Iris y los Colores del Arco Iris

Había una vez una pequeña figura circular llamada Iris. Iris era de color gris y vivía en un lugar donde todos los demás tenían colores brillantes y hermosos. Aunque Iris era feliz, siempre soñaba con tener los colores del arco iris para sentirse parte de la alegría que la rodeaba.

Un día, mientras paseaba por el parque, Iris vio a un grupo de niños jugando en el patio de una escuela. Los niños reían y corrían, y todos parecían tener un color diferente del arco iris en su ropa o en sus mochilas. Iris los observó con curiosidad y decidió acercarse.

«Hola,» dijo Iris con una voz suave. Los niños se detuvieron y miraron a Iris con sorpresa y amabilidad. «Hola,» respondieron en coro. «¿Quién eres?»

«Soy Iris,» dijo la figura gris, «y tengo un sueño. Quiero tener los colores del arco iris como ustedes. ¿Pueden ayudarme?»

Los niños se miraron entre sí y luego sonrieron. «¡Claro que sí, Iris!» dijo una niña con una camiseta roja. «Nos encantaría ayudarte.» Los demás niños asintieron con entusiasmo.

Los niños llevaron a Iris al centro del patio y sacaron todos sus materiales de arte: pinceles, crayones, lápices de colores y pinturas. «Vamos a empezar con el rojo,» dijo el niño que llevaba una gorra roja. Tomó un pincel y comenzó a pintar una parte de Iris de un hermoso color rojo brillante. Iris se sintió cálida y feliz.

Luego, una niña con una camiseta naranja tomó su turno. «Ahora el naranja,» dijo, y pintó otra parte de Iris con un vibrante tono naranja. Iris comenzó a sentirse más viva con cada color que añadían.

Después del naranja, un niño con una sudadera amarilla pintó una sección de Iris de amarillo, seguido de una niña con un vestido verde que agregó su color. Cada nuevo color hacía que Iris se sintiera más especial y feliz.

Los niños continuaron con el azul, el índigo y el violeta, cada uno añadiendo su color con cuidado y amor. Cuando terminaron, Iris era un hermoso arco iris de colores brillantes. Los niños aplaudieron y sonrieron, orgullosos de su trabajo.

«¡Miren qué hermosa está Iris ahora!» exclamó una niña. «Eres tan colorida como el arco iris.»

Iris se miró y sonrió, sintiéndose más feliz que nunca. «Gracias, niños,» dijo con gratitud. «Me han hecho muy feliz y me han dado los colores que siempre soñé tener.»

«De nada, Iris,» respondieron los niños. «Siempre estaremos aquí para ayudarte y ser tus amigos.»

Desde ese día, Iris jugaba con los niños todos los días. Iban al parque, dibujaban en la escuela y disfrutaban de muchas aventuras juntos. Iris ya no era solo una figura gris, sino un vibrante arco iris lleno de alegría y amistad.

Los colores de Iris no solo la hacían feliz a ella, sino que también alegraban a todos los que la rodeaban. Aprendieron que, con un poco de ayuda y amistad, podían hacer que los sueños de cualquiera se hicieran realidad.

Y así, Iris y los niños vivieron muchas aventuras felices, siempre recordando el día en que trabajaron juntos para traer los colores del arco iris a la vida de Iris. Fue una lección de amor, amistad y la magia que ocurre cuando todos colaboran por un sueño común.

Fin