El Día de Aventuras en el Parque

Era un día soleado y Sofía y Juan, dos amigos inseparables, decidieron pasar un día lleno de aventuras en el parque del vecindario.

Mientras se deslizaban por el tobogán y corrían por los senderos, vieron a una niña sentada sola en un banco. Ella miraba a los otros niños jugar, con una mirada tímida pero curiosa.

«Se llama Ana», les dijo una madre que estaba cerca. «Es nueva en el barrio y aún no ha hecho amigos».

Sofía y Juan se miraron y, sin dudar, se acercaron a Ana. «¡Hola! ¿Te gustaría jugar con nosotros?» Preguntó Sofía con una sonrisa. Ana, con una mezcla de sorpresa y alegría, asintió emocionada.

Los tres amigos comenzaron su aventura en el parque. Primero, fueron al arenero donde construyeron un gran castillo. Ana demostró ser una excelente constructora, y juntos hicieron torres y murallas.

Luego, fueron a los columpios. Juan, que amaba columpiarse muy alto, les mostró cómo alcanzar el cielo con los pies. Ana y Sofía se reían con cada impulso.

Más tarde, mientras jugaban al escondite, encontraron un pequeño jardín secreto lleno de flores y mariposas. Ana, que sabía mucho sobre plantas, les explicó los nombres de algunas flores. Sofía y Juan escuchaban fascinados.

Luego, se toparon con un grupo de niños jugando fútbol. Juan, un poco tímido para unirse, fue animado por Ana y Sofía. Juntos, se unieron al juego, y Juan anotó un gol increíble, lo que hizo que todos celebraran.

Mientras el sol comenzaba a bajar, los tres amigos se sentaron bajo un gran árbol. Hablaron sobre sus cosas favoritas, compartieron historias y risas. Se dieron cuenta de que, aunque venían de diferentes lugares y tenían diferentes intereses, compartían una cosa especial: la alegría de la amistad.