En un pequeño pueblo llamado Armonía, vivía un niño llamado Jhoan. Él era un chico muy curioso, con cabello castaño y ojos brillantes. Siempre llevaba consigo un diario mágico, un regalo de la Princesa Twili de Equestria, un reino lleno de magia y maravillas. En este diario, Jhoan escribía sobre sus aventuras y, de vez en cuando, recibía respuestas de la princesa. Cada palabra escrita en el diario brillaba con una luz especial, como si la magia fluyera directamente de su pluma.
Un día, mientras Jhoan escribía sobre su última aventura en el bosque encantado, se dio cuenta de que las páginas de su diario se estaban acabando. Con solo una página en blanco restante, decidió regresar a casa para tomar un nuevo diario. Sabía que tenía algunos diarios extra guardados en su habitación, obsequios de la princesa para momentos como este.
Al llegar a su casa, Jhoan subió rápidamente las escaleras hacia su cuarto. Mientras buscaba el diario nuevo, escuchó una voz suave pero curiosa detrás de él. Se dio la vuelta y vio a una niña de cabello rubio y ojos llenos de determinación. Era Iker, una estudiante de la Princesa Twili, que había llegado a Armonía para aprender más sobre el mundo paralelo.
—¡Hola! —dijo Iker con una sonrisa—. ¿Eres Jhoan, el amigo de la Princesa Twili?
—Sí, soy yo —respondió Jhoan, un poco sorprendido—. ¿Cómo llegaste aquí?
—La princesa me envió para aprender más sobre tu mundo. Me contó sobre tus aventuras y tengo mucha curiosidad. ¿Podrías llevarme de visita? —preguntó Iker, sus ojos brillando con emoción.
Jhoan dudó por un momento, pero luego asintió. La curiosidad de Iker le recordaba a sí mismo, y no podía negarle la oportunidad de explorar. Juntos, se prepararon para un nuevo viaje al mundo paralelo.
Mientras tanto, en una parte apartada de Armonía, Samuel, Hellen y Mateo jugaban en el parque. Samuel, con su cabello rizado y sonrisa contagiosa, contaba chistes mientras Hellen, con sus coletas rojas, reía a carcajadas. Mateo, con su cabello azul y actitud siempre enérgica, trataba de hacer malabares con unas manzanas.
Cerca de allí, Junior Montage, un niño que siempre se sentía eclipsado por los demás, paseaba solo. Su corazón estaba lleno de resentimiento, y deseaba ser tan apreciado como los otros chicos. Mientras caminaba, encontró un espejo de mano encantado, con un brillo peculiar. Cuando miró su reflejo, no vio al Junior de siempre, sino a una estrella de cine famoso y querido. Sorprendido y emocionado, Junior decidió llevarse el espejo.
Descubrió pronto que el espejo no solo mostraba deseos, sino que también podía atrapar objetos y personas en su interior. Con un corazón lleno de resentimiento, Junior decidió usar el espejo para deshacerse de los chicos que siempre lo eclipsaban. En un ataque de ira, apuntó el espejo hacia Samuel, Hellen y Mateo, atrapándolos uno a uno.
Jhoan e Iker, mientras tanto, regresaron de su breve visita al mundo paralelo. Justo cuando estaban por reunirse con sus amigos, fueron también atrapados por Junior y el espejo. Jhoan, siendo el último en ser atrapado, vio a Iker mirando con horror mientras eran arrastrados al interior del espejo.
Dentro del espejo, el mundo era extraño y distorsionado, lleno de reflejos interminables y ecos. Los amigos se reunieron rápidamente, intentando entender lo que había sucedido. Samuel, siempre optimista, trató de hacer una broma para aliviar la tensión, pero la situación era demasiado grave.
—Tenemos que encontrar una manera de salir de aquí —dijo Iker, su determinación renovada—. La magia combinada de nuestros colgantes de geoda podría ayudar.
Cada uno de los chicos llevaba un colgante de geoda, un regalo de la Princesa Twili. La magia de los colgantes comenzó a brillar, fusionándose y creando una energía poderosa. Esta energía transformó a Junior, quien también había sido arrastrado al mundo del espejo, en un monstruo gigante lleno de rabia y confusión.
El espejo cayó al suelo durante el ataque de Junior, agrietándose y haciendo que el mundo dentro del espejo comenzara a colapsar. Los chicos se dieron cuenta de que no solo estaban atrapados, sino que su mundo dentro del espejo estaba a punto de desaparecer en el vacío.
Iker, comprendiendo el dolor y el deseo de amistad de Junior, decidió hablar con él.
—Junior, sabemos que te sientes solo y que deseas ser apreciado. Pero atrapar a otros en el espejo no es la solución. La verdadera amistad no se consigue con la fuerza o la magia, sino con el corazón. Por favor, libéranos antes de que sea demasiado tarde.
Junior, tocado por las palabras de Iker, comenzó a comprender sus errores. La magia dentro de él comenzó a desvanecerse, y lentamente volvió a su forma normal. Con un gesto de arrepentimiento, utilizó el poder del espejo para liberar a los chicos justo antes de que el mundo dentro del espejo colapsara por completo.
De vuelta en el mundo real, los chicos se abrazaron, agradecidos por estar a salvo. Junior, con lágrimas en los ojos, se disculpó por sus acciones.
—Lo siento mucho. Solo quería ser como ustedes, ser apreciado y querido.
Samuel, siempre el bromista, puso una mano en el hombro de Junior.
—Amigo, ya eres uno de nosotros. La amistad es para todos, y siempre hay un lugar para ti.
Hellen y Mateo asintieron con sonrisas, y Iker añadió:
—La verdadera amistad significa aceptar a los demás y estar ahí para ellos, sin importar qué.
Desde ese día, Junior se unió al grupo de amigos, y aprendió el verdadero valor de la amistad. Juntos, vivieron muchas más aventuras, cada una más emocionante que la anterior, siempre recordando que la verdadera magia reside en el poder de la amistad.
Y así, en el pequeño pueblo de Armonía, Jhoan, Iker, Samuel, Hellen, Mateo y Junior vivieron felices, compartiendo risas, aventuras y, sobre todo, una amistad inquebrantable.
Fin.
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Autor del Cuento
Soy Francisco J., apasionado de las historias y, lo más importante, padre de un pequeño. Durante el emocionante viaje de enseñar a mi hijo a leer, descubrí un pequeño secreto: cuando las historias incluyen a amigos, familiares o lugares conocidos, la magia realmente sucede. La conexión emocional con el cuento motiva a los niños a sumergirse más profundamente en las palabras y a descubrir el maravilloso mundo de la lectura. Saber más de mí.