En la pequeña ciudad de LearnHub, el otoño había llegado con su fresco aire y sus hojas doradas. Los estudiantes de la escuela estaban emocionados porque pronto se celebraría el baile de otoño, uno de los eventos más esperados del año. La escuela se llenaba de decoraciones con hojas naranjas, rojas y amarillas, y las luces parpadeaban suavemente en los pasillos. Este año, el baile prometía ser aún más especial porque Luis, el famoso fotógrafo de la ciudad, se había ofrecido a tomar las fotos del evento.
Luis Finish era conocido por su habilidad para capturar los momentos más memorables con su cámara. Siempre llevaba un elegante sombrero y una bufanda que le daban un aire de artista. Sus fotos no eran simples retratos, eran pequeñas obras de arte que contaban historias. Este año, decidió que quería hacer algo diferente, algo que hiciera que las fotos del baile de otoño fueran inolvidables.
El gran día llegó y la escuela estaba llena de emoción. Los estudiantes vestían sus mejores trajes y los profesores habían transformado el gimnasio en un salón de baile lleno de encanto otoñal. Jhoan, Iker, Hellen, Celeste y Santiago estaban ansiosos por divertirse y, por supuesto, tomarse fotos.
«¡Vamos a divertirnos mucho!» exclamó Celeste, ajustándose su vestido. Ella siempre estaba llena de energía y entusiasmo.
«Espero que las fotos salgan bien,» dijo Jhoan, un poco nervioso. Siempre había sido un poco tímido frente a las cámaras.
«No te preocupes, Jhoan,» dijo Hellen con una sonrisa. «Con Luis tomando las fotos, seguro que serán geniales.»
Cuando los cinco amigos entraron al gimnasio, quedaron impresionados con las decoraciones. Las luces colgaban como estrellas brillantes y las hojas otoñales daban la sensación de estar en un bosque mágico. Luis estaba en una esquina, ajustando su cámara y preparándose para capturar la magia de la noche.
El primer grupo en tomarse fotos fueron las chicas. Celeste y Hellen se colocaron frente a la cámara, sonriendo ampliamente. Luis tomó varias fotos, pero después de revisar las imágenes, no parecía del todo satisfecho.
«Creo que podemos hacer algo más interesante,» dijo Luis, pensativo. «Necesitamos agregar algo de estilo.»
Fue entonces cuando apareció Pixel Pizzaz, el asistente de Luis, conocido por su creatividad desbordante. «Tengo una idea,» dijo Pixel, con una chispa en los ojos. «¿Qué tal si usamos disfraces y accesorios para las fotos?»
Los ojos de los amigos se iluminaron. «¡Eso suena divertido!» exclamó Iker, siempre dispuesto a probar cosas nuevas.
Pixel y Luis comenzaron a sacar una caja llena de disfraces y accesorios. Había de todo: sombreros, lupas, coronas, capas y alas de mariposa. Jhoan y Celeste se disfrazaron como Sherlock Holmes y Watson, con sombreros y lupas. Santiago e Iker se convirtieron en un rey y una reina, con coronas doradas y capas majestuosas. Hellen eligió un disfraz de mariposa con unas alas brillantes que parecían hechas de cristal.
Luis comenzó a tomar fotos, y cada disparo era más divertido que el anterior. Santiago e Iker no paraban de hacer bromas en el fondo, lo que hacía reír a todos. «¡Sonrían y digan queso!» gritaba Luis, capturando cada momento de alegría.
De repente, durante una de las fotos, ocurrió algo inesperado. Las alas de mariposa de Hellen rozaron una de las luces decorativas y se incendiaron brevemente. Aunque el fuego se apagó rápidamente sin causar daño, el momento fue tan sorprendente que todos se quedaron boquiabiertos.
«¡Oh, no!» exclamó Hellen, mirando sus alas.
«Tranquila, Hellen,» dijo Luis, acercándose rápidamente. «Estás bien, eso es lo importante.»
A pesar del susto, los amigos no pudieron evitar reírse de lo ocurrido. «¡Vaya foto va a salir de esto!» dijo Iker, todavía riendo.
Finalmente, después de muchas fotos y risas, Luis revisó las imágenes y declaró con orgullo: «Este es el pináculo de mi carrera fotográfica.» Luego, hizo su característica salida elegante, dejando a todos maravillados con su talento.
Mientras los amigos se reían y comentaban sobre las fotos, Hellen miró sus alas chamuscadas y preguntó: «¿Puedo quedarme con estas alas? A pesar de todo, me gustan mucho.»
«Claro que sí,» respondió Pixel con una sonrisa. «Son un recuerdo especial de esta noche tan divertida.»
Y así, la noche del baile de otoño se convirtió en una de las más memorables para Jhoan, Iker, Hellen, Celeste y Santiago. Aprendieron que, aunque a veces las cosas no salgan como lo planeado, lo importante es disfrutar el momento y compartir risas con los amigos.
La amistad entre ellos se fortaleció aún más, y cada vez que veían las fotos, recordaban no solo las risas y las bromas, sino también el valor de estar juntos en los momentos buenos y en los inesperados.
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Autor del Cuento
Soy Francisco J., apasionado de las historias y, lo más importante, padre de un pequeño. Durante el emocionante viaje de enseñar a mi hijo a leer, descubrí un pequeño secreto: cuando las historias incluyen a amigos, familiares o lugares conocidos, la magia realmente sucede. La conexión emocional con el cuento motiva a los niños a sumergirse más profundamente en las palabras y a descubrir el maravilloso mundo de la lectura. Saber más de mí.