Cuentos de Amistad

Bajo el Hechizo del Árbol de los Sueños

Lectura para 6 años

Tiempo de lectura: 2 minutos

Español

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Había una vez, en un pequeño pueblo rodeado de montañas y ríos cristalinos, donde vivían dos amigos inseparables: Dani y Lib. Dani era un niño lleno de energía, siempre listo para la aventurera, mientras que Lib era una niña soñadora que le encantaba contar historias. Juntos, pasaban los días explorando el bosque cercano, inventando juegos y descubriendo cosas nuevas.

Un día, mientras caminaban por el bosque, escucharon un sonido extraño que provenía de un lugar donde nunca habían estado antes. Curiosos, se acercaron y encontraron un enorme árbol con hojas brillantes que parecían de colores. Era un árbol mágico que todos los niños del pueblo llamaban el Árbol de los Sueños. La leyenda decía que cada hoja del árbol guardaba un sueño especial y que, si alguien se sentaba debajo de él y hacía un deseo sincero, podría hacerlo realidad.

Dani, entusiasmado, le dijo a Lib: “¡Vamos a sentarnos bajo el árbol y pedir un deseo! ¡Quiero tener la aventura más grande del mundo!”. Lib, que era un poco más cautelosa, se rió y respondió: “Yo deseo que nuestros sueños siempre estén juntos. No hay aventura sin amistad.”

Se sentaron bajo el árbol, cerraron los ojos y, al unísono, hicieron sus deseos. Para su sorpresa, el árbol comenzó a brillar intensamente, y de repente, un suave viento envolvió el lugar. Al abrir los ojos, se dieron cuenta de que no estaban en el bosque, sino en un asombroso mundo lleno de colores brillantes y criaturas fantásticas.

Frente a ellos apareció un pequeño dragón de escamas doradas y ojos chispeantes. “Hola, amigos. Soy Drago, el guardián del Árbol de los Sueños. Ustedes han hecho un deseo muy especial. ¿Quieren explorar este mágico mundo?” Dani y Lib se miraron emocionados y, sin pensarlo dos veces, respondieron: “¡Sí, queremos!”

Drago sonrió y, con un movimiento de su cola, hizo aparecer unas pequeñas alas de mariposa en su espalda. “¡Entonces volar es lo que haremos!” Les dijo. Dani y Lib se miraron y se sintieron valientes. Se subieron a la espalda del dragón, y juntos comenzaron a volar por un cielo de arcoíris.

Sobrevolaron montañas de algodón de azúcar, ríos de chocolate y praderas llenas de flores que cantaban. Los amigos estaban maravillados con todo lo que veían. “¡Esto es increíble!” gritó Dani, mientras Lib reía, disfrutando de cada instante. Sin embargo, pronto se percataron de que en medio de tanta belleza, un destello oscuro comenzó a aparecer en el cielo.

“¿Qué es eso, Drago?” preguntó Lib, algo preocupada. “Es un oscuro hechizo que ha caído sobre este mundo. Necesitamos reunir las hojas del Árbol de los Sueños para disiparlo, o este lugar se oscurecerá para siempre”, explicó el dragón.

Sin dudarlo, Dani y Lib decidieron ayudar a Drago. Comenzaron a volar hacia el valle donde el árbol estaba plantado. Pero cuando llegaron, vieron que las hojas doradas estaban siendo robadas por unas sombras que se movían rápidamente. Eran los Sombreros Negros, criaturas que siempre deseaban apoderarse de los sueños de otros.

Con valentía, Dani dijo: “¡No podemos dejar que se lleven las hojas!” Lib, con su imaginación encendida, ideó un plan. “Dani, tú distraerás a los Sombreros Negros mientras yo recojo las hojas. Si nos unimos, podemos lograrlo”.

Dani asintió y, con una gran sonrisa, se lanzó hacia los Sombreros Negras, haciendo ruidos graciosos y saltando de un lado a otro. Los Sombreros, intrigados por los movimientos del niño risueño, comenzaron a seguirlo, olvidando sus planes de robar las hojas.

Mientras tanto, Lib, con mucho cuidado, se acercó a las hojas doradas. Las recogió una a una, y al ver que su amigo estaba a salvo, gritó: “¡Dani, rápido! ¡Ya tengo algunas hojas!” Pero los Sombreros Negros se dieron cuenta de que algo no iba bien. Con furia, comenzaron a dirigirse hacia Lib.

Dani, al ver lo que ocurría, gritó: “¡Lib, corre hacia el árbol! ¡Rápido!” Lib, sin perder tiempo, saltó hacia el Árbol de los Sueños y, juntas, lograron esconderse detrás de su gran tronco. Los Sombreros Negros, enfadados, intentaron seguirlos, pero el árbol brilló intensamente, creando un escudo mágico que los detuvo.

“Esto es lo que hay que hacer”, dijo Drago mientras llegaba volando junto a ellos. “Debemos unir nuestras fuerzas y las hojas que han recolectado para liberar al mundo. La amistad y el trabajo en equipo siempre vencerán a la oscuridad”.

Dani y Lib, aun con el corazón latiendo rápidamente, comprendieron que su deseo se había hecho realidad: tenían que luchar juntos para proteger su mundo y los sueños de todos.

Juntos, levantaron las hojas doradas hacia el cielo y comenzaron a recitar un antiguo verso que conocieron del mismo árbol, llenos de esperanza. “Con nuestros sueños y amistad, vencemos a la oscuridad”. Al pronunciar las palabras, las hojas comenzaron a brillar y a girar en torno a ellos, formando un hermoso círculo de luz.

El poder de su amistad creció, y la luz fue tan brillante que ahuyentó a los Sombreros Negros, llenando el mundo de color y alegría nuevamente. Los amigos se abrazaron, sintiendo la felicidad al ver cómo todo a su alrededor recuperó su magia.

Drago sonrió con orgullo. “Ustedes han sentido el verdadero poder de la amistad. Siempre que estén juntos, nada será imposible”. Dani y Lib se miraron y supieron que, en sus corazones, llevaban una lección invaluable.

Regresaron al pueblo, donde, aunque estaba un poco más tranquilo que antes, sabían que en cada rincón había una historia de amistad esperando ser contada. Dani y Lib se prometieron que seguirían explorando, viviendo aventuras y reforzando el lazo que los unía. En el pueblo se contaron la historia de cómo, juntos, habían salvado el mundo de la oscuridad.

Y así, bajo la sombra del Árbol de los Sueños, supieron que la mejor aventura de todas era la que compartían, siempre juntos en su camino. Con el tiempo aprendieron que los sueños son más ricos y bellos cuando se viven con amigos, porque la verdadera magia siempre reside en el amor y la amistad. Fin.

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Soy Francisco J., apasionado de las historias y, lo más importante, padre de un pequeño. Durante el emocionante viaje de enseñar a mi hijo a leer, descubrí un pequeño secreto: cuando las historias incluyen a amigos, familiares o lugares conocidos, la magia realmente sucede. La conexión emocional con el cuento motiva a los niños a sumergirse más profundamente en las palabras y a descubrir el maravilloso mundo de la lectura. Saber más de mí.

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