, estaba especialmente emocionada por ver a la actriz principal, Chestnut Magnifico. Hellen, con sus coletas rojas, y Mateo, con su cabello azul y alborotado, seguían de cerca, ansiosos por descubrir los secretos detrás de las cámaras.
Al llegar al estudio, fueron recibidos por el propio Canter Zoom, un hombre de cabello canoso y sonrisa cálida. Les dio la bienvenida con los brazos abiertos y les explicó que tendrían la oportunidad de ver todo el proceso de creación de una película.
—Espero que disfruten su visita —dijo Canter Zoom—. Estamos en medio de algunas escenas cruciales, así que les pido que sean cuidadosos y respetuosos en el set.
Los chicos asintieron con entusiasmo y siguieron al director al interior del enorme estudio. El lugar estaba lleno de actividad: técnicos ajustando luces, camarógrafos preparando sus equipos y actores ensayando sus líneas. Para los chicos, todo era como un mundo mágico lleno de posibilidades.
Sin embargo, no todo estaba yendo bien en la producción de «Power Do». Durante su visita, los amigos notaron que algo andaba mal. Primero, escucharon que Chestnut Magnifico, la estrella de la película, tenía conflictos de programación y no podía asistir a todas las filmaciones. Luego, una pieza importante del decorado se desmoronó justo en medio de una escena, lo que causó un gran retraso. Por último, varios accesorios aprobados por el autor desaparecieron misteriosamente.
Jhoan, siempre el más observador del grupo, notó un patrón extraño en estos incidentes. Decidió compartir sus pensamientos con sus amigos.
—Creo que alguien está saboteando la película —dijo Jhoan en voz baja mientras se reunían en un rincón del set.
—¿Pero quién haría algo así? —preguntó Iker, frunciendo el ceño.
—No lo sé, pero tenemos que averiguarlo —respondió Celeste, su voz llena de determinación.
Los chicos decidieron investigar por su cuenta. Empezaron a observar más de cerca lo que sucedía en el set, buscando cualquier cosa fuera de lo común. Una noche, mientras exploraban silenciosamente el estudio, vieron a una figura encapuchada moviéndose rápidamente entre los decorados.
—¡Miren! —susurró Hellen, señalando a la figura—. ¡Es el saboteador!
Sin hacer ruido, los amigos siguieron a la figura encapuchada, que llevaba consigo una bolsa llena de los accesorios robados. La persiguieron por todo el estudio, evitando ser detectados por el resto del equipo de filmación. Finalmente, lograron acorralar a la figura en una esquina.
—¡Alto ahí! —gritó Mateo, con el corazón acelerado.
La figura encapuchada se dio la vuelta lentamente, revelando su rostro. Para sorpresa de todos, era Sebastian Montage, el sobrino y asistente de producción de Canter Zoom. Su expresión estaba llena de enojo y frustración.
—¿Por qué estás haciendo esto? —preguntó Jhoan, tratando de entender.
—Porque estoy harto de estar a la sombra de Chestnut Magnifico —respondió Sebastian, con los ojos llenos de lágrimas—. Siempre he querido ser una estrella, pero nadie me da la oportunidad. Pensé que si retrasaba la película lo suficiente, ella renunciaría y yo podría tomar su lugar.
Los chicos escucharon con atención y sintieron pena por Sebastian. Sabían lo que era sentirse eclipsado por otros, pero también entendían que sus acciones no eran justificables.
—Sabemos que es difícil sentirse así, pero sabotar la película no es la solución —dijo Celeste con suavidad—. Hay mejores maneras de lograr tus sueños.
Sebastian, al escuchar las palabras de Celeste, se dio cuenta de su error. Bajó la cabeza, avergonzado.
—Lo siento mucho. Solo quería una oportunidad.
A la mañana siguiente, los chicos llevaron a Sebastian ante Canter Zoom y le explicaron todo lo que había sucedido. El director, aunque decepcionado, comprendió los sentimientos de su sobrino.
—Sebastian, lo que hiciste estuvo mal, pero entiendo por qué lo hiciste —dijo Canter Zoom—. Te prohíbo la entrada al estudio por un tiempo, pero no te daré la espalda. Trabajaremos juntos para que encuentres una manera de seguir tus sueños sin dañar a los demás.
Con los problemas de producción resueltos, los chicos se prepararon para disfrutar el resto de su visita. Para su sorpresa, Canter Zoom les ofreció un regalo especial como agradecimiento por haber salvado la película.
—Quiero que todos ustedes participen en la película —dijo el director con una sonrisa—. Tendrán papeles menores, pero serán parte de esta increíble producción.
Los amigos no podían creerlo. ¡Iban a estar en una película de verdad! Pasaron los siguientes días filmando sus escenas, disfrutando cada momento en el set. Aprendieron sobre el trabajo en equipo, la importancia de la amistad y cómo enfrentar desafíos con valentía y honestidad.
Finalmente, llegó el día del estreno de «Power Do». Los chicos se sentaron juntos en la primera fila del cine, emocionados por ver la película en la gran pantalla. Cuando aparecieron en sus escenas, la audiencia aplaudió y vitoreó, haciendo que sus corazones se llenaran de orgullo.
Al terminar la película, Canter Zoom se acercó a los amigos y les dio un fuerte abrazo.
—Gracias por todo. Esta película no habría sido posible sin su ayuda y su increíble amistad.
Los chicos sonrieron, sabiendo que habían vivido una aventura inolvidable y habían hecho un nuevo amigo en el camino. Jhoan, Iker, Celeste, Hellen y Mateo se dieron cuenta de que, sin importar los desafíos, siempre podrían contar el uno con el otro. Y así, en el pequeño pueblo de Armonía, continuaron viviendo felices, siempre listos para la próxima gran aventura.
Fin.
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Autor del Cuento
Soy Francisco J., apasionado de las historias y, lo más importante, padre de un pequeño. Durante el emocionante viaje de enseñar a mi hijo a leer, descubrí un pequeño secreto: cuando las historias incluyen a amigos, familiares o lugares conocidos, la magia realmente sucede. La conexión emocional con el cuento motiva a los niños a sumergirse más profundamente en las palabras y a descubrir el maravilloso mundo de la lectura. Saber más de mí.