Cuentos de Amistad

Jhoan y Susana: Una amistad para siempre

Lectura para 6 años

Tiempo de lectura: 5 minutos

Español

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Era el primer día de séptimo grado, y Jhoan se sentía más emocionado que nunca. Aunque no había nada especialmente nuevo en su vida, sabía que este año escolar traería muchas aventuras. Lo mejor de todo era que contaría, como siempre, con su mejor amiga, Susana. Desde que se conocieron en primer grado, habían sido inseparables. Jhoan, con su piel morena y su risa contagiosa, y Susana, con su cabello rojizo y su mirada brillante, eran el dúo perfecto. Juntos habían enfrentado los retos escolares, y también disfrutado de incontables momentos divertidos.

Al llegar a clase, Jhoan decidió sentarse en la primera fila. Le gustaba estar cerca de la maestra para no perderse nada de lo que se explicaba. Mientras acomodaba sus cuadernos y lápices, miró hacia la parte de atrás del aula, donde vio a Susana sentada cerca de la ventana, observando el exterior con una sonrisa en el rostro.

El primer día de clases siempre era emocionante, pero lo que realmente llenaba de energía a Jhoan era saber que, junto a Susana, enfrentarían este nuevo año juntos. Durante la clase, cada vez que Jhoan miraba a Susana, ella le devolvía una sonrisa cómplice, como si ambos supieran que el nuevo año escolar estaría lleno de nuevas aventuras.

Un recreo lleno de promesas

Cuando llegó la hora del recreo, Jhoan corrió a su rincón habitual del patio, un lugar tranquilo bajo un árbol grande. Sabía que Susana lo seguiría poco después. Y, como siempre, ahí estaba ella, con su cabello rojizo reflejando los rayos del sol.

—¿Estás lista para un nuevo año de aventuras? —le preguntó Jhoan con entusiasmo mientras se sentaba a su lado.

—¡Por supuesto! —respondió Susana, acomodándose a su lado—. Este año va a ser increíble, lo presiento.

Ambos pasaron el recreo hablando sobre lo emocionados que estaban por los nuevos proyectos que vendrían. Siempre se habían apoyado mutuamente, tanto en los buenos como en los malos momentos, y sabían que nada cambiaría eso.

El proyecto de ciencias

Unas semanas después, la maestra anunció un gran proyecto de ciencias. Cada alumno debía trabajar en equipo con un compañero para crear una presentación sobre cómo cuidar el medio ambiente. Jhoan y Susana no lo pensaron dos veces: sabían que trabajarían juntos.

—¿Qué te parece si hacemos algo sobre cómo reducir la contaminación en el aire? —sugirió Jhoan, recordando una charla que habían tenido el año anterior sobre el medio ambiente.

Susana sonrió. Le encantaba la idea.
—¡Es perfecto! Podemos investigar sobre cómo funcionan los árboles para limpiar el aire y proponer soluciones para plantar más árboles en la ciudad.

El entusiasmo por el proyecto los llevó a pasar tardes enteras en la biblioteca. Mientras sus compañeros se quejaban de lo difícil que era el trabajo, Jhoan y Susana disfrutaban cada momento. Se sentaban en una mesa rodeada de libros, intercambiaban ideas y reían mientras buscaban información. La química entre ellos era perfecta: Jhoan siempre tenía ideas creativas, mientras que Susana se encargaba de organizar todo de manera que tuviera sentido.

A medida que avanzaba el proyecto, Jhoan y Susana se daban cuenta de lo bien que trabajaban juntos. No solo aprendían sobre el medio ambiente, sino que también reforzaban su amistad. Cada día que pasaban trabajando en el proyecto, sentían que su conexión se hacía más fuerte.

Un obstáculo inesperado

Un día, mientras revisaban los últimos detalles de su presentación, Jhoan comenzó a dudar. Algo en su interior le decía que el proyecto no era lo suficientemente bueno. Se sintió inseguro, pensando que tal vez no cumplirían con las expectativas de la maestra.

—¿Qué pasa, Jhoan? —preguntó Susana, notando la preocupación en su rostro.

—No sé, Susana… tal vez nuestro proyecto no sea tan bueno como pensé. Quizás deberíamos haber elegido otro tema más interesante —dijo Jhoan, con la cabeza baja.

Susana lo miró con ternura y puso su mano en su hombro.
—No te preocupes, Jhoan. Nuestro proyecto es increíble, y hemos trabajado mucho en él. Además, lo importante es que estamos haciendo algo que realmente creemos que puede ayudar al planeta. Estoy segura de que a la maestra le encantará.

Las palabras de Susana calmaron el corazón de Jhoan. Sabía que su amiga siempre estaba ahí para apoyarlo, y eso le daba la confianza que necesitaba para seguir adelante.

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Soy Francisco J., apasionado de las historias y, lo más importante, padre de un pequeño. Durante el emocionante viaje de enseñar a mi hijo a leer, descubrí un pequeño secreto: cuando las historias incluyen a amigos, familiares o lugares conocidos, la magia realmente sucede. La conexión emocional con el cuento motiva a los niños a sumergirse más profundamente en las palabras y a descubrir el maravilloso mundo de la lectura. Saber más de mí.

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